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- ¿Qué? ¿Te vas? ¿Porqué? ¿A donde? ¿Cuánto tiempo? - 

Tenía tantas preguntas pero no respondía ninguna. Solo estaba callado y no parecía escucharme, escúchame, escúchame, escúchame-

- ¡Si te escucho! - gritó enfadado. Enfadada debería estar yo por ser la última en enterarme de su huida - No estoy huyendo, solo...debo alejarme un tiempo -

- ¿Pero porqué? ¿Es por la nueva? - pregunté angustiada.

- Isabella...-

- ¿Eh? -

- Se llama Isabella - dijo. Todavía se pone a corregirme el hijo de - Basta de insultarme, esperaba que entendieras mi situación - 

- Y yo que no volvieras a irte -

- Gaella - me dijo Esme con un tono de regaño. Me cruce de brazos molesta, pero sabía que no podía hacer nada más que despedirme y esperar a que regresara de nuevo - No es para siempre cariño, es solo por unos días -

- Papá Carlisle dijo lo mismo antes... - y Edward se perdió por años. Carlisle parecía pensativo, sin duda fue un momento desagradable para él no saber nada de su hijo durante tanto tiempo. Rose resopló con irritación.

- Lo que no entiendo es porque dejas que esa humana te afecte tanto que tengas que irte - murmuró mirando a Edward, que se levanto y tomó una maleta que no había visto. Mi duro corazón me dolía y sentía que quería llorar aunque fuera anatómicamente imposible, Jasper me envío una ola de calma, pero ni siquiera eso funcionó.

- Estaré con los Denali un tiempo - anunció saliendo por la puerta trasera. Se despidió de todos y finalmente de mi; me dio un abrazo y un pequeño beso en la cabeza - No será para siempre, volveré -

- Por favor hazlo - susurré. Podrías verlo desde fuera y creer que es una amarga despedida o una reacción exagerada de mi parte, pero Edward no solo fue mi primer hermano, es el primero que supo como me sentía día a día y desarrolló formas de ayudarme a superar mis miedos. Es el primero que sostiene mi mano y que no se queja de tener que dar toda la vuelta para no pasar por ciertos lugares aunque eso nos lleve más tiempo. Edward es mi hermano menor y así como él me cuida cuidarlo a él siempre será mi prioridad, así que si esto es lo que necesita, lo apoyaré.

Y así empezó el día siguiente, sin que Edward me llevará a la escuela, sin que me escuchara despotricar sobre una nueva estrella que encontré y sin que fuéramos a cazar. Pero por muy triste que me sintiera sabía que era lo mejor para él y que volvería cuando estuviera listo, debía ser una tortura estar a un lado de tu Tua Cantante y solo no comerla, algo horrible.

Por eso concentre mi atención en mis hermanos restantes y en la señora Webes; la muerta no la viva. Iba a verla algunas noches a su habitación y hablábamos, era tan parecida a Angela en personalidad que era increíble, deseaba haberla podido conocer en vida. Me contó que había vivido en Forks toda su vida, su historia con su esposo y algunas anécdotas de su juventud, así como momentos que siempre la hacen feliz. Me decía que a veces se sentía mal por no poder hablar con su hija y nieta ni poderlas consolar en su muerte, pero que era mejor que simplemente dejarlas solas.

- Pero no están solas, se tienen una a la otra - le dije un día que hablábamos sobre irse a descansar. Me había ofrecido a ayudarla en su misión pero ella se negó.

- Lo sé cielo, pero el corazón de esta anciana está con su familia - me contestó con una sonrisa - además le prometí a Angela que la vería graduarse de la preparatoria y apoyarla en su camino a la universidad, si puedo cumplir alguna de esas promesas sería fantástico -

Ojos BlancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora