3.6

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- Tengo que pensar en que decirles cuando...cuando ya no venga, porque no vengo a navidad o porque ya no los visito - 

- En unas cuantas décadas todos habrán muerto - 

Con usas palabras pasaban la noche ambos enamorados, en los brazos de otro con el sonido de la noche como arrullo. Eran esos momentos de paz donde Bella sentía pertenecer, querer detener el tiempo para siempre y estar con Edward hasta la eternidad, y eso será posible, pero cuanto más tiempo pasaba para que la fecha sea tachada del calendario, sentía que los cabos sueltos que dejaba atrás la retenían. Pensar en su madre, en su padre, que la verían irse y no saber porque los dejó tan joven para luego ellos morir no parecía justo.

- ¿Porqué no quieres convertirme? - pregunta mirándolo, apreciando su belleza etérea y la calma que le transmitía. Edward suspiro aunque no tenía necesidad de hacerlo.

- Ya te lo dije -

- Se honesto conmigo, hay más - lo dejó en silencio por un momento pero el vampiro la miró a los ojos, tal vez para que entienda lo serio que está siendo al decirle su punto de vista.

- Conozco las consecuencias de tu decisión, las he vivido, todos en la familia lo han pasado - dice con una sonrisa triste - y dejar que pases eso...tú crees que tengo un alma y no es así - Bella se queda sin palabras - pero tener que arriesgar la tuya para tenerte conmigo para siempre sería lo más egoísta que haga - 

- Creí que temías que sea diferente - susurró contra su pecho, acurrucándose en él - y que...no te daría calor o que no olería igual - 

Eso enterneció a Edward, ¿Cómo ella podía pensar que dejaría de amarla solo por eso? ¿Oh que eso era lo que lo tenía enganchado de ella en primer lugar? No, Bella era mucho más que su olor o su humanidad para él y deseaba que ella sintiera por un segundo todo el amor y devoción que sentía solo por ella. Le acunó con sus manos tiernas el mentón y la hizo mirarlo a los ojos, tal vez para transmitirle todo lo que no podía con sus palabras.

- Tú siempre serás mi Bella - le dice con amor. Ella se acurruca en su pecho sintiendo su cuerpo estallar de mera felicidad y calidez que hace contraste con el cuerpo frío de su novio - Mi Bella pero no tan frágil -

Así se quedan unos minutos que bien pudieron ser horas, no importaba el tiempo ni nada más mientras pudieran estar juntos. Pese a la paz del momento, había un aguijón que picaba a Bella en su garganta, una pregunta que seguía rondando y volvía con insistencia.

- ¿Qué le pasó a Gaella? - preguntó y Edward se sintió entumecido. Su hermana ya podía moverse pero seguía sin querer hablar y se estremecía por cualquier sombra o sonido que pasara, podía comunicarse con ella a través del pensamiento y era el mensajero entre ella y su familia, pero aún guardaba aquel incidente fresco en su memoria que no quería compartirlo con él; era frustrante no poder hacer más que esperarla para ayudar.

El vampiro tarareó distraído - Algo pasó en el bosque cuando hacíamos patrullaje, no sé bien que le sucedió pero fue suficiente para hacerla entrar en un estado de shock emocional, pero está mejorando - 

- ¿No puedes verlo en su mente? -

- Bloqueó esa memoria, usa algo parecido a una puerta y solo puedo escuchar muy por debajo del sonido...como si tuviera un volumen bajo - le explica con calma. Se quedan en silencio un poco más hasta la siguiente pregunta de la humana.

- Cuando estábamos en tu casa, luego de que un vampiro entró a mi habitación...Gaella mencionó al señor Clearwater, que le habló - dijo sonando incrédula y es que era imposible - ¿Cómo fue que Harry le habló si el está...muerto? - 

Eso no era algo para que Edward pudiera divulgar, los dones de su hermana no solo eran un misterio evolutivo para Carlisle, Eleazar y ahora Aro, sino que eran el calvario de Gaella y al ser ella quien los sobrevive cada día de su inmortal vida, debería ser ella quien le explique con más detalle, aunque tal vez pueda decirle solo un poco sobre el don de su hermana.

Ojos BlancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora