capítulo 60: Ironías.

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Mientras conducía llamé a mi tía para avisarle que pronto llegaría, pero no contestó. No estaba muy lejos así que llegué rápido y entré al edificio donde sería la reunión, di mi nombre en la recepción para poder ingresar y subí por el ascensor, el piso era el veintidós.

Toqué la puerta dos veces y abrió Claude para recibirme.

-Adrien... ¿Qué haces aquí?

-Mi tía me invitó. Traje el obsequio, ¿donde lo dejo? - alcé la caja y Claude me señaló una mesa en dónde habían más regalos - Porque hay un niño pequeño aquí ¿acaso es tu hijo? - pregunté burlón.

-Adrien... Verás...

-Adrien, llegaste - mi tía interrumpió a Claude y me abrazó con fuerza - al fin toda nuestra familia está completa - se alejó y me regaló una sonrisa - ¿Por qué no pasas al comedor? Ahí esta tu primo. Yo necesito salir para comprar unas velas.

-Mamá... -

-Acompañame - jaló a Claude y ambos salieron y me dejaron completamente solo.

Dejé el regalo en la mesa y pude ver qué habían más. Era curioso saber que había un niño aquí, no podía imaginarme a Félix como papá, entonces Claude ya debió de tener a su primer hijo, además de que se veía nervioso cuando llegué.

Me senté en el sofá y esperé a que llegara mi tía, sería incómodo estar en la misma habitación que mi primo. Escuché como la puerta que da al comedor se abrió y se cerró de inmediato, volteé a ver si había salido alguien, pero no había nadie. Me levanté y un niño pequeño apareció detrás del sillón... ¿Quién era?

-Shhh - me indicó que guardara silencio y yo asentí, se acercó a la mesa de regalos y tomó uno para intentar abrirlo, yo corrí detrás de él y lo cargué para evitar su travesura - Bájame - me ordenó y se retorció para safarse de mi agarre.

-No dejaré que abras ninguno pequeño.

-Pero son míos - hizo un puchero.

-Entonces tú debes ser el festejado - sonreí y lo bajé, me agaché para quedar a su altura para poder hablar con él - dime ¿cómo te llamas y cuántos años cumples? - era muy tierno al querer abrir sus obsequios a escondidas.

-Loius - levantó su manita y me mostró cuatro dedos - cumplo cuatro ¿quién eres tú? - su nombre me revolvió un poco el estómago ¿En verdad era una coincidencia? Louis... Uno de mis pequeños se llamaría así si lo hubiera tenido.

-Me llamo Adrien - salí de mi burbuja y alboroté un poco su cabello, era rubio y sus ojos eran azules cielo- ¿Tus padres están adentro? - asintió y fijó sus ojos en la mesita de regalos. Si dijo que sus padres estaban del otro lado y este niño es rubio... ¿Eso quiere decir que Félix es papá? Eso sí era inesperado.

-Loius - escuchamos y volteamos a ver la puerta de la qué él salió anteriormente, esta se abrió y de ahí salió Félix, cuando me vio se puso pálido como un fantasma - ven acá hijo - se acercó y cargó al menor - ¿qué estas haciendo aquí? - me preguntó en un susurro y con un tono molesto.

-Mi tía me invitó.

-Papá ¿puedo ir con mi mamá? - Félix lo miró por un momento y acarició su cabello.

-No sabía que tenías un hijo - apreté una mejilla de Louis e hice muecas para hacerlo reír, lo cual funcionó - ¿Por qué no me lo habías dicho?

-Como sí esto te importara - abrazó al pequeño, ¿En verdad me odiaba tanto como para tratarme así? - será mejor que te vayas, tú y yo no somos tan cercanos cómo para que nos acompañes en este día...

-¡Félix! - mi tía estaba parada en la puerta y se acercó enojada - ¿cómo puedes tratarlo así? Yo fui quién lo invitó y pasará con nosotros el rato, ya era tiempo de que toda la familia estuviera reunida.

-Mamá... - mi tía lo miró con enojo y Félix se calló para no molestarla más. Nunca la había visto así de furiosa con alguno de sus hijos.

-Adrien, él es Louis, mi angelito consentido, entremos para que te presente a mi nuera, ella es un encanto y seguramente te agradará.

-Claro tía - ella entró primero y la seguí, pero Félix tomó mi brazo.

-Entra con tu abuela mi amor - el niño asintió y entró al comedor un poco confundido - ¿Puedes cuidarlo y ayudar a mi mujer? - Claude permaneció serio y obedeció sin protestar, al parecer nadie quería que estuviera aquí - No entres, vete y no regreses, inventa una excusa o algo - me dijo. Su voz salió fría y firme.

-Tu madre quiere vernos juntos, creeme que yo tampoco quiero estar aquí, pero le debo mucho - intenté safarme, pero me apretó más.

-Hablo en serio - dijo entre dientes.

-Yo también. No estoy aquí por tí, así que no te lo tomes tan personal - lo empujé y acomodé la manga de mi saco.

¿Cómo fue que terminamos así? En verdad extrañaba al Félix que estaba a mi lado apoyándome y riendo conmigo, sin embargo nada dura para siempre. Suspiré y entré al comedor, yo no lo iba a obedecer como su hijo o su hermano.

Me senté a lado de mi tía y ella me sonrió con dulzura.

-Espero que hagamos esto más seguido - oh tía, si supieras que ya no es como antes...

-Yo también - mentí.

Después de un par de minutos Félix entró con prisa y se dirigió a la cocina. El ambiente estaba tenso, eso era obvio pero además de eso sabía que había algo más... No solo estaba molesto conmigo por obvias razones, sino que también estaba nervioso y paranoico...

Continuará...

Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora