Ocupamos nuestros respectivos lugares, chocamos entre nosotras al hacerlo, así que algunos a lo lejos soltaron una risita burlona. No importa, estábamos haciendo esto por y para Dios. Mario comenzó a cantar y los demás a tocar los instrumentos para cantar " Vida tú me das". Los gritos de emoción no se hicieron esperar. Los jóvenes aplaudían al son de la música y adoraban con todas las ganas y fuerzas.
Bailamos de manera coordinada hasta que llegó el momento del paso final. Daniela, Briana y yo nos posicionamos de rodillas en el suelo, como si fuéramos a gatear; para cargar a las demás chicas que eran más bajitas y de menor peso: Yuliana y Andrea. Termino la música, y de inmediato, sin previo aviso, Mario comenzó a cantar otra que no estaba dentro del repertorio. Briana lo volteo a ver con ojos que matan y Mario se rio entre dientes. Todas nos quedamos mudas y fuera de órbita. En ese momento perdimos el equilibrio y Yuliana cayó encima de mí, Alicia sobre Briana. El chico rubio de ojos azules corrió a auxiliarla. Nadie más se acercó. Algunos jóvenes nos veían con pena y mirábamos entre todos que las chicas se burlaban conteniendo la carcajada y adentrándose en la música y la adoración; no podían perder el hilo de lo que estaban haciendo. Muertas de pena corrimos hacia el pasillo cerca de la puerta principal del auditorio de la iglesia.
— ¡Qué pena! — exclamo Daniela roja como tomate.
— ¡Ay chicas, de verdad! ¿Vieron la cara de todos? — decía Alicia entre risas.
Pronto me le uní porque no sé si me daba risa de nervios de haber hecho el oso de mi vida, o en su caso, de la risa contagiosa de Alicia. Ella y yo no parábamos de reír. Briana nos miraba con el rostro endurecido y furiosa.
— ¿Pero qué paso? ¿Están bien? — pregunto la pastora Mary acercándose a nosotros entre el bullicio de la gente y la música.
— Si pastora...
— ¡Pastora, no es justo! Mario cambio el repertorio a la mera hora y no nos avisó...
— ¡Fui yo Briana!
— ¿Qué? — pregunto con los ojos hundidos de enojo.
— ¡Sí! ¡Lo hicimos porque al final a Dominic no le quedaba la nota de la canción entonces me preguntaron y sugerí cantar mejor "Gracia Sublime"!
— Pastora pero, ¿Por qué no nos avisó? — pregunto Alicia entre risas.
— Pues se me paso.
La pastora se nos quedó viendo con ojos perplejos mientras unas reían, entre esas; yo y Alicia. Las demás se limitaban a agachar la cabeza con vergüenza y cruzarse de brazos. Briana hizo un gesto de disgusto y se marchó echando humo.
— ¡Briana! — grito Daniela detrás de ella.
Yo y Alicia nos volvimos a ver a los ojos y soltamos las más largas y estrechas carcajadas de nuestra vida. Mi estómago estaba a reventar y no podía más.
— De verdad chicas esto no fue gracioso — dijo Yuliana y se fue a buscar a sus otras amigas de la iglesia.
La pastora Mary se despidió con una negación de su cabeza y sonrisa amplia en su rostro y dijo:
— ¡Disfruten el evento chicas! ¡Si necesito manos para ayudar les aviso!
— Si pastora...
Las carcajadas nos doblaban a Alicia y a mí.
— ¡Ven, vamos a danzar! — sugirió Alicia tomándome de la mano y llevándome hasta el frente.
Cuando empezaron a cantar "Vivo Estás", aplaudimos todos juntos, las luces parpadearon, unos gritaban "Te amamos Jesús", otros danzaban a sus anchas, y cuando el ambiente se encontraba llena de alegría y energía al mil por mil; dejaron caer los polvos de colores. Todos gritaron eufóricos. Alicia y yo nos adentramos entre los jóvenes y danzamos cantando a todo pulmón:
Tu vivo estás en mí
No hay nadie en tu lugar
Te necesito Dios
Eres mi libertad
Mi amiga la pelirroja y yo corrimos por todo el lugar danzando y gritando eufóricas. Nunca me imaginé vivir esta experiencia dentro de una iglesia. Corrimos y corrimos hasta que Alicia comenzó a toser descontroladamente y yo me volví al no notar su mano sobre la mía.
— ¡Alicia que pasa!
— Un tarado me... — tosía y tosía —, me aventó... polvo en la cara.
Cuando ella levanta el rostro veo que esta toda repleta de color verde y un poco amarilla del mentón. Con lágrimas en los ojos e inclinándose para seguir expulsando lo que era del polvo que yacía en su boca, no pudo dejar de notar que todo esto era muy gracioso, y empezamos a reír otra vez.
— ¡Espera.... Respira amiga, respira!
— ¡Ay! Es que me enoja pero a la vez es muy chistoso — dice riendo.
Cuando comienza la otra canción, tiro de su mano y corremos tras la fila que una chica llamada Gloria ha orquestado para danzar y adorar a Dios.
Unos minutos más tarde, en medio del descenso de la música de alabanza, Mariana llena el lugar de gemidos insaciables y canticos de adoración cantando:
Anhelo conocerte más
Vivir en santidad, en intimidad...
Contigo, siempre quiero estar
Tu Gloria contemplar por la eternidad...
Se me pone la piel de gallina y un nudo en la garganta, cierro mis ojos mientras entono la letra y creo y las digo con plena convicción. Alicia está a mi lado, llorando y cantando, levantando sus manos a lo alto.
Puedo sentir una vibra llena de poder y paz entrando a mi ser, es inexplicable como es que se siente, me deja inmuta y llena de Su presencia. Puedo sentirlo. Esta aquí.
De repente, la pastora se acerca a mí y ora en lenguas posando su mano sobre mi cabeza. No entiendo lo que dice, pero parece como si hablara un idioma angelical, algo parecido.
Lo único que quiero es adorarte
Vengo a tus pies para entregar mi corazón.
Lo único que quiero es agradarte
Por siempre cantaré de tu amor
Y me quiebro al cantar y escuchar las palabras que traspasan mi alma porque así fue, así es y así será...
Amor que me rescato, que me limpio, que me da vida eterna
Tu sangre abrió el camino que nunca se cerrará
Tengo libertad.
— Hija, el Señor quiere más de ti. No tengas miedo. Quiere llevarte a lo más profundo y que conozcas Su amor que sana. No es coincidencia que hayas llegado a este lugar y que hayas pasado por tanto. Él te dará la fuerza para sacar a tu hija adelante, no estás sola — dice la pastora en mi oído y se marcha para orar por otro joven.
Me quedo impactada y petrificada ante lo que me ha dicho. ¿Cómo es que supo que tengo una hija? ¿Quién le dijo? ¿Cómo es que sabe cosas de mi vida? De inmediato me suelto a llorar y me hinco de rodillas rendida a sus pies.
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Una mamá imperfecta amada por un Dios perfecto
SpiritualSpin-off de la novela "Amar merece la pena". Elena, es una joven madre soltera, que sufre las altas y bajas de la maternidad. Con apenas diecinueve años , en medio de semejante responsabilidad, ella pierde el propósito de su vida y se marchita día...