Capítulo 88

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La luz del sol iluminaba lo que antes había estado en la oscuridad de la noche, dando paso a un nuevo día para las personas, pero para otros, era su única salvación de terminar con un gran mal que había en el mundo desde hace milenios. A pesar de estar incrustado en una pared y de tener su cara un poco dividida, Muzan podía ver como el sol estaba saliendo. 

Por un momento, Muzan quedo maravillado por ver después de muchos milenios, un amanecer. Se quedo mirando el amanecer, hasta que reacciono y abrió sus ojos al recordar lo que el sol le puede hacer, aunque sea el mínimo contacto con el.

Tanjiro junto con sus compañeros tuvieron que agarrarse bien ante la onda de aire que expulso Muzan, aquella onda que fue tan fuerte que logro causar daños en la infraestructura del edificio donde estaba junto con hacer daño en el suelo. 

Mitsuri fue empujada por esa onda, ya que no pudo mantenerse firme. Sanemi fue mandado a impactar a un edificio, e Iguro fue mandado a chocar contra otro edificio. A pesar de que ellos fueron mandados a volar, Tanjiro aun se mantenía firme en su lugar, agarrando su espada con la mano derecha, ya que su brazo izquierdo fue separado de su cuerpo por la onda de aire, pero eso no le importo.

¡No aflojes tu agarre! ¡Tengo que resistir hasta que muera! —Pensaba Tanjiro, manteniendo un agarre fuerte en la empuñadura, tanto que las venas de su brazo ya estaban muy marcadas —¡Vamos! ¡Vuélvete carmesí! ¡Por favor!

La sangre salía por varias partes del cuerpo de Tanjiro, su regeneración ya no podía curarlo, y ni siquiera podía regenerar otro brazo, debido a que ya estaba sin fuerzas como para si quiera curar la herida más pequeña. En lo que estaba pensando en que su espada se volviera carmesí, unas manos aparecieron y agarraron la empuñadura de la espada. Tanjiro abrió sus ojos de sorpresa y se fijo en quien era. 

Solo para abrir sus ojos en estado de Shock.

Un hombre de alta estatura, su piel pálida y de complexión atlética y musculosa; su cabello es largo y de color negro con bordes en tono burdéos como el suyo, siendo sostenido por una larga cola de caballo que llegaba casi a la altura de su espalda baja. En su cara estaban una serie de marcas similares a llamas que cubrían la zona izquierda de la cabeza y el lado derecho de su cuello. Vestía un kimono de patrones de tonos violeta y negro con un haneri (prenda interior de vestir en un Kimono) de color blanco, un hakama de color negro y un cinturón obi de color blanco.

—K...Ko...¡Kokushibo-sensei! —Tartamudeo Tanjiro, no creyendo lo que estaba viendo.

—¡No aflojes tu agarre, esto ya casi termina! —Ordeno el pelinegro de seis ojos—Puede que tenga poco tiempo, pero hare lo necesario para terminar lo que jure detener. ¡Hagámoslo, Tanjiro! —

El mencionado regreso a sus sentidos, aun sorprendido por ver de nuevo a su maestro, el cual lo ayudaba a mantener a raya a Kibutsuji contra la pared. En lo que ambos estaban sujetando la empuñadura con fuerza, la espada de carne empezó a brillar en un color rojo.

Muzan dejo escapar una gran cantidad de su sangre por su boca, y con la luz del sol ahora saliendo, la parte derecha de la cabeza del señor de los demonios empezó a quemarse, donde el humo empezó a salir junto con un color negro en esa parte. En lo que estaba quemándose, Muzan sabia que si se hacia más pequeño seria reducido a cenizas en un segundo, por lo que tomo la decisión de proteger su cuerpo con una armadura de carne para salvarse.

Tanjiro no tenia idea de lo que estaba pasando, el junto con su maestro estaban reteniendo a Muzan contra la pared y parecía en que lo iban a lograr. Pero, de la nada, el cuerpo de Muzan empezó a expandirse en un montón de carne, donde el montón de carne tomo la forma de un bebe gigante. Algo que sorprendió a ambos.

La Flor De Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora