La Flor De Un Demonio

Capítulo 53

Tanjirō, estando cubierto con su manta y sombrilla junto con Kanae esperaron pacientemente afuera de la entrada principal de la Mansión de las Mariposas a los contactos que le dijeron que vendría a buscarlos. Ambos esperaban hasta que escucharon pasos acercándose a ellos. En la esquina de la finca aparecieron dos Kakushis. 

—Buenos Días, Oyakata-sama dio su aprobación para llevar a Kamado Tanjiro y Kocho Kanae a la villa de los herreros —Dijo un Kakushi, una vez estando cerca de la pareja.

—Somos nosotros —Respondió Kanae —Soy Kanae —

—Yo soy Tanjiro —Dijo el, teniendo la atención de los Kakushis los cuales vieron sus ojos e inmediatamente sintieron un escalofrío que los hizo desconfiar de él. Él notó su reacción y agitó un poco las manos, sonriéndole aún mientras se reía de nuevo —Tranquilos, no les are daño. Sé que mis ojos dan miedo, pero no tienes que preocuparte, de verdad —

—C-Correcto... De todos modos, no podemos darles nuestros nombres ya que seremos sus guías hacia la villa de los herreros, ya que Oyakata-sama dio su permiso. Ahora, tomen esto —respondió la Kakushi cuando tendió unas vendas con unos tapones apoyados en ella.

—¿Para qué son estos...? —Tanjirō preguntó con curiosidad, antes de que Kakushi le señalara la cara y la nariz debajo de la cubierta facial.

—Una venda para los ojos y tapones para los oídos. La villa está escondida, así que los llevaremos en nuestras espaldas. También me dijeron que tu sentido del olfato es muy bueno, así que también necesitarás esto —

Antes de que Tanjirō pudiera presentar algún tipo de argumento en su contra, le puso un tapón nasal en cada una de sus fosas nasales, apagando su sentido del olfato al instante. La venda para los ojos y los tapones para los oídos siguieron después, hasta que Tanjirō fue subido a la parte trasera del Kakushi, y Kanae en el otro, una vez que todos sus sentidos habían sido anulados y llevado a la primera etapa de su viaje.

De manera similar a cómo la ubicación de la casa de Ubuyashiki, y el cuartel general del Cuerpo de Demon Slayer en su conjunto, se mantuvo en secreto del mundo exterior, también se mantuvo en secreto la ubicación de la villa de los herreros. Naturalmente, los Kakushi que llevaban a Tanjirō y Kanae primero tampoco tenía idea de su ubicación real. Este hecho fue compartido con cualquiera que deseara viajar a la aldea oculta, por lo que se hizo una ruta de transporte con el único propósito de llevar a las personas a la aldea y anular las posibilidades de que se conozca su ubicación.

Cada vez que la persona transportada y su guía Kakushi viajaban una distancia determinada, pasaban al siguiente Kakushi que los estaba esperando. Además, tanto los caminos como el Kakushi se cambiaban con frecuencia, lo que agregaba otra capa de protección a todo el proceso. Como guinda del pastel, los cuervos que guiaban a los diversos Kakushi a lo largo de sus rutas también se cambiaban de vez en cuando. Los métodos en los que el corazón palpitante del Demon Slayer Corps eran aún más complicados, lo que Tanjirō sabía de todas las veces que iba y venía en misiones después de su primer viaje a la montaña Natagumo.

Un viaje así con tantas complejidades podría volver loco a cualquiera, especialmente a los Kakushi que estaban llevando a Kanae y Tanjirō, pero gracias al propio joven, fue todo lo contrario. Cada vez que lo transferían de un Kakushi a otro, siempre les agradecía por su trabajo y esperaba que el resto del día saliera bien.

Por un tiempo desconocido, Tanjirō acompañó el viaje, siendo transferido de un Kakushi al siguiente, hasta que sintió que se salía de los hombros de su viaje más reciente y aterrizaba de pie. Luego se desató la venda de los ojos y sus ojos se abrieron como platos cuando vieron la maravillosa vista de un camino vacío de un enorme pueblo construido entre algunas formaciones rocosas, con una enorme red de árboles que se extendía por encima de los edificios. La luz del sol del mediodía o de la tarde, no sabía cuál, brillaba a través de las hojas de arriba, haciendo que los edificios casi brillaran a su alrededor de una manera fantástica que añadía más misterio al pueblo escondido.