El hermano mayor de los dos niños jadeó, su mano fue apartada del tambor tsuzumi mientras era agarrada con fuerza. No vio cuando se movió, de un momento a otro estaba lejos de él y ahora estaba cerca de él, agarrando su mano.
El demonio lo miró con seriedad. No había duda de que el olor embriagador provenía del joven, quien al ver su rostro reflejaba miedo, como si algo malo podría pasarle. Sin embargo, sonrió, agradecido de no solo haber podido encontrar al hermano mayor de esos niños, sino también de que podrá reunir a los tres hermanos.
—¿Q-Quién eres tú? —preguntó Kiyoshi al demonio, viendo sus ojos y sintiendo un inmenso terror sobre él —¿Vas a ma-! —
—Calmate, si. No voy a matarte —Dijo el demonio, tratando de calmar al chico asustado.
—¿Q-Q-Que? ¿Tú er- —
—¡Sé que lo soy! ¡Pero no te haré daño! ¡Le prometí a tus hermanos que te encontraría! —
Kiyoshi jadeó, mirando al que tenia en frente, quien, por cierto, sus ojos se entrecerraron levemente y sonreía cálidamente. Kiyoshi había crecido sabiendo que los monstruos, como los demonios, podían existir en su mundo y que siempre era malo salir después del anochecer. Él y sus hermanos habían estado afuera de todos modos, después de jugar en el bosque, y por eso había sido secuestrado por uno de esos mismos monstruos de los que sus padres les habían hablado.
Ver a uno parado allí, diciéndole que no va a matarlo, y que le prometió a sus hermanos de lo devolverá con ellos, lo dejó fuera de sí. Él tenía una apariencia como un demonio, pero, parecía amigable al mismo tiempo.
El demonio podía ver los sentimientos encontrados en el rostro de Kiyoshi, por lo que podía entenderlo.
—¿Tú.....No vas a atacarme? —Pregunto el chico, quien aun tenia su agarrada por él.
—No. No lo haré —Contestó el demonio, quien soltó su mano.
Vio como el chico parecía dudar, pero al final vio como sus hombros se relajaban, pero seguía sosteniendo el tambor con su mano, listo para tocarlo. Algo que el podía entender.
—¿Estás herido? —preguntó.
Kiyoshi se movió un poco incómodo antes de cambiar de posición para empujar su pierna derecha hacia afuera, revelando que la pernera de su pantalón había sido arrancada por encima del tobillo y ensangrentada, con un corte ligeramente profundo presente en su espinilla.
—Ya veo —Metió una mano en el bolsillo de su pantalón, donde sacó un recipiente pequeño y plano —¿Me permites? —
Kiyoshi asintió, donde el demonio lo abrió, revelando el ungüento que había dentro. Desprendía un suave olor a bayas, y Tanjirō sumergió dos de sus dedos en él para comenzar a esparcirlo alrededor de la herida de Kiyoshi.
—Alguien me dio esto en caso de que me encontrara con humanos heridos como tú. Es bueno para las heridas, hace que el dolor se vaya —Dijo, tratando de evitar pensar en el olor a sangre.
—¿E-Enserio? —
—Si —
La pequeña charla que tuvieron entre ellos, resultó útil para Kiyoshi al traer una pequeña sonrisa a su rostro y ayudar a aliviar algunas de sus preocupaciones. Una vez que terminó de aplicar el ungüento, volvió a colocar la tapa en la caja circular plana y ponerlo en su bolsillo. Tenía un trozo de tela de repuesto con él, y lo sacó para usarlo como un vendaje alrededor del tobillo de Kiyoshi. Ahora que la herida estaba cubierta por el vendaje improvisado, el olor no lo molestaba tanto, si es que lo hacía, permitiéndole estar más relajado.
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La Flor De Un Demonio
ФанфикTanjiro tomó una decisión de último minuto. Una decisión que cambiaría las cosas.