*Alerta de contenido +18
Palmer
–¿Es lo que esperabas? –Preguntó Violeta cuando estábamos camino a las cabañas.
Había salido de la consulta con la cabeza en otra dimensióndespués de ver a el pequeño camarón que crecíaen mi vientre. Mi hijo. Nuestro hijo. Sus latidos cardiacos tan fuertes y rítmicosme dieron diez años extra de vida.
–Claro que no lo esperaba. –Le contesté– Pero, no demoré mucho en hacerme la idea. En el fondo siempre lo quise, quizás en mejores circunstancias. –Toqué en el bolsillo de mi pantalón corto el dispositivo USB que me habían entregado con el archivo de video de mi bebé– Ahora que está aquí, no puedo dejar de amarlo, de desear que nazca sano.
–¿Le dirás hoy a tu novio? –Curioseó mientras caminábamos por las calles, la brisa marina nos acariciaba el rostro y la humedad de ambiente hacía que nuestro cabello estuviera con mucho friz.
–No, tenemos cosas que hacer aun y si le digo del embarazo es posible que me encierre en una fortaleza y nunca más vuelva a ver la luz del día.
Violeta abrió los ojos desmesuradamente y yo me reí.
–No es cierto. No lo hará. Pero sí es muy protector, hemos estado huyendo de todo y nuestra vida en varias ocasiones ha estado en peligro. Entendería si quiera mantenernos a salvo.
–Eso es algo de lo que tienen que arreglar, juntos. La comunicación es esencial en una relación.
–Lo sé. Pasamos mucho tiempo separados, la comunicación no ha sido fácil, pero estamos trabajando en ello. Kael ha tenido que aprender a ser un hombre común y corriente. Se esfuerza y sé que no ha sido fácil para él. –Coloqué ambas manos en mi vientre– Procesar las emociones humanas mientras te enamoras y asimilar durante el camino que eres un extraterrestre de un planeta antiguo, lejano y extinto es difícil.
Violeta me acaricio con dulzura la cabeza cuando nos detuvimos en un semáforo.
–Espero que todo les salga bien de aquí en adelante. Merecen felicidad y estabilidad. Los tres.
–Gracias. No sé qué habría hecho sin ti, creo que ni siquiera tendría la más mínima sospecha del embarazo. Me hubiera enterado a punto de dar a luz.
–Es probable –Se rio a mi costa.
–¿Podemos... mantener el contacto cuando volvamos a Chile? –No pude evitar que mi voz bajara de decibel.
Violeta me miró.
–¿Será seguro? Digo, ¿para todos?
–Hoy en la noche será el punto final de esto. No saldremos de esa fiesta sin ser libres. No dejaré que mi bebé crezca escondido o con miedo.
–Le daré a Kael nuestros números de teléfono y dirección. Búsquennos cuando estés tranquila, recuerda que tu salud es lo principal ahora.
Asentí e intenté tragar el nudo que crecía en mi garganta.
Tenía muchas cosas que resolver cuando volviéramos a Chile. Kendal era una de ellas. ¿Qué pensaría mi hermanito cuando me vea llegar a casa, con Kael de mi mano y un bebé en mi vientre?
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Nueve horas después estaba terminando de arreglar mi cabello. Había comprado un removedor de color. Gracias a dios no había tenido la brillante idea de decolorarlo antes de aplicar el rubio.
Me vi en el espejo y me sentí más yo misma. Había recuperado mi color natural y casi no tenía los dedos de esa perra marcados en la piel.
Estaba radiante.
Me maquillé de forma muy sutil, un delineado con sombra marrón en los parpados, iluminador, y brillo labial. El vestido.... Era de ensueño. Tenía un escote en V y mangas largas, llegaba hasta el piso y estaba abierto por un cortado hasta la parte superior de mi muslo, si daba un paso este se abría y dejaba poco a la imaginación. Usé tacones altos de color negro para no opacar al vestido que era de color dorado. Ceñido completamente al cuerpo.
Cuando estaba lista salí del baño para encontrar a Kael de pie en la puerta de la habitación.
Se veía guapísimo. El traje parecía hecho a la medida porque se amoldaba a su espalda y piernas de la mejor manera. El gris oscuro y la corbata hacía que sus ojos zafiro resaltaran y conminaba muy bien con mi vestido. El pelo lo llevaba peinado hacia atrás, dejando expuestas sus hermosas facciones.
Me miró de pies a cabeza y sus ojos se volvieron imposiblemente negros y se acercó a mí con un andar lento y sensual.
–¿Qué te parece? –Di un paso largo para que viera el movimiento del vestido al caminar.
Dio una vuelta a mi alrededor, poniéndome nerviosa. No se notaba el embarazo aun, pero... ¿Podría tal vez escuchar los latidos de su corazón?
–Quítate la tanga o te la rompo. –Susurró sobre mi oreja y sentí como sus manos recorrían mi espalda descubierta.
–Me arruinarás el vestido. –Comenzó a quitarse la chaqueta del traje y abrió la pretina de su pantalón sin quitarme los ojos de encima– Kael...
–Intentaré ser gentil. –Como no le hice caso rompió mi ropa interior arrancándome un jadeo de sorpresa, que se convirtió rápidamente en un gemido de placer cuando su mano viajo rauda a tocar mi intimidad.
–Ya estás mojada. –dijo antes de besarme y estamparme contra la pared más cercana. Sus dedos agarraron velocidad y estaba alarmantemente cerca de correrme cuando me toma del culo y me levanta– Voy perder la cabeza cuando vea a todos los hombres mirándote. –Puso la punta de su pene en mi entrada– Voy a estar jodidamente orgulloso cuando las mujeres te miren con envidia –Comenzó a entrar, lentamente hasta la empuñadura, haciéndome gemir y maldecir en el proceso– Voy a marcarte bien, Mo ghràidh, para que no me den ganas de matar a alguien por mirarte con deseo –Empezó a empujar dentro de mí– Sentirás como mi semen cae entre tus piernas cuando camines. Y te gustará.
Un gemido salió por mi boca, aumentó el ritmo y sabía que, al terminar, tendría que revisar mi atuendo de pies a cabeza, una vez más.
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Holi, intenté encontrar una foto lo más precida posible al vestido de Palmer, lo unico diferente es que debería tener las mangas largas y debe ser completamente dorado.
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Protégeme (Amores perdidos 1)
RomanceEn las sombras de la noche, Palmer, una joven desesperanzada de 17 años, se encuentra al borde del abismo. La vida le parece un oscuro túnel sin salida, y la idea de la muerte se cierne sobre ella como una sombra ineludible. Pero en ese momento de d...