Capítulo 51

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Palmer


Paz.

Todo a mi alrededor era paz.

Mantuve mis ojos cerrados y me dejé envolver por las caricias calientes del sol de primavera. Mi favorito. Dejé que cada poro de mi piel expuesta absorbiera la tan ansiada vitamina D y me llenara de energía.

Pum.

¿Qué fue eso?

¿Un latido? ¿Un golpe?

Estaba todo en completo silencio, estaba sola aquí en mi pequeño paraíso ¿cómo era posible que...?

Pum. Pum.

Hice una mueca. Ahora se escuchaba más fuerte.

Déjenme en paz, joder. Por fin no había nada. Por fin estaba completamente sola, sin preocupaciones, sin dolor, sin hambre, sin...

Sin... ¿Sin qué? ¿Sin quién?

Pum. Pum. Pum.

¿Qué es ese sonido?

El ruido se volvió insistente y comencé a perder la calma. ¿Quién me está molestando? ¿Por qué? ¿Acaso no me ven feliz?

Bum, bum... Bum, bum...

¿Un... corazón?

Se sentía familiar. ¿Eran mis latidos? ¿Eran...?

Bum. Bum. Bum. Bum...

El sonido se hizo más intenso, bombardeó mis oídos y fui incapaz de moverme para cubrir mis orejas. Me quedé sin aliento cuando algo comenzó a aletear en mi pecho también. Mi propio corazón comenzó a latir a la par del que escuchaba a mi alrededor.

–Chì mi air an taobh eile thu, a ghràidh.

Su voz.

Kael.

Mi compañero, mi pareja.

Una corriente eléctrica atravesó mi sistema y de un momento a otro fui completamente consiente de mi cuerpo. Específicamente de mi garganta.

Me impactó el dolor. Me impactó la dificultad de hacer entrar aire a mis pulmones. Me impactó aquella última imagen que tuve antes de perder el conocimiento.

Sus ojos azul zafiro llenos de sufrimiento, repletos de lágrimas.

La brisa marina, tibia y húmeda en mi piel, la presión de la tumbona en mi espalda, dándome confort. Los sonidos de golpes y quejidos que se escuchaban a lo lejos, la presión de mi garganta y el ardor que conllevaba tomar un pequeño trago de aire. El dolor punzante y opresivo en el centro de mi pecho, justo donde está mi marca. Nuestra marca.

El sopor desapareció de mi cuerpo y una descarga de adrenalina llenó todos mis sentidos.

Abrí los ojos.

Quise llevar una mano a mi cuello, pero me detuve justo antes de hacer el movimiento. Los sonidos de golpes estaban lejos en este momento. Algo en mi mente, en mi subconsciente me dijo que podría usar eso a mí favor.

Meerha debe estar con Kael y por lo lejos que se escuchaba no estaban en el mismo lugar que yo, así que debía usar el factor sorpresa.

Memoricé muscularmente mi posición, conté hasta tres y me levanté. Un mareo me sacudió por entero y el vómito le alojó en mi garganta mal trecha, impidiendo que saliera. Miré a mi alrededor y con la protesta de cada uno de mis músculos de arrastré hasta mi objetivo. Una vez que lo tuve en la mano volví a la tumbona, lo guardé bajo mi cuerpo y me recosté.

Protégeme (Amores perdidos 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora