capítulo 56: Tú y yo.

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Su lengua atacaba sin pudor la mía y subió una pierna a la altura de mi cintura, la cuál tomé para frotar mejor mi cuerpo contra el suyo.

-Fel... - suspiró por mis caricias y jaló un poco de mi cabello.

-Te deseo - murmuré entre sus labios.

-Entonces salgamos... Te daré tu obsequio.

-Estaba esperando a que me lo dieras... - la cargué y salimos de su baño, su sonrisa de travesura siempre me contagiaba. Con cuidado la bajé y ella me empujó para que me sentara en la orilla de la cama.

Con un rubor en sus mejillas se quitó por completo la bata y la dejó caer a suelo. Una linda lencería color vino cubría su cuerpo y la hacía ver más atractiva. Mis ojos no dejaban de contemplar su figura. Era perfecta.

Lentamente se acercó a mí para posicionarse encima.

-¿Te gusta?

-Me encanta cielo, mira como me pusiste con solo mirarte - ella agachó la mirada a mi pantalón y notó mi erección, acarició suavemente la zona y sonrió ladinamente - Eres hermosa cielo... soy muy afortunado de estar a tu lado.

-Felix... - besó mi mejilla - Deja de ser así... Eres muy empalagoso - rió mientras desabrochaba mi cinturón. Yo la ayudé y desabotoné mi camisa.

Con las llemas de mis dedos, delineé un camino desde su espalda baja hasta sus hombros y jalé un poco sus tirantes para dejarlo azotar contra su piel.

-Extrañé tanto tus caricias, tus besos - jaló del cuello de mi camisa para que la besara y comenzó a menear sus caderas sobre mi pelvis - Félix... - gimió cuando apreté uno de sus senos y metí un par de mis dedos en sus pantis. Ya se encontraba mojada - ah... Sí... Por favor sigue tocando ahí.

-Ya no aguanto Marinette - La abracé para ponerla debajo de mí y así poder tenerla a mi merced. Marinette se estremecía por mis besos que iban descendiendo desde su clavícula hasta sus senos. Saqué ambos de su conjunto y mordí con suavidad uno de su pezones.

Sus manos bajaron mi pantalón y liberó mi miembro de mi bóxer, masturbando un poco la zona. La tomé de los brazos y la obligué a subir para besarla. Era un beso lento y con cariño, ella era perfecta para mí, es la mujer que amo y que anhelo cada día y cada noche.

-Félix... Te amo Fel - amaba hacerlo con ella, podíamos pasar de deseo y lujuria a algo más romántico y sentimental, era como una montaña rusa.

-Yo amo todo de tí mi cielo, amo como despiertas cada mañana, con un rastro de baba, que me demuestra que tuviste un sueño profundo - rió y acarició mi mejilla - amo cada taza de té que me haces en las mañanas, amo cuando ríes y bromeas, aunque tus chistes a veces son malos, para mí son los mejores.

-¡Oye! - frotó su nariz con la mía - tu tampoco eres bueno con los chistes.

-Y eso nos hace la pareja perfecta - la abracé y besé sus mejillas.

-Me haces cosquillas.

-¿En serio? - continúe molestándola - Dime qué soy el amor de tu vida y te soltaré - le condicioné.

-No.

-¿Segura? - trató de safarse, pero fue inútil, para su mala suerte yo tenía más fuerza.

-No eres solo el amor de mi vida, eres más que eso... Si es que existe la reencarnación, volveré a buscarte - dejé de molestarla y ella apretó mis mejillas - Así que mantén los ojos bien abiertos y no te juntes con alguien más que no sea yo.

-Será fácil identificarte en nuestras próximas vidas, simplemente sabré que eres tú con un té y un golpe en la nariz.

-Eso fue un accidente, no quería hacerte daño - delineó lo que hirió hace años.

-La biblioteca no es un lugar para dormir, Cielo.

-Oh vamos, estaba embarazada, era normal que me ganara el sueño - infló sus cachetes - además... Estaba nerviosa.

-¿Por qué? - cepillé su cabello con mis dedos.

-Porque estaba investigando sobre como iba a ser mi embarazo, no quería que lo vieras, tú y yo nos estábamos conociendo apenas y terminar como una madre soltera no era algo que me enorgullecía.

-Lamento no haberte conocido antes, de haber sabido en ese entonces que eras la novia de Adrien, tal vez te habría ayudado, como a Kagami en su momento - ella negó.

-Si nos hubiéramos conocido, esto que tenemos entre tú y yo jamás habría pasado, de por si tuvimos un problema cuando descubrimos la verdad... - ¿En verdad ella y yo no nos habríamos enamorado? ¿Sería más difícil estar juntos? A veces todo tiene su tiempo y su por qué...

-Tienes razón...

-No cambiaría nada del pasado, me gusta como estamos y también lo disfruto...

-Te agradezco por todo lo que me has dado... Me diste una oportunidad... - besé con ternura sus labios - me diste un hermoso niño - sus ojos brillaban y eso aceleraba más mi corazón - No quiero perderte nunca mi cielo, si algún día dejas de amarme, dímelo, házmelo saber para que yo pueda volver a conquistarte.

-No será necesario mi Fel, logras enamorarme cada mañana, cada tarde y cada noche, y no solo lo haces conmigo... Nuestro hijo también te ama con locura - eso último hizo que sintiera como si le dispararan en mis inseguridades, un disparo que termina con el dolor que me causa, un disparo que puede llegar y matar a ese miedo.

Aquella salvadora de mi alma, limpió unas cuantas lágrimas de mi rostro y recargó su frente con la mía.

La noche siempre era testigo de nuestro amor, tanto en las palabras como en las acciones. Ambos nos dejamos llevar y cada que hacia el amor con ella, me daba seguridad y me hacía sentir amado.

Hace más de cuatro años maldije a la lluvia y a mi hermano por traerme tanta mala suerte... Pero de no haber sido por ellos, en aquel día, seguramente nunca habría corrido a esa cafetería y caído ante los brazos de la mujer que ahora es dueña de mi corazón...

O tal vez fue un golpe de suerte. O tal vez fue el destino arrastrándome hasta a ella.

Continuará...

Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora