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[Descripciones graficas erróneas de parto, descripciones de posesión, parto, representación de sangre]

Entraron sin decir nada más, todos amontonados al rededor de la cama veían a Gaella retorcerse y patear como si estuviera peleando contra alguien -oh algo- dentro de ella. Sus ojos abiertos estaban totalmente blancos, había pequeños bultos alrededor de los ojos como si fueran venas que palpitaban ligeramente y sus garras ya habían rasgado la cama y las almohadas haciendo un desastre. Si tuviera que comparar esto con algo, Bella dirá sin dudarlo que a una escena de exorcismo de alguna película barata, solo que no era una película y Gaella parecía poseída.

Carlisle entró rápidamente al cuarto seguido de Rosalie quien fue al lado de Esme, ambas no sabían como ayudar y los gritos de Gaella les rompía el corazón, más a Carlisle quien estaba a su lado intentando evitar que se lastime con sus zarpazos.

- ¡Gaella escúchame! ¡Escúchame a mí! ¡Déjate guiar por mi voz hija! - gritaba desesperado, tenía miedo y estaba perdido, no sabía que hacer y el mundo se le caía encima. Edward de repente la sostuvo de las piernas y la sujeto con fuerza.

- ¡Sigue hablando! - le dijo a Carlisle - ¡Vamos Gaella sigue su voz! ¡No te distraigas! -

- ¡Hija te lo suplico! ¡Encontraremos la solución a esto juntos! ¡Buscaremos en los confines de la Tierra de ser necesario! - la vampira se retorció un poco más, su garganta se comenzó a ver una línea que abarcaba todo su cuello y se hacía cada vez más notoria, hasta que se puso de un color escarlata enrojecido. 

De su garganta se marcaban movimientos bruscos, cómo arcadas, ella quería expulsar algo, si eran palabras no salían más que gemidos entre cortados de dolor. Sus ojos parecían perlas blancas que se movían sin control, de sus parpados se notaba el violento movimiento de los globos oculares hasta que se quedaron quietos.

Carlisle utilizaba una lamparita para intentar encontrar el iris, todos los demás eran espectadores de una escena de terror en vivo, estaban asustados. Pero más asustada estaba Gaella, quien en sus convulsiones donde su cuerpo no le respondía a ella, la figura de una mujer la miraba y se acercaba a pasos lentos.

Quería gritarle, alejarla, pedir ayuda, pero no podía concentrarse en nada, estaba sobre estimulada de dentro hacía afuera. Su entorno se veía blanquecino, la mujer resaltaba terroríficamente con su cuerpo sucio y el cabello enredado, la ropa rota y rasgada la hacían lucir triste, al igual que sus ojos rojos que no eran solo por llanto.

Murmuraba, podía ver un ligero movimiento de sus labios, que gradualmente se hacía más entendible, como un susurro - ᵃʸúᵈᵃᵐᵉ... - ¿Qué? - ᴹⁱ ᵇᵉᵇé...ᵃʸᵘᵈᵃ ᵃ ᵐⁱ ᵇᵉᵇé... - balbucea sobando su barriga, que si la mira bien podía notar un bulto que resaltaba de su blusa - ᵀᵉⁿíᵃ ᵗʳᵉˢ ᵐᵉˢᵉˢ...ᶜᵘᵃⁿᵈᵒ ᵐᵉ ᵐᵒʳᵈⁱᵉʳᵒⁿ... ᵐⁱ ᵖᵉqᵘᵉñᵒ ˢⁱᵍᵘᵉ ᵃʰí...ⁿᵒ ᵖᵘᵉᵈᵉ ˢᵃˡⁱʳ...ᵖᵒʳ ᶠᵃᵛᵒʳ ᵃʸᵘᵈᵃˡᵒ... -

¿Cómo? ¿Cómo puede ayudarla? ¿Cómo puedo ayudarte?

- ¿Ayudar? ¿Ayudar a quién? - murmura Edward, logrando leer por un momento la mente de su hermana, no pudo ver a quien se refería, pero entendió que alguien estaba entre ellos en ese momento.

- ᴰéʲᵃˡᵒ...ˢᵃˡⁱʳ... - ¿Salir? - ˢᵉ ᵃʰᵒᵍᵃ...ˢáᶜᵃˡᵒ - ¡¿Cómo?! - ¡ᴾᵘʲᵃ! - ¡¿Pujar?! - ¡ᴾᵁᴶᴬ! -

¡Era muy doloroso! ¡¿Porqué dolía tanto?! ¡Su estómago va a explotar! Gaella gritaba a viva voz junto con el espectro a su lado, quien se aferraba a su panza mientras gritaba junto con ella. Sus manos comenzaron a palpar a su alrededor, estaba buscando algo o alguien; lo encontró en forma de un fuerte agarre por parte de su padre y hermano, quienes le pasaban una especie de toalla por la frente.

Ojos BlancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora