Marinette.
Tikki abrió las cortinas de mi habitación para que la luz de la mañana iluminara el pequeño espacio y me despertara. De mala gana me levanté y me asomé por aquella ventana, el cielo se veía nublado y gris, como los demás días anteriores a este.
Al parecer en esta ciudad solo existía el cielo opaco y lluvioso. Ahora entendía porque las horas del té. Me metí a bañar y unas terribles náuseas aparecieron de nuevo. Han pasado apenas dos semanas desde que llegué a Londres y durante ese tiempo he tenido náuseas matutinas.
Jalé la palanca de la taza y el agua se llevó todo lo que había descargado. Era sábado y tenía que ir a la cafetería a trabajar tiempo completo, tomé mi desayuno y salí en dirección a mi trabajo.
No quedaba muy lejos de mi departamento, pero pude haber escogido un mejor lugar en donde vivir. Por la urgencia de venirme a Londres, no me tomé el tiempo suficiente para escoger un lugar cómodo. El lugar era pequeño y solo había lo necesario, literalmente; un cuarto en dónde solo cabía una cama y una mesita de noche, y también una cocina en donde apenas y cabiamos el refrigerador, la estufa y yo.
Mi teléfono sonó, pero al ver de quién se trataba colgué de inmediato.
- Deberías contestar, estás evitandolos y eso no es bueno Marinette, vas a hacer que se preocupen - Mi pequeña kwami me regañaba con un susurro.
-Aun no, no quiero que me llenen de preguntas sobre cómo estoy. Sí descubren que odio esta ciudad seguramente tratarán de convencerme para volver - di vuelta en la calle en dónde se encontraba mi trabajo - además si regreso tal vez sería hasta dentro de unos dos años, no quiero ver ni enterarme sobre la boda de Adrien, no lo soportaría. Ahora escondete, nadie puede verte - entré al local.
-Marinette, que bueno que llegaste - Allegra, mi compañera de trabajo se acercó para tomarme de los hombros y conducirme hasta el interior de la cafetería - ¿puedo dejarte a cargo de la tienda solo por hoy? Surgió un problema con mi padre y tengo que ir a auxiliarlo.
-No te preocupes Allegra, estaré bien, puedes irte tranquila.
-Gracias - me abrazó y tomó su bolso para salir.
El tiempo pasaba y nadie llegaba, seguramente esto se debía al clima, normalmente la luz pasa por las nubes pero esta vez no fue así, las calles se veían más oscuras de lo normal y la gente corría a refugiarse puesto que las gotas comenzaban a caer más fuerte de lo normal.
Parecía de noche a pesar de la hora, las luces se encontraban prendidas y todo estaba solo.
Maldije en voz baja, no había traído un paraguas ¿ahora como regresaría a casa? Después recordé que tampoco había traído comida.
En menos de una hora la lluvia comenzó despacio y con el tiempo, en vez de cesar, esta aumentaba su intensidad. La niebla que se formó desapareció a los demás establecimientos de la calle, parecía como si nada más existiéramos este local y yo.
Mi estómago rugió y también el de Tikki, al menos estaba agradecida de que Allegra no estuviera, además de que no había ningún cliente. Gracias a eso mi kwami pudo moverse con libertad.
Parecía como si el cielo estuviera a punto de caerse. Comenzó a caer granizo, si antes era difícil salir o pedir algo para come, ahora sería imposible. Mi kwami y yo moríamos de hambre, no teníamos otra opción que tomar algo de aquí, sin embargo todo era excesivamente caro. Con todo el dolor de mi trabajo y sueldo tomé un par de pastelitos y un café simple, el más barato del menú.
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Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)
FanficUna serie de acontecimientos y malas decisiones obligan a Marinette a irse a vivir en Londres. La decisión de un rubio francés provoca que pierda al amor de su vida, él creyó que podría protegerla de una situación que lo tenía entre la espada y la p...