Capítulo 60

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Tanjiro no podía creer lo que estaba pasando, primero sentía como su piel estaba siendo quemada por los rayos del sol, al igual como lo haría otro demonio que no pudiera encontrar un lugar seguro para esconderse. La segunda, de un momento a otro, su regeneración estaba curando las quemaduras que le hizo los rayos del sol. 

Había aceptado que seria su fin, pero ahora, simplemente no podía entender como era posible. Ningún demonio puede resistir los rayos del sol y mucho menos, poder caminar bajo el.

Antes de que pudiera pensar en otras cosas, algo choco contra su cuerpo, con unos brazos rodeándolo y apretando con fuerza. Miro quien podía ser, y se encontró con una cabellera negra con unos broches de mariposa un poco dañados.

—¡Que felicidad! —Exclamo Kanae, abrazando a Tanjiro con la fuerza que le quedaba —¡Que felicidad! ¡Estas vivo! ¡Estas vivo! ¡Pensé que te había perdido, Tanjiro-kun!—

Tanjiro correspondió el abrazo, acariciando la cabellera negra de la mujer que logro cambiarlo para mejor. Los herreros que Kanae salvo estaban viéndolos, teniendo lagrimas en sus ojos al ver tan hermosa escena entre ambos, uno de ellos se acero a ellos.

—Gracias a los dos, por salvarnos —Dijo el herrero, siendo ignorado por la pareja que estaban en lo suyo —Me hubiera dado pena si el joven hubiera muerto —

Un poco alejado, Genya, una vez que ya no tenia los rasgos de demonio y quien se agarraba el brazo, miraba la escena, sorprendido al ver como Tanjiro estaba bajo el sol como si nada. Al ver eso, una sonrisa se formo en su rostro. Tanjiro y Kanae se miraban fijamente, siendo rodeados por los tres herreros, quienes seguían agradeciéndoles. De un rápido movimiento, Tanjiro agarro a Kanae antes de cayera al piso, sujetándola con sus brazos. 

—Descansa... —Dijo Tanjiro, acomodando a Kanae en sus brazos, y cargándola al estilo nupcial —Ya todo termino —


[.....]


En una mansión de una pareja adinerada e importante, dos mujeres caminaban por un pasillo, con sus pies haciendo eco en el piso de madera, Una de ellas vestía un kimono que a simple vista era muy fino y elegante, detrás de ella, la otra mujer llevaba un uniforme de sirvienta y una charola con una tetera y tazas, ambas mujeres se acercaron a una puerta, la cual la primera mujer toco la puerta.

—¿Toshikuni?... —Dijo la mujer, tocando la puerta de nuevo —Vamos a entrar, ok —

La mujer tomo la perilla y abrió la puerta, donde una vez que la puerta ya no era un impedimento, ambas mujeres miraron la habitación.

—Vaya —Dijo la mujer, viendo como los muebles y libros de la habitación estaban tirados en el piso —Toshikuni, ¿Qué sucede? ¿Qué es todo este desorden? —Pregunto la mujer viendo al único ocupante de la habitación, el cual era su hijo adoptivo, entro a la habitación con la otra mujer siguiéndola —Estabas investigando algo, ¿verdad? ¿No encuentras el libro que buscas? Te ayudare a encontrarlo. Pero antes, toma un descanso para el té—

—Al fin...—Murmuro el niño.

—¿Qué dices? —Pregunto la mujer.

El niño se llevo la mano izquierda a su cara, donde todas sus venas resaltaban al igual que sus ojos de color cereza y pupilas rasgadas como un gato. El niño no era un niño real, el niño que estaba en esa habitación es el progenitor de todos los demonios que aterrorizaban todo Japón. Muzan Kibutsuji.  

—Al fin ha aparecido un demonio que ha podido conquistar el sol — Murmuro el, conteniendo su emoción —Y es ese traidor. Muy bien hecho, Hantengu —

La Flor De Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora