Capítulo 45

10 6 0
                                    


Palmer


Dejamos el helipuerto y una pesadez se instaló en la boca de mi estómago. Algo no andaba bien. Diez hombres vestidos de traje negro, armas en sus cinturones y lentes oscuros se acercaron a nosotros en cuanto tocamos tierra y de inmediato nos pusimos en guardia. Kael se plantó frente a mí mientras yo tomaba la empuñadura de mi navaja.

–Es solo por seguridad. –Agregó DR14.

–No somos letales, DR14. –Susurré.

–Lo entiendo, pero el jefe lo quiere así.

Caminamos algo tensos. Adentrándonos en las fauces del aeropuerto. Estaba limpio, aireado y moderno, era bastante pequeño y sin tener que pasar por ningún control nos llevaron directo a la puerta de embarque número tres.

Miré a mí alrededor y DR14 ya no estaba con nosotros. ¿Cuándo había desaparecido? Me puse imposiblemente más inquieta.

Para esa altura Kael apretaba mi mano con fuerza, como si fuese posible que saliera corriendo. Aunque yo creo que su posesividad se debía la cantidad desmesurada de guardias que nos rodeaban en un círculo con cada paso que dábamos.

No le encontraba sentido. Diez hombres comunes y corrientes no podrían ni por asomo detener a Kael si quería escapar. Sin darme cuenta tenía la mano libre sobre la empuñadura de mi navaja, a un costado de mi cadera.

Me sentía extraña. Siempre me había jactado de ser intuitiva y perspicaz, pero ahora se sentía mucho más fuerte. Me sudaban las manos y el dolor en la boca del estómago no hacía más que empeorar minuto a minuto. Cada paso que dábamos de camino al avión privado que nos esperaba en el centro de la pista me hacía estar cada vez más tensa, más nerviosa.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando la mano de Kael fue brutalmente quitada de la mía. Alcancé solo a girar un poco sobre mí mismo eje cuando dos manos me tomaron de la cintura y me sujetaron contra un cuerpo fuerte. Su agarre impedía que mirara del todo hacia atrás, donde suponía que debía estar Kael.

Podía escuchar sus gruñidos y forcejeo de ropa y piernas contra el pavimento.

Forcejee, me retorcí y pelee todo lo que pude pero esos brazos fuertes no cedían. Así que me armé de fuerza, me incliné hacia delante y tomando impulso golpee hacia atrás mi cabeza lo más fuerte que pude. Esos brazos me soltaron con un rugido de dolor y un "crack" muy escalofriante para indagar más en ello.

Me giré completamente.

Lo busqué con mis ojos frenéticamente.

Y lo encontré.

Y el pánico me invadió.

Dos AT estaban forcejeando con él. Cada uno tomándolo de un brazo y arrastrándolo hacia dentro de las puertas de vidrio, lejos de mí. Pero lo que casi hizo que mis rodillas se doblaran y que mi alma saliera de mi cuerpo en un quejido de dolor fue el guardaespaldas que estaba detrás de ellos.

Sacando una jeringa del bolsillo interior de su chaqueta de traje.

Un líquido blanquecino que sospeché no debía ser nada bueno se encontraba dentro de la jeringa y en su expresión pude ver que iba directo al cuello de mi hombre.

Y ahí estaba, una vez más ese afloramiento en mi pecho. El dolor en la boca del estómago quedó completamente olvidado. Sentí como mis costillas quemaban, como mi vientre se apretaba, como mis piernas se quedaban rígidamente pegadas al piso, congeladas.

Y una voz, en lo profundo de mi cerebro que gritaba:

¡Muévete!

¡Haz algo!

¡¡Se lo llevarán!!

¿Cómo que...?

La idea de materializó en mi mente y lo único que fui capaz de sentir fue cólera. Tan fuerte, tan incontrolable, que mi cuerpo otra vez sufrió una transformación. Estaba de pie pero me sentía flotando. Mi cabeza hormigueada, mis ojos ardían, mi mandíbula apretó mis dientes, mis músculos sufrieron una inyección de adrenalina que nunca habían sentido. Sin poder evitarlo abrí mis piernas y me agazapé, solo un poco.

Estaba lista para proteger lo que tanto me había costado conseguir. No estaba lista ni por asomo para dejarlo ir, para dejar que me lo arrebataran de las manos.

Respiré profundamente.

Fijé mi objetivo.

Y avancé.

Protégeme (Amores perdidos 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora