Bitácora de recuerdos

Lo que nunca fue, nunca será

Domingo, 21 de enero de 2024

"Escucho a lo lejos el sonido del cielo retumbante, anunciando una lluvia torrencial. Suspiro lentamente, trato de alejar de mi mente esa figura de dios griego que me tiene atontada. Por más que no quiero pensarlo, siempre mi cabeza me traiciona y me recuerda lo que no debo recordar.

Vuelvo a suspirar, y sacudo la cabeza de un lado para otro, en espera de que en alguno de esos movimientos salga aquel hombre con ojos de gitano de mis pensamientos, y quizás también de mi corazón. Mi parte racional me obliga a ver la realidad, a darme cuenta de que lo que nunca fue, nunca será. Que por fin me resigne a que aquellos ojos negros jamás voltearán a verme. A que esos hermosos labios nunca rozarán los míos. De que esas manos de tez morena de ningún modo tocarán mi piel rosada.

Y duele, duele demasiado creer que quizás nunca tuve oportunidad de tratar de enamorarlo, de enseñarle todo lo que estuve dispuesta a hacer por él. De decirle que el simple hecho de su existencia hace mejor mis días, y mi mundo.

Duele el nunca poder descubrir el sabor de sus labios. Me lamento el que no pueda sentir su respiración sobre mi piel. El no poder oler su esencia de cerca. Sin embargo, es momento de continuar en un mundo que me aterra, en un mundo sin él. Sin su voz, sin su sonrisa, sin sus charlas deslumbrantes de los temas que más le agradan.

Es tiempo de vendar el corazón, agarrar fuerza y pasar de lado el camino que me dirige hacia él, pero que nunca me acerca lo necesario. Es el instante en que debo de darme por vencida, y reconstruir un universo sin mi protagonista favorito.

Y entonces, sólo quizás, pueda encontrar a alguien más, con quien lo que es, sí sea. Sólo así podré dejar de soñar, y por fin podré vivir por completo.

A.K.