Capítulo 54

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Palmer


–¿Puedo pedirles un favor?

Violeta y Alonso me miraron y sonrieron gustosos.

–Claro, querida. ¿Qué necesitas?

Estábamos cenando en la cabaña, habían decidido invitar ellos y la comida brasileña estaba exquisita. Kael comía como si el mundo se fuera a acabar, Alonso lo miraba con diversión y curiosidad.

–¿Me puedes prestar tu teléfono para hacer una búsqueda por internet?

–Claro, ten.

Me lo entregó desbloqueado y comencé a teclear como loca para buscar información sobre Vincent. Kael se acercó a mí y comenzó a leer conmigo los encabezados.

"Joven mayordomo de 25 años es asesinado en horario laboral mientras su jefe era brutalmente sometido a tortura"

"Millonario empresario pierde dos dedos después de ser atacado y secuestrado en su propio hogar"

"Sospechoso ataque en mansión a las afueras de Tudmur"

Para esa altura las lágrimas caían libres por mis mejillas y Kael apretaba tanto la mandíbula que podía escuchar como crujían sus dientes.

–Gracias, Vi. Y gracias por la cena. –Miré a Kael– Es hora que vayamos a la cama.

–Sí, ha sido un largo día.

Nos despedimos de nuestros nuevos amigos y volvimos al barco. Yo sudaba frío y temblaba notoriamente cuando entramos a nuestra habitación. Kael comenzó a buscar el teléfono desechable (que compró después de destrozar el primero) porque sabía que yo quería hablar con Vincent.

–¿Estás lista?

–Sí. —Susurré.

Al segundo tono la voz sobresaltada de Vincent llenó la línea

–¿Amore mío?

Sollocé, incapaz de hablar. El alivio y la preocupación me pasaron la cuenta y lloré libremente mientras Kael se hacía cargo del teléfono.

– Vincent, è un piacere sentirti.

Kael, perché Palmer piange così tanto? sta bene?

– Sì, solo un po' sopraffatti, eravamo estremamente preoccupati per te.

Oí suspirar a Vincent y mi corazón dio un latido doloroso. Estaba vivo, estaba bien.

–¿Está escuchando?

–Sí.

Amore mío. Su voz tomó un tono dulce solo para referirse a mí La perra loca estuvo hace una semana aquí. Llegó de improviso, ni siquiera mis sistemas de seguridad pudieron detectarla. Intentamos correr con...Dudó unos segundos— con Francesco al sótano, pero se nos hizo imposible. Logró tomarme y comenzó a hacer preguntas sobre ustedes, le dije que no diría nada, primero que me matara. –Solté un gemido de dolor– Comenzó cortándome un dedo y después otro, pero no dije nada. Justo después de eso Francesco logró entrar al sótano y comenzó a pelear con ella, lamentablemente...

–Está bien, Vincent. Lo sabemos. –dijo Kael conciliador.

Se fue cuando vio que no sacaría nada de mí. –Suspiró– Lo bueno es que las cocineras guardaron mis dos dedos en el congelador, al día siguiente los tenía pegados a la mano otra vez. Ahora estoy con vendajes y tienen buen color. Las cicatrices... Serán el recordatorio que no tengo que dar nada por hecho, menos con mi vida amorosa. No alcancé a enamorarme de Francesco, pero él de mí sí. Y luchó hasta el final para cuidarme. Mis dedos zombis serán el recordatorio que tuve un buen hombre conmigo y no lo supe ver. No cometeré ese error otra vez.

–Te amo, Vin. –Susurré con la voz quebrada.

Ti amo anch'io, Palmer.

–¿Nadie más sufrió daños? –Preguntó Kael.

No, lo hizo rápido y conciso. ¿Cuándo les dio alcance a ustedes?

–Hoy al medio día.

Puedo escuchar que están bien, pero ¿qué tan cierto es eso?

–Yo tengo un par de cortes y unos puntos en el muslo, Palmer...

–¿Supiste que era la esposa de Kael en Klexion? –Interrumpí.

¡Merda!

–Bueno, sufrió de un ataque de celos cuando... vio que estábamos juntos –No le iba a contar aun a Vin la larga historia del vínculo y mi embarazo, tenía que contarle cara a cara, cuando todo esto terminara– Me ahorcó hasta que perdí el conocimiento –El jadeo de horror de Vin llenó la línea y me estremecí– Cuando desperté tenía a Kael inmovilizado y entre los dos... terminamos con ella.

– Maledetta stronza e la fottuta madre che l'ha messa al mondo. –Carraspeó– Lo siento, Kael. Sé que era tu esposa, pero...

–Oh no te preocupes. –Me acaricio la cabeza– Ni siquiera la recuerdo.

Bien. –dijo Vin, orgulloso.

–Ya debemos cortar.

Amore mío, estaré bien, concéntrate en ti y en su meta, queda poco, tan poco, no te rindas. Te adoro.

–Estaremos juntos otra vez, Vin.

Ni lo dudes.

Una vez que se cortó la llamada fui al baño a lavarme los dientes y miré mi vientre plano en el espejo. Lo estudié con curiosidad, ni siquiera se notaba un poco, pero... había vida. Una pequeña vida ahí.

Nos acostamos abrazados en la cama y antes de dormir trazamos planes para el otro día.

Cuando íbamos camino al barco vimos en las noticias que habría una reunión tipo fiesta importante y estaba invitado uno de los encargados de Sigma, porque habían desbaratado una cadena de droga importante en las favelas.

Iríamos a esa fiesta vestidos de gala, dejaríamos nuestras cartas sobre la mesa y miraríamos hacia el futuro.

Kael no sabría sobre nuestro hijo o mi inminente ecografía. Yo iría de compras con Violeta y buscaremos el momento para ir a un ginecólogo. Si mi hombre se enteraba de mi embarazo podría olvidarme de ir a esa reunión.

Y este bebé era la carta maestra.

Protégeme (Amores perdidos 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora