Capítulo 4

62 26 45
                                    

Palmer


  Hasta ese momento su expresión no decía nada.

   Solo hasta ese momento cuando todo se fue por la borda. Sus ojos se estrecharon y sus labios se apretaron en una dura línea.

   –¿Por qué lo hiciste, entonces? –Su voz era grave y se dispersaba por partes de mi cuerpo que ahora que estaba en mis cinco sentidos no estaba dispuesta a admitir.

   –Responde mis preguntas... Y responderé las tuyas.

   Me soltó, poco a poco hasta que recuperé del todo la fuerza en mis rodillas. Dio un paso atrás y volvió a su postura de alerta. Brazos atrás de la espalda, de pie muy recto frente a mí y cero expresión en su rostro.

   –No estoy autorizado a responder sus preguntas.

   –Y una mierda. –Planté bien mis pies sobre la tierra y lo encaré– No estoy preguntando sobre tu organización ni tus superiores o los secretos de estado que manejes. Estoy preguntándote a ti qué haces aquí.

   Las luces azules de su traje tomaron un brillo más intenso, logrando que pudiera ver su rostro a pesar de la penumbra. Al parecer respondían a sus estados de ánimo. El peso e intensidad de su mirada lograron ponerme incomoda. Sus ojos recorrieron mi rostro y se detuvieron en mis labios, los cuales, inconscientemente lamí con mi lengua.

   Él siguió el movimiento con sus ojos.

   –Te vigilo. –Soltó sin tapujos.

   Me quedé de piedra.

   Y él lo soltó con tanta frialdad que me pareció de mal gusto la bromita que me estabagastando.

   –¿Por qué?

   –Porque es mi deber proteger a los humanos que están en potencial peligro. Este terreno no estaba dentro de las zonas de excavación permitidas por las napas subterráneas ocultas, hasta ahora. Me mantuve alerta. Por tu bien.— Se veía tan calienteinterpretando el papel de androide desinteresado.

   –Ya. Bien por ti, que eficiente. Pero ¿sabes? No soy estúpida. –Di un paso– Aquí en Siria, hay un AT17, un CR22 y un DR4. –Avancé un paso más– Sumamente eficientes, lograron innumerables avances, yo misma dejé la notificación de dónde estaría trabajando mi equipo. –Me acerqué un poco más– Ellos deberían saber si estaba en peligro, no tú. –Terminé de avanzar cuando solo nos separaban treinta centímetros. Estuve a punto de tocar su pecho con un dedo, pero me abstuve, no estaba lista para sentir esa electricidad otra vez– Así que lo preguntaré una vez más. ¿Qué haces aquí?

   Su lenguaje corporal no decía nada más que irritación e ira. Estaba molesto, muy molesto conmigo porque no podía mentir, no podía no responder. Lo tenía atrapado.

   Sus ojos cayeron a mis labios una vez más, pero esta vez fue él quien barrió mi rastro con su lengua por su labio inferior.

   Sus ojos cambiaron una vez más a plateado, para después volver al azul zafiro que tanto lo caracteriza. Apretó su mandíbula, haciendo rechinar sus muelas.

   –Te vigilo... –Su voz fue solo un susurro cuando soltó la última frase– Porque...

   Un estruendo ensordecedor nos envolvió y AT1 se movió para dejarme en la más absoluta obscuridad. Seguí su rastro azul, algo aturdida cuando lo vi saltar y golpear una gran roca que iba cayendo directamente a mi cabeza.

   Un segundo después lo tenía una vez más frente a mí, tan impoluto como siempre.

   De pronto recodé que estábamos bajo tierra atrapados. Miré a mí alrededor y no veía más que oscuridad, pero por el eco de nuestras voces parecía ser un espacio grande.

Protégeme (Amores perdidos 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora