3.12

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- Es una buena montaña

- Es la mejor montaña, buena posición estratégica y no muy alto para el frío de la noche, solo no te vayas muy alto -

¿No les ha pasado cuando les dan una indicación a alguien y hacen exactamente lo contrario a eso? Bueno, eso tiene un rostro y un nombre y es Edward Anthony Masen Cullen. Pero me estoy adelantando a los hechos.

Retomemos en la mañana cuando todos nos preparabamos en nuestras posiciones; los lobos llegaban y repasabamos el plan con un poco de entrenamiento extra, mi familia y yo práticamos un poco más al ser quienes les toca el cuerpo a cuerpo, pero de ahí en fuera todo bien.

Pude conversar un poco con Embry -que me preguntó como estaba- y con Seth -quizó saber si su padre seguía ahí y lo estaba, no se irá hasta que sus hijos salgan a salvo-, también cambie una o dos palabras con Leah y debo decir que fue...agradable, por lo menos conmigo.

Empezamos bien el día a pesar de lo que se avecinaba mañana en la mañana.

Pude encontrarme con Bella y Edward antes de que se fueran montaña arriba, y me acerque para hablar antes de no verlos hasta más tarde.

- ¿Cómo te sientes Bella? - ambos me miran como si interrumpiera algo y creo que eso hice - ¿Mal momento? -

- No no, estamos bien - dice Bella y esconde su dedo sangrante, pero luego de dejar sin pajáros y conejos al bosque hasta la próxima primavera su aroma ya no me producía ganas de beberla hasta secarla, o no tanto como antes - ¿Tú que tal? -

- Soy un revoltijo de emociones, pero se que ganaremos - dije sin querer asustarla, llevando la fiesta en paz, y hablando de fiesta - Supe que ya le diste el si a mi hermano, felicidades Bella al fin dejará de molestarte -

- Oh vamos, no fue para tanto - dijo Edward y no pude detener mis ojos críticos al verlo.

- De todas formas, muchas felicidades - dije dandole un abrazo a mi nueva hermana de clan - ¿Y el anillo? -

- Lo dejé en casa, no quería que se perdiera - entiendo eso.

- Oh que Jacob lo viera - ¿Porqué sale a la conversación? Nada que ver hermano, Bella negó con la cabeza como si ya hubiera tenido esa conversación con él y la verdad no dudo que lo haya hecho.

- Solo quiero que tenga la mente clara -

- ¿Qué mente no está clara? - hablando del rey de Roma, Jacob aparece de entre los árboles para nada como si hubiera espiado la plática y nos mira con sospecha. Le doy un asentimiento de saludo y por el buen humor de hoy me lo devuelve, impactante.

- No, la de nadie - bien Bella, para nada extraño.

- Alice dice que viene una tormenta - dice Edward cambiando de tema.

- Si, la siento - comenta Jacob - deberíamos irnos -

- Cierto Edward - llamé y él me miró - no vayas tan alto, las temperaturas bajarán mucho está noche y no creo que Bella pueda soportarlas - le aconsejé y asintió agradecido. Solo para enterarme por medio de Seth que le valío tres churros mi consejo y la llevó lo más alto que pudo, ahora se tiene que aguantar ver a Jacob abrazar de cucharita a su prometida por estúpido para que ella no muera de frío. La señora Weber tenía razón, todos los hombres son idiotas no importa la especie.

 La señora Weber tenía razón, todos los hombres son idiotas no importa la especie

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- En serio, que le sucede - dije incredula.

- ¿Crees que pasé todo eso? Suena...muy exacto - dijo Seth comiendo un trozo de carne seca que había traído, me quizo convidar pero pues no verdad, lo que importa es el detalle. 

- Cuando veas la mente de Jacob verás que tengo razón, los hombres son así - él hizo una cara de incorformidad, no estaba de acuerdo con mi comentario, pero es su opinión equivocada contra mi verdad.

- No todos lo somos -

- ¿Qué tal una apuesta? - eso llamó su atención - Si tengo razón y pasó exactamente eso - recalco la paabra - tú me darás 20 dólares -

- No necesitas dinero -

- Eso o admites frente a tu manada que tengo razón y que apostaste por eso conmigo -

- 20 dólares, entendido -

- Y si tú ganas y no pasó eso o si pasó diferente yo te daré a tí 50 dólares - vaya que lo tomé por sorpresa, pero una buena por la sonrisa que crecía en su rostro.

- ¿Porqué tanto? -

- No necesito dinero - dije encongiendome de hombros y aceptó mi débil excusa. La noche cayó sobre nosotros y con ella la fuerte tormenta de nieve, estaba sobre un árbol jugando a atrapar nieve y hacerla bolita cuando abajo de mi veo al señor Clearwater.

Lo saludo y él hace lo mismo - ¿Ya vienen? ¿El ejercito? -

- Eso lo sabe Alice, pero supongo que si - dije continuando con mi juego - No se preocupe señor Clearwater, sus hijos son lobos fuertes y con el entrenamiento nada les pasará -

- No le digas a un padre que no se preocupe por sus hijos, es como pedirle al Sol que no alumbre niña - dice entre risa, como conocimiento obvio creo - ¿Prometes por lo venos vigilarlos? -

- Si puedo hacerlo, también me atacarán a mi y querrán matarme - eso era un hecho, seguían ordenes y eso, pero tal vez pueda usarlos cuando pasen al siguiente plano. Harry lo entendió pero no desistió de su pedido - Bueno, haré lo que pueda -

- Gracias jovencita - suspira aliviado, y puede que sea porque yo si puedo descabezar vampiros y él solo es un espectador onmisiente - No sé si ya sabes que...emm...-

- ¿Hmm? -

- Hay una...¿Masa negra? Vígilandote desde hace dos días - a caray - a veces la veo asomandose a unos metros de tí -

- ¿Se ha visto hostil? - 

- Solo cuando grito hace poco, fue la única vez que la ví tan salvaje

Una masa negra...¿Espíritus que se amontonaron? Tal vez, y tal vez me sirva en la batalla.

No puedo esperar a la batalla.

No puedo esperar a la batalla

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Ojos BlancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora