Palmer
Vin llegó un par de horas más tarde y el reencuentro no fue menos emotivo. Después de que las lágrimas dejaran de caer por nuestras mejillas Vincent me llevó a la sala de estar para comenzar el interrogatorio. Kael y Kendal habían salido juntos, para tener una charla de hombres, según ellos.
—¿Cómo estás?
—Bien, muy bien ¿y tú? —Alcancé su mano vendada y la tomé con cuidado para acariciarla.
—Bien, ya no duele tanto. —Acarició mi mano con gesto ausente— Tengo que tener sesiones de kinesiología por un par de meses para recuperar la movilidad de los dedos.
—Lo siento mucho, Vin. Si no hubiera ido a tu casa nada de esto habría pasado y Francesco...
—Perdí la compostura ¿Sabes? —Interrumpió Vincent— Cuando vi como peleaban y como Francesco iba poco a poco perdiendo la fuerza con cada golpe que ella le daba... Grité, rogué, lloriqueé para que lo dejara en paz, que hiciera lo que quisiera conmigo, pero... —Su mentón tembló un poco y el nudo en mi garganta se hizo más grande— Lo mató, Pampam. Fue rápido, él ni siquiera lo notó. Yo... sentí como algo se rompió en mi pecho y ella supo de inmediato que no tenía nada más que ocultar. Se fue y me dejó ahí, con el cuerpo de... a metros de mí.
Solté un hipido cuando las lágrimas cayeron por mis mejillas una vez más.
Vin solo me regaló una sonrisa de consuelo, tomó dos vasos de agua que Kendal había dejado en la mesa de centro, me tendió uno y el suyo lo levantó haciendo un brindis.
—Por vivir día a día, sin arrepentimientos, sin preguntas, sin dudas.
—Por el día a día, por amar con locura, por la familia.
—Salud.
Bebió un gran sorbo para después expulsarlo todo con un gran estruendo.
—¡¡Joder, Kendal!! —Vin siguió tosiendo, haciendo morisquetas y gruñendo de dolor.
Un poco sorprendida a acerqué la nariz a mi vaso y noté que era vodka... Puro.
Me partí de a risa.
—Debe pensar que tenemos veinte años aun para estar bebiendo a esta hora.
Vincent se unió a mi ataque de risa.
—Bueno, tan equivocado no estaba... —Bebió un sorbo más pequeño, degustando— Está muy bueno.
Reímos un rato más hasta que fue mi turno de hablar.
Le conté todo. Desde que salimos de su casa, hasta que nos encontramos con Violeta y Alonso en las cabañas.
Y con una sonrisa en mi rostro le dije que estaba esperando un bebé. Vin me abrazó con fuerza.
—¿Debo celebrar contigo o llamar a uno de mis médicos para programar el aborto? —Preguntó con una sorprendente seriedad.
—Estoy bien, Vin. No esperaba a este bebé hasta unos años más, pero lo quiero. Quiero tenerlo.
—Ooohh, si crees que soy despilfarrador contigo, no te imaginas como seré con mi sobrino. A los quince años ya tendrá una cuenta bancaria tan grande como la mía, para que haga con ella lo que quiera...
Siguió hablando sobre lo mucho que amará a mi bebé y lo mucho que consentirá a Kendal para que no se sienta desplazado. Lo dejé divagar por unos minutos hasta que no pude alargar más el momento.
—Hablamos con Khoslo. Y sabemos qué le pasó a tu mamá, Vin.
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Protégeme (Amores perdidos 1)
RomanceEn las sombras de la noche, Palmer, una joven desesperanzada de 17 años, se encuentra al borde del abismo. La vida le parece un oscuro túnel sin salida, y la idea de la muerte se cierne sobre ella como una sombra ineludible. Pero en ese momento de d...