Ojos Blancos

4.3

Era como un sueño.

Así se veía el patio de la casa, con sus detalles blancos y silvestres, las flores que simulaban cortinas parecían sacadas de películas de princesas, era una sensación de otro mundo el solo caminar por ahí.

Felizmente hablaba con algunos invitados, solo por mera cortesía y porque me daba curiosidad los acentos entre todos, me entretenía escuchar lo que tenían que decir de, bueno, todo en la boda. Quería presumir en la primera oportunidad que tuviera sobre como mis hermanos y yo nos encargamos de decorar todo, escuchar que conocían a la novia de toda la vida -la de ellos porque Bella ni siquiera sabrá quienes son la mitad de toda esta gente- y que son amigos íntimos del novio -Oí eso de lejos, ¡Fue hilarante!- pero más que nada me mantenía cerca de la bolita de amigos de la preparatoria que, por alguna razón, quiso invitar a la ceremonia. Tendrá sus razones y es su boda pero...¿Porqué?

- ¡Gaella! ¡Ven a saludar a tus tíos! - gritó papá Carlisle, quien estaba cerca del Clan Denalí. Mamá hablaba con mis primas y papá estaba con la tía Carmen y el tío Eleazar, así que me acerqué a ellos primero porque a pesar de ya no ver el espectro de Laurent, sentía cierta lástima por Irina, quien había encontrado en él a su compañero. Una lástima que no fue reciproco.

- ¡Tío Eleazar! - corrí hacía él -de forma lenta en realidad- dándole un fuerte abrazo, lo había extrañado mucho y aunque se que de todas formas lo iba a ver en unos días, fue agradable verlo antes - ¡Tía Carmen! - también abracé a mi tía favorita, como una segunda madre para mi. Me devuelve el abrazo con fuerza y acaricia mi cabello peinado con trencitas.

- Mírate cariño, te ves hermosa - dice y si pudiera me sonrojo.

- Gracias tía -

- Tus ojos también se ven más claros, ¿Has estado comiendo adecuadamente? - interviene el tío Eleazar, siempre haciendo el mismo chiste de abuelitos. Resoplé divertida y asentí.

- Si tío - dije, mirando hacía los lados, vi a mamá Esme hablando con mis primas; las hermanas Tanya, Kate e Irina. Y por mucho que las quiera y las haya extrañado...ver a Irina no era mi cosa favorita justo ahora, y no es por ella, ¡Ella es genial y la amo! Pero su historia con Laurent...no puedo verla y fingir que todo esta bien porque en realidad no lo esta. Además de que yo era en parte culpable de su segunda muerte, porque desde aquella vez en el bosque nunca más lo volví a ver, así que creo que se murió en serio.

Mamá Esme me hizo una seña para que me acercara a ellas, y con pasos lentos lo hice. Me tomó suavemente de los hombros para acercarme más, pretendiendo no escucháramos por el ruido de las demás conversaciones y la música. 

- Y aquí esta ella - dijo en cuanto llegué, y la sonrisa de Tanya creció más al verme. Ella tiene una vibra como de hermana mayor, lo que explica porque es la jefa del clan.

- Gigi cariño, ven aquí - extendió sus brazos hacía mí y casi me dejé caer en ellos, y es que da los abrazos más afectivos del mundo, por lo menos eso creo yo. Abrazarla es una experiencia, muy recomendado para los días malos o tristes - Te ves muy linda, y tu cabello se ve muy bonito también -

- Gracias, Rosalie lo peinó - contesté orgullosa de mis trencitas, ¡Que además tenían accesorios de cadenas y argollas de estrellas! ¿No son adorables?.

- Lo imaginé - dijo y pasé con Kate, quien me dio un abrazo rápido pero lleno de cariño.

- Hola niña, ¿Si digo que te veo más alta te alagarías? - dice burlona y yo me río, porque aquí no podemos jugar a las peleas.

- Tan alta como tú algún día -

Ella ríe también y ahora...Irina. Ella me miraba en silencio, con su rostro inexpresivamente calmado y sus manos apuntando hacía mí, indicando que acepta el abrazo. La abracé con algo de duda y ella me apretó entre sus brazos lo suficiente como para ponerme nerviosa, le di unas palmaditas en la espalda y por suerte se separó.