capítulo 3: Traición.

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No me había percatado cuanto tiempo había pasado desde que la televisión se apagó, hasta que el timbre sonó y me obligó a levantarme al fin de ese sofá.

Me fui limpiando los ojos y la cara con las mangas de mi camisa mientras caminaba a la puerta y mientras que Tikki se escondía.  Abrí la puerta y todos: Alya, Nino, Luka y Zoe, venían con la respiración agitada y me sorprendió un poco, Alya fue la primera en recuperarse y me abrazó, los demás también se reincorporaron e hicieron lo mismo.

Al parecer no solo yo había visto la televisión, también ellos y corrieron sin pensarlo hasta aquí para darme apoyo, sabían que los necesitaba sin que yo se los pidiera porque esta vez no los llamé. Apreté más el abrazo con ellos y escondí mi rostro en el hombro de mi mejor amiga, no tardé mucho en mojar su suéter y mancharlo con maquillaje por culpa de mis lágrimas, mientras tanto sentí como varias manos sobaban mi espalda en círculos, una vez que me calmé entramos y serví café.

Hablamos de lo sucedido, pero el más enojado parecía ser Luka, lo único que se limitó a decir fue "Me equivoqué, no debí justificarlo aquel día" Creo que todos nos desanimamos en ese rato, no solo yo me sentía mal sino también mis amigos, confiamos en Adrien y recibimos una patada por detrás de su parte.

-¿Segura que estarás bien? Puedo quedarme contigo si me lo pides.

-E-estoy bien, quiero estar sola y procesar todo esto, si los necesito les llamaré, lo prometo - Luka no se veía muy convencido, sin embargo sabía que debía darme mi espacio y también tiempo.

Todos ya se habían ido, Tikki salió de mi habitación y me siguió en silencio mientras yo levantaba las tazas, ya habían pasado dos semanas desde que no veía a Adrien. Revisé mis redes y su contacto, me había bloqueado en todas partes. Suspiré con el objetivo de no llorar y me tragué mi sentimiento.

...

Después de ese día de la entrevista en televisión, de mi cajón saqué un sobre que había escondido desde que me lo dieron. Hace semanas había metido una solicitud de intercambio para divertirme y ver si era capaz de lograr que me aceptaran como candidata.

Me senté en mi cama y saqué la carta, la miré fijamente y suspiré, había recibido está respuesta hace casi un mes, la universidad me dio la oportunidad de una beca para trasladarme a Londres, lo había logrado. Esta estaba a punto de expirar ya que las clases comenzarían pronto, me llamaron y mandaron correos para confirmar que asistiría, pero no respondí a nada y tampoco le dije nada a Adrien en ese entonces porque no quería irme y separarme de él, pero ahora era todo completamente diferente.


Era cobarde lo que iba a hacer. Mi boleto para escapar estaba en mis manos. Quería dejar el departamento en dónde compartí muchos momentos junto a Adrien. Ese lugar lo elegimos ambos, él tiene su propio juego de llaves, hay ropa suya en mi armario, incluso tiene su propia taza — esa verde en la que nadie más puede beber — , su propia silla, su lado de la cama...

Me dolía estar aquí con todos esos recuerdos, incluso aún podía percibir su olor en la cama.

Decidí vender el departamento con todo y muebles, doné su ropa, cambié la chapa para los nuevos dueños y tomé mis cosas para partir de esta ciudad, mi hogar...

Mis padres, Alya, Nino, Zoe y Luka eran los únicos que sabían de mi paradero.

Me quedé en casa de Alya los días restantes antes de irme. Mis padres no estaban enterados del motivo real por el cual me iba, ni tampoco de que las cosas con Adrien habían salido prácticamente mal. Solo les conté que terminamos y él debía casarse, no hubo más explicaciones.

-Sabes que te vamos a extrañar mucho - como no sabía cuando iba a regresar, Alya me invitó a dormir con ella, además de que ya no tenía donde quedarme y acepté para que mis padres no se dieran cuenta de como estaba realmente.

-Yo tampoco quiero irme, Londres no es mi sueño, pero es lo mejor... tal vez esto me ayude a sanar - sonreí con tristeza.

-Si llegas a tener algún problema, no dudes en llamarme, iré inmediatamente a buscarte para secuestrarte y traerte de vuelta - me abrazó y me sentí aliviada con su apoyo.

-Gracias.

-Eres mi mejor amiga, eres como mi hermana, por favor cuídate.

-Eso haré.

Esperé a que se quedara profundamente dormida y salí con sigilo por su balcón para transformarme y salir a buscar a mi compañero de batallas.

Me detuve en un techo e intenté llamar a Chat noir, mi intención era renunciar a mi miraculous y dárselo. Tikki no sabía de esta decisión que había tomado, ya que si le decía, ella trataría de convencerme de no hacerlo, pero no podía proteger a París desde Londres si Hawk moth vuelve a aparecer, ya pasaron tres meses desde que desapareció, sin embargo no podía confiarme.

El maestro fu se encontraba en China, en el templo de los guardianes para dejar de ser el guardián, por esa razón tenía la urgencia de ver a Chat noir, no me importaría si él descubre mi identidad porque dejaría de ser Ladybug de manera definitiva.

El tono sonó y sonó y él no contestó, suspiré resignada y algo dolida, ¿Qué le pasaba? Él tampoco podía desaparecer así sin más, lo necesito más que nunca...

Esperé y esperé, pero nunca llegó, al menos creí que vendría a buscarme al ver las llamadas perdidas de los días anteriores. Al igual que Adrien, desapareció sin decirme nada, no tuve otra opción que rendirme y tener que llevar a Tikki conmigo en lo que el maestro Fu regresaba. Me dolió que Chat noir también me abandonara, sin embargo no podía odiarlo como a Adrien, no conocía su identidad y probablemente algo pasaba en su vida. Fue el único del que no me despedí.

El día de mi partida había llegado, aún estaba un poco cansada por desvelarme anoche tratando de esperar a mi compañero. Todos estaban aquí, para despedirme.

El tren llegó y todos empezaron a abordar, mis padres se despidieron primero y me insistieron en que debía llamar seguido; Luka me abrazó con fuerza y me dijo que cualquier cosa yo podía llamarlo y él estaría en Londres para apoyarme; Los demás me dijeron lo mismo, todos estaban dispuestos a ir por mí si no me sentía cómoda allá.

Era momento de partir, tal vez visitaría mi ciudad de vez en cuando, al menos después de sanar. Mi vida cambió drásticamente después de un mes, y las circunstancias me obligaron a tomar una decisión completamente difícil y cobarde.

"Maldito seas Adrien Agreste, maldito seas por dejarme sin más, por irte sin siquiera hablar, si te hartaste de mí, debiste habérmelo dicho".

Esos pensamientos salieron de mi cabeza, durante todo mi viaje.

Continuará...

Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora