26 // La comparación y el dolor de no sentirse bonita.

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Yuliana.

Tiro mi teléfono al otro lado de la habitación, porque todo lo que he visto en instagram me duele. Todo lo que veo son chicas hermosas, con fotos aesthetic y vintage, sus amigos, algunas con novios, y si están solteras; el rostro resplandeciente de alegría y felicidad. No les importa. Son libres. No como yo, que la comparación me está persiguiendo y matando.

Pienso demasiado en la atención y la falta de este también. Desearía haber nacido diferente. ¿Por qué me siento tan vacía? ¿Por qué después de todo el esfuerzo y la obediencia de seguir a Jesús? Sé que nadie me prometió una vida lejos de "problemas", de dudas, pero pensé que con el tiempo sería diferente. ¿Qué estoy haciendo mal?

Necesito muchas respuestas, y aunque poco a poco Dios me las ha ido respondiendo, siento que falta mucho camino por recorrer. Solo necesito saber y descubrir que hay alguien allá afuera con empatía, comprensión y amor, y que no intentara acostarse conmigo o jugar conmigo pudiendo hacerlo. Necesito encontrar alguien así. No sé si saben a lo que me refiero. Un chico, saben.

Intento no pensar que mi familia es una de las causas que yo tenga estos complejos, siempre ha habido comparaciones entre hermanos por mis papas. Que tu hermana tiene mejores calificaciones, ¿ya viste? Que tu hermana tiene mejor sentido de la moda que tú. Mira tu hermano si entro al campeonato de futbol y tu; ni salir a correr intentas todas las mañanas. Nunca me quejo, no lo he dicho a viva voz, mi mente solamente vaga en eso y ya. Mi madre dejo de hacerlo un poco cuando comenzamos a ir a la iglesia, pero aun veo que inconscientemente o quizá, al propósito en su enojo, vuelve a decirme las mismas palabras hirientes una y otra vez. Es cansado. Y doloroso.

Voy en segundo año de preparatoria y trabajo los fines de semana cuidando de mi sobrina. Mi hermana quedo embarazada de su novio en la universidad, pero dentro de todo ese caos, ella se hace cargo de su hija y sigue estudiando, y súmale a la presión, trabajando de lunes a jueves medio tiempo en una tienda departamental. Para mi mamá ella es una mujer fuerte y de admirar, mientras yo doy mucho que desear. Como siempre.

Luego, no tengo muchos amigos en la escuela y no soy señorita popular. Mi único lugar seguro y favorito es la iglesia. Las amigas que conservo, los consejos y abrazos de las pastoras me tienen un poco cuerda, fuera de la línea mortal de pensar si quiera en el suicidio. No he llegado a ese extremo, pero si he querido cambiar algunas cosas de mi vida. Entre ellas mi nariz y mi cuerpo. Nunca he tenido novio y no me he enterado que sea el amor platónico de alguien. ¿Acaso hay algo mal en mí? No lo sé y en el fondo de mi corazón tengo miedo de descubrirlo.

Sé que nada puede llenar el espacio en mi corazón más que Dios, pero me es difícil no voltear y notar que soy fea y que no tengo un talento que se considere de gran valor. Al menos tengo a las chicas de la iglesia, personas en busca de ánimos y amistad. Por lo menos, eso es lo que ha sido. Y también al Espíritu Santo; que me llevaría por el camino de sanación y aceptación. ¿Qué ocurriría si dejara la fe? ¿Si mi ancla firme se alejara de mí? 

Una mamá imperfecta amada por un Dios perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora