capítulo 7: No confundas al británico.

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Félix.

-¡Carajo! - la lluvia era más intensa y mi paraguas se lo había llevado Claude, él siempre tomaba mis cosas y esta vez si le reclamaría. Mi Tesis se iba a mojar y tendría que imprimirla de nuevo. No tuve otra opción que buscar en un aula un bote para meter ahí mi fólder. Respiré profundamente y tomé vuelo para llegar a mi auto.

Abrí la puerta y metí lo único que me importaba mantener seco, yo me mojé más de lo debido, mi madre ahora sí matará a Claude. Arranqué y avancé para ir directamente a casa.

La lluvia era demasiado densa que levantó una neblina horrorosa, no podía ver con facilidad el camino. Mi suerte iba empeorando mientras más avanzaba el tiempo.

Avancé con cuidado, pero un ruido extraño apareció y de pronto mi auto se detuvo, maldije en voz baja, hasta salieron groserías que  no sabía de dónde saqué. Suspiré profundo para recuperar un poco la calma. Saqué mi teléfono para llamar a Claude y que mandara a alguien para que recogiera mi auto, sin embargo no prendió, la batería se había terminado. Esa fue la gota que derramó el vaso.

Metí mi Tesis a mi portafolio y también mi computadora, traté de meter las cosas entre mi abrigo y las abracé. Tomé aire antes de salir del auto y mi cuerpo empezó a sentir el frío infernal. Con el coraje atorado pateé una llanta. Estaba furioso, irritado, no paraba de maldecir esta suerte. Corrí para refugiarme, pero todo estaba cerrado. Quería que me tragara el infierno, total, ya estaba pagando algo que no sabía que debía.

Supongo que la mala suerte se compadeció un poco de mí ya que había una cafetería abierta, corrí lo más rápido que pude y sin previo aviso entré. Sentía como si mi corazón fuera a salirse de mi pecho por el esfuerzo de correr, hace años que dejé el deporte para enfocarme completamente a mi carrera.

Una mujer se acercó para ayudarme, supongo, porque después se levantó y se marchó, solo vi sus piernas y el como se metían a la cocina.

Regresó y pude recuperarme de mi maratón. La chica era alta, cabello azabache y de ojos azules. Me miró algo confundida y se alejó con torpeza de mí.

¿Acaso me veía terrible como para que reaccionara así? La chica simplemente me miró unos segundos y después noté como sus piernas flaquearon. Lo que me faltaba...

Su cuerpo se desvaneció y yo me levanté de inmediato para tomarla.

-Oye ¿Estás bien? - la sacudí un poco, pero terminó desmayándose.

La cargué y la llevé a un sillón para ponerla ahí. Entré sin permiso a la cocina y busqué un botiquín, había uno en un cajón y dentro de el había alcohol y torundas, lo suficiente para despertarla.

Me senté a un lado y puse su cabeza en mis piernas, sentí como si una corriente eléctrica hubiera recorrido mi cuerpo al tenerla así, nunca me había sucedido algo así con una señorita. Su rostro se veía frustrado y cansado, sin embargo eso no impedía que se viera atractiva...

¿Qué carajos acabo de pensar? Negué con la cabeza para despejar esas tonterías y continúe con mi trabajo, vertí un poco de alcohol en la torunda y lo acerqué a su nariz. Ella fue abriendo los ojos poco a poco y de golpe me empujó para levantarse y correr al baño.

-"Gracias" - imité una voz aguda - oh, ¡de nada! - me quejé porque ella simplemente me empujó.

Ahora recordé porque no me agradan, no son agradecidas. Crucé mis brazos y mi pierna empezó a moverse por el estrés. ¿Qué le costaba agradecerme?

Ella ya estaba tardando... Me quité la bufanda y también el abrigo que estaba empapado, antes de que ella se desmayara traía en sus manos unas toallas, tomé una y empecé a secarme.

Pasaron como cinco minutos y ella seguía sin regresar ¿Estará bien? Seguramente no. De mala gana me dirigí al baño y toqué levemente la puerta. Ella no respondió y traté de abrir, pero estaba trabada, pegué mi oreja para escuchar algo y definitivamente ella no estaba bien, escuché como hacía esfuerzo para sacar todo lo que tenía en su estómago ¿Porque vino a trabajar si está enferma?

Negué con la cabeza y regresé a las mesas, mi cabello ya estaba casi seco y mi cuerpo también. Me senté nuevamente en el sillón y esperé a que la señorita saliera, no tenía otra opción, después de todo estoy aquí para refugiarme de la lluvia, además de que necesitaba pedirle prestado el teléfono del local para llamar a mi hermano.

Unos tacones resonaron en el piso, al fin había aparecido, me levanté y me acerqué para pedirle el favor. Su rostro estaba pálido y sus ojos estaban hinchados.

-¿Te encuentras bien? - la tomé de los hombros y ella me miró, sus ojos se llenaron de lágrimas. Esto era incómodo para mí, no me gustaba encontrarme en una situación así porque no sabía cómo consolar a alguien. La jalé con cuidado y la senté para que se calmara.

-Disculpe mi imprudencia - soltó. Yo solo asentí y con un poco de titubeó le di unos golpecitos en el hombro.

-¿Ya estás mejor? - saqué de mi bolsillo un pañuelo y se lo extendí, ella me miró algo incrédula y eso provocó un sonrojo en mis mejillas - E-es por qué estas empapada de lágrimas, límpiate - lo tomó y limpió sus mejillas.

¿Porque estaría así? ¿Será por el clima? ¿Se siente enferma? ¿Estará en su ciclo menstrual? En mi libro explica que tienen un fuerte cambio de humor debido a sus hormonas, tal vez se ponga muy sentimental. Las mujeres son muy complicadas.

-¿Vino por una taza de café por este clima? - su comentario me hizo soltar una carcajada.

-Claro mademoiselle, salí solamente para venir a tomar café... Aunque yo prefiero el té.

-Perdon, a veces olvido que estoy en Londres y que aquí prefieren el té.

-te gusta manejar el sarcasmo ¿Cierto? - sonreí y ella agachó su mirada.

-Usted empezó... Yo pregunté con buena intención - murmuró en forma de puchero y yo negué con la cabeza.

-Mi auto se averió y necesito un teléfono, el mío se descargó y no puedo llamar a mi chófer ¿Me prestas el del local?

-S-sí - se levantó con trabajo y avanzó al mostrador para darmelo.

-Muchas gracias - tomé el teléfono y marqué al número de mi hermano. Él contestó y le reclamé lo del paraguas, le pedí que venga por mí, se quejó y me dijo que pasaría hasta que la lluvia se calmara.

Colgué algo enojado y alborote mi cabello por la frustración, odio este día, odio la mala suerte y odio, por primera vez, a la lluvia.

Continuará...

Ok, si puede haber pequeños cambios.

Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora