Ella pasó a lado de mí y bajó las escaleras con prisa, yo la seguí, sus piernas se tambalearon y uno de sus tacones se resbaló de los escalones, la jalé y ambos caímos, afortunadamente ella estaba encima de mí y no se lastimó con las escaleras.
-¿Estás bien? - traté de disimular el dolor.
-S-sí - se levantó de inmediato y se quedó paralizada, yo traté de reincorporarme, pero me fue imposible, en verdad dolía -Señor Agreste...
-No me llames así - logré ponerme de pie, pero mi lumbar aún dolía - No me gusta que me hablen por mi apellido, y menos tú...
-Lo siento.
-¿Podemos hablar? - ella evadió mis ojos y mordió uno de sus labios.
-No... No hay nada de que hablar.
-Claro que sí.
-No, no lo hay.
-Amor... - ella apretó los ojos y suspiró.
-¿Quieres hablar después de cinco años sin vernos? ¿Sobre qué quieres hablar? ¿Acaso me quieres presumir como estuvo tu boda y lo divertido que fue hacerme a un lado? Si quieres eso, bien, vamos allá - caminó hasta el parque que estaba en frente de la boutique y yo la seguí, me sentí intimidado por la forma en la que se dirigía a mí.
Se sentó en una de las bancas y yo me quedé parado por qué no era fácil tomar asiento por el golpe que recién me dí. Suspiró y se levantó de nuevo para ayudarme a tomar asiento.
-Haces cosas muy estúpidas - se quejó mientras me ayudaba - debes ir a un doctor.
-Al menos tú estás bien - susurré cerca de ella e inmediatamente se alejó. Tomó asiento, pero lo más alejada a mí - No sabes cuánto te extrañe - comencé.
-Ve directo al grano, tengo prisa - ni siquiera me miró, solo observó a los niños que jugaban en los juegos.
-Yo... - su teléfono comenzó a sonar, lo cuál me interrumpió, ella con nerviosismo lo sacó de su bolso y contestó de inmediato.
-Hola... - sonrió - Sí, ya terminé, ahora me dirijo a casa ¿Cómo está él? - ¿él? - o... entiendo, sí, no te preocupes... Tranquilo... No, no estoy molesta - mientras ella hablaba yo pensé lo que debía de explicar, he planeado esto por años, pero ahora me sentía demasiado nervioso y mi cabeza se puso en blanco ahora que la tenía a unos cuantos metros de mí - me alegro, por favor no lo acuestes tan tarde y dile a tu hermano que me llame en cuanto llegue, no importa la hora, debo colgar, hay mucha gente y no quiero perder mi parada, sabes como soy - rió con nerviosismo - Gracias y lamento molestarte a tí también... - colgó y suspiró.
-¿Todo está bien?
-Adrien, habla ya.
-Sabes que nunca sería capaz de hacerte daño - dije porque ella no me iba a dar mucho tiempo.
-Claro... Casarte y dejarme sin explicaciones no cuenta como daño.
-Me casé por obligación.
-Lo entiendo, y es por eso que no te busqué para reprocharte - pequeñas lágrimas salieron en silencio - Creo que tienes razón, tu no me hiciste daño, yo me lo provoqué sola - su voz no titubeaba - creo que me cree un cuento de hadas con la persona equivocada.
-No, eso no es cierto - la tomé de las manos - podemos volver a intentarlo, esta vez nada podrá separarnos, formaremos la familia que siempre soñamos y...
-Estas bromeando ¿Verdad? - mi cuerpo se tensó - ¿Esta vez? ¿Cómo puedo creer en tus palabras? Ya me habías hecho esto y mira como terminó todo - safó sus manos - Tuvieron que pasar años para que me explicarás esto ¿De verdad creíste que en cuanto te viera de nuevo correría a tus brazos y aceptaría estar contigo de nuevo?
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Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)
Hayran KurguUna serie de acontecimientos y malas decisiones obligan a Marinette a irse a vivir en Londres. La decisión de un rubio francés provoca que pierda al amor de su vida, él creyó que podría protegerla de una situación que lo tenía entre la espada y la p...