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- Debes quedarte aquí -

-No lo haré -

- Ve a la casa, habla con los líderes del consejo y dile que volveremos -

- Ese es trabajo de papá Carlisle -

- Gaella... -

- Iré con ustedes Alice y eso es definitivo -

Alice no quería que fuera y en otra situación me quedaría, pero era mi hermano el que corría peligro y nada me hará abandonarlo. Aún si debo entrar a la guarida del diablo lo haría mil veces sin dudar. La discusión quedó en nada cuando Bella se subió al asiento de atrás, listas para irnos si no fuera por el perro que súplica a su dueña que no se vaya.

- Por favor Bella...no te vayas - oigo decir a Jacob casi metiéndose por la ventana de atrás - hazlo por Charlie...o por mí -

- Tengo que ir - contesta segura y no lo duda ni un segundo, se mira derrotado y se quita de nuestro camino, pero parece cambiar de opinión muy rápido porque nomas no se quita de la ventana, ¿Qué no sabes que vamos contra reloj?

- Por favor...te lo ruego... - dice y más tarde sentiré pena por él.

- Adiós Jacob - fue lo único que dijo; Jacob se mira destrozado y ya no soporto verlo estorbando.

- Dile a tu perro que si no se quita le arrollaremos los pies - murmure irritada y por suerte me escuchó cuando ya se estaba quitando; en cuanto se quitó de la ventana Alice pisó el acelerador y partimos rumbo Volterra, Italia.

Nunca me gustaron los vuelos en avión, me parecían eternos y no me gustaba estar en el aire, pero ahora odiaba volar y me desesperaba no poder correr a nuestro destino, debíamos andar con cuidado porque estábamos en territorio extranjero, en tierras de la realeza Volturi.

Alice conducía y Bella se mordía las uñas en la parte de atrás, yo miraba los paisajes sin ponerles atención; mi mente viajaba a mi hermano y sentía que el pecho me dolía al pensar que podría ser la única en verlo si no llegábamos a tiempo, un castigo por no ser más atenta o insistir más en estar con él...no, no debo pensar así, mi hermano vivirá y nos iremos de aquí antes de que acabe el día. 

- Supongo que no lo alquilaste - dice Bella. Alice se encoje de hombros despreocupada y con una sonrisa cínica.

- Me imaginé que no te opondrías a un auto robado - contesta medio en broma antes de que sus ojos se perdieran en el camino, sostengo el volante para no salirnos de la carretera y chocar, y que ahora si Edward se mate con una buena razón.

- ¿Qué? ¿Qué ves? - 

- Lo rechazaron -

- ¿Eso que quiere decir? -

- Que les dará una razón para matarlo - contesté mirando el camino, momentos del pasado donde algunos vampiros hacían eso cuando deseaban con fuerza la muerte o cuando "lo habían hecho" en presencia de los reyes. 

- Va a revelarse a los humanos -

- ¡No! ¿Cuándo? - pregunta asustada.

- Esperará hasta el mediodía - faltaba una hora, tal vez menos. Desde que bajamos del avión los relojes me daban nervios, casi tanto como descubrir un espíritu nuevo en un lugar público. 

- Rayos, debes darte prisa - 

- Ahí está Volterra -

Esas palabras siempre me hacen temblar.

La vista era hermosa, no importa cuanto tiempo pase el castillo nunca perderá su elegancia y belleza, eso mismo hace que sea difícil imaginar que exista algo malo dentro de sus paredes. Pero no son solo sus paredes las que guardan historias trágicas y de muerte, sino quienes viven entre ellas son los propios autores, quienes todos los días añaden más y más nombres que parece nunca terminará y se perderán en el tiempo.

Las calles estaban inundadas de capas rojas; capas rojas aquí capas rojas acá, rojo rojo rojo en todos lados, era claustrofóbico verlos moverse y crear un mar de bolitas rojas.

- ¿Porqué están de rojo? -

- Por el festival de San Marcos, conmemoran la expulsión de los vampiros de la ciudad, el escenario perfecto, los Volturi jamás le permitirían exponerse ahora - 

- Tenemos cinco minutos - Bella se escucha y se ve que está a nada de tener algún tipo de ataque, dejo a la imaginación de que pero voy detrás de ella en eso. Juego con la gorra y con los cordones de la chamarra pero solo quiero estirarlos hasta ahogarme aunque sea imposible. ¿¡Podría esta gente quitarse!? ¡Hay un auto amarillo pasando por la calle por el amor a los Dioses!

- Respira Bella - dice Alice - No rompas mi chamarra Gaella por favor -

Unos policías nos bloquean el paso y es aquí donde todo depende de Bella. Alice le da la dirección de donde encontrarlo y corre a su encuentro; ahora solo estamos mi hermana y yo y ese molesto policía del demonio. Ni intento entenderle y dejo que la conversación la sigua Alice, es a quien mejor se le da distraer a las personas.

El reloj toca la hora del mediodía y mi mente se detiene; no escucho el ruido de los humanos, la música no suena, no hay nada más que el cantar de las campanas repitiéndose una y otra vez como si anunciaran un gran evento. Miró a Alice quien había dejado de hablar con el humano, miraba al frente y luego soltó un suspiro de alivio puro.

- Lo logró -

Gracias a los dioses...oh gracias a todos los dioses mi hermano está vivo. Quiero llorar de felicidad y gritar al mundo, solo puedo tapar mi cara con mis manos y dejar que todo explote dentro de mi, porque ahora viene la prueba de fuego y es que los reyes no dejarán pasar este teatro. Querrán respuestas y no vine hasta aquí para dejar que mueran dos hermanos míos por otras manos.

- Quédate en el auto - dice saliendo con prisa y como buena hermana no obedecí su petición - Hablo enserio regresa -

- Creí que a estas alturas entenderás que no te dejaré sola - dije caminando a su lado, ella me miró con seriedad y no aparté la mirada.

- No quiero que roben ese auto, me gusta mucho -

- Dile a un policía que lo cuide -

- No quiero que vengas -

- Mala suerte entonces - no le hice caso a sus comentarios y caminé a la puerta del castillo, que siempre esta cerrada de adentro hacía afuera pero hoy se abrirá de afuera hacía adentro - ¿Haces los honores? -

- No digas que no te advertí - murmura y abre la puerta de un empujón - ¡Vamos muchachos! Es un festival no querrán causar un alboroto - yo entré detrás de ella exactamente cuando Jane venía a nosotros. La mano de Alice tomó la mía y cuando al fin inhale aire supe porque no quería que la siguiera.

Pues al subir la mirada quien me la devolvió fue Demetri, un guardia de élite Volturi, el mejor vampiro con el don del rastreo y mi compañero que dejé atrás hace tantos, tantos años.

Pues al subir la mirada quien me la devolvió fue Demetri, un guardia de élite Volturi, el mejor vampiro con el don del rastreo y mi compañero que dejé atrás hace tantos, tantos años

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Ojos BlancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora