capítulo 63: Doble moral.

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Marinette.

-Cielo - Félix me abrazó y recargó su barbilla en mi cabeza - Deja de llorar... No merece que te pongas así por él - me sentía rota, no quería que él se enterara de nosotros así, además de que lo último que me dijo si me dolió. Yo en verdad lo amaba ¿Pero entonces por qué me junté demasiado pronto?

-Ya vio a Loius... Afortunadamente no sabe la verdad - me aferré más a su pecho - ¿Crees que si se llega a enterar que es suyo me lo quitará? Ese siempre ha sido mi miedo... Aún no sé si hice lo correcto al mantener en secreto la existencia de su hijo. Seguramente en este momento me está odiando... No quiero que me quite a mi bebé, Félix.

-No lo hará - suspiró - aunque me cueste admitirlo, tú y yo lo conocemos, nunca ha sido vengativo, solo está dolido.

-Y tiene todo el derecho de estarlo... Yo lo arruiné todo.

-Oye - me tomó de los hombros y me miró a los ojos  - Tú no estabas consciente de mi pasado o el de él, no sabías sobre nuestra relación. Todo pasó sin la intención de lastimarlo, las coincidencias duelen, pero nunca te sientas culpable de esto.

-Lo sé, pero eso no me hace sentir mejor. Soy culpable de este conflicto, arruiné tu relación con él y si tu madre se llega a enterar me odiará.

-Si buscas a un culpable, entonces culpame a mí. Yo fui el que quiso seguir contigo después de descubrir la verdad, yo fui quién se quiso quedar con todo el amor de su hijo. Yo soy el egoísta al quererte y amarte, además... Nuestra relación estaba rota desde antes, tú no tienes la culpa de como nos llevamos.

Lo abracé y hundí mi rostro en su hombro, mi Félix era el motivo de mi felicidad y no era para nada egoísta. Acaricié su espalda y nos quedamos así un rato. Una bomba al fin había estallado, teníamos que esperar las consecuencias, pero lo tengo a él y él a mí.

La puerta del comedor se abrió y eso nos sobresaltó. Era Claude y se veía preocupado.

-Adrien ya se fue, ¿Están bien?

-¿Donde dejaste a Loius? - Félix se tensó al no verlo y yo también.

-Tranquilos, tranquilos, él está en la sala jugando...

-Gracias - dijimos al unísono Fel y yo y suspiramos al saber que nuestro hijo estaba bien.

-Él... Adrien... ¿Él ya sabe la verdad? - Félix tomó mi mano y negó con la cabeza - Félix... Marinette... No pueden mantener este secreto toda la vida, ¿Que harán cuando él se entere? O peor, ¿Que harán cuando mi sobrino empiece a preguntarles de su padre biológico?

-Lo sé, lo sé... Solo que ahora esta un poco conmocionado, no quiero que se altere más, hay que darle unos días y se lo diremos. Te lo prometo - le explicó su hermano. Me sentía avergonzada con Claude, seguramente me ve como una cobarde y que me aprovecho de su hermano, casi siempre Félix me ayuda cuando estoy en aprietos.

-Marinette... - se acercó el castaño a mí y tomó mis manos.

-Lo siento, lo siento tanto... - mi maquillaje ya estaba arruinado por mi llanto - perdóname Claude.

-Tienes mi apoyo - besó mis manos y después acarició mis nudillos - Eres una buena mujer, si nuestro primo reacciona de forma negativa ante la noticia, quiero que sepas que no solo tienes a mi hermano de tu lado, también me tienes a mí y a mi madre.

-¿Crees que ella logre perdonarme cuando se entere?

-Félix y yo no encargaremos de que así sea.

-¿Por qué me preocuras tanto? - siempre estaba de mi lado aunque yo siempre piense lo contrario.

-Porque lograste ablandar el corazón de mi hermano, y gracias a tí, nuestra comunicación se hizo más profunda. Ese ogro logró abrir sus sentimientos y me mostró su vulnerabilidad, por eso estoy agradecido contigo, eres un rayito de luz en esta familia. Ahora entiendo porque tienes a mi hermano y a mi primo loquitos por tí - me guiño un ojo, eso me causó un deja vú.

-¡Claude! Tonto - supongo que molestó a mi novio con lo último que dijo. El castaño y yo reímos y el ambiente comenzó relajarse.

-¡Bueno! -  dio un aplauso - hay que apurarnos, hay un bufete que tenemos que terminar, mi sobrino debe festejar su día.

Ambos hombres entraron a la cocina para ponerse manos a la obra y eso me enterneció, observé cómo cada uno se puso un delantal y arremangó su camisa. Yo fui en busca del cumpleañero para verlo después de esta situación caótica.

La escena que me encontré me divirtió, este niño aprovechó el momento que lo dejamos a solas y abrió uno de sus obsequios.

-¡Louis! - dio un brinco por la sorpresa y escondió el rastro de pruebas de su travesura. Yo reí por su reacción y me acerqué para abrazarlo - Sabes que los regalos se abren hasta que estemos todos juntos - besé su cabeza.

-Lo siento mamá... - se acurrucó en mí y comenzó a sollozar.

-No llores mi amor... - lo mecí - solo no lo vuelvas a hacer - él asintió y se separó un poco de mí para tallarse sus ojos - enséñame que te dieron y quién fue.

Louis se alejó de mí y sacó su regalo de abajo de la mesa. Era un muñeco de chat noir.

-¿Quién te dio esto? - sonreí.

-No recuerdo como se llama... Pero fue el hombre que se parece a mi papá - volví a ver el muñeco que tenía en las manos ¿Adrien le dio un regalo a mi hijo? Acaricié su cabello y dejé el juguete en la mesita.

-Vamos con tu papá y con tu tío, vamos a terminar tu pastel ¿Quieres decorarlo?

-¡Sí! ¿Pero es de chocolate?

-Triple chocolate - apreté su pequeña nariz.

-¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! - brincó con emoción y corrió a dirección de su padre para alcanzarlo. Me levanté y planché con mis manos mi vestido. Aún era muy pequeño para saber la verdad de mi pasado y sobre su padre.

-¡Nooooooo! - escuché la voz de Félix y las risas de su hermano y de mi hijo. Cuando entré a la cocina pude ver cómo mi novio estaba cubierto de chocolate en los labios y también las manos de mi hijo mientras que su tío lo cargaba.

-¡Oigan! ¿Quién le hizo esto? - reí por como lo molestaban y me acerqué a la pobre víctima - ¿Estás bien? - lo tomé de las mejillas y él negó.

-Ayudame a quitarme esto - me tomó de la cintura y me acercó a él para besarme tiernamente.

-Mejor vámonos pequeño, no queremos ser un mal tercio - escuché como se alejaron y aproveché para besar con confianza y sin pudor al británico.

Los labios de Félix tenían sabor a chocolate, mordí uno y él jadeó.

-Si me limpias así... No me molestaría embarrarme más seguido de este dulce - su sonrisa me derretía y también sus insinuaciones - Me gustan tus besos - se meció de lado a lado mientras me miraba como un bobo.

-A mí me gustas tú - reí y rodeé su cuello con mis brazos para estar más cerca de él.

Continuará...

Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora