capítulo 81: Culpable.

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Marinette.

Después de recibir esa llamada, mi mundo comenzó a desmoronarse. Corrí con prisa por los pasillos del hospital, todo apestaba a desinfectante y eso me revolvió el estómago. La angustia de que Félix estuviera herido estaba consumiéndome más y más.

Alya corría detrás de mí, ella fue la primer persona a la que llamé cuando me enteré y a mi hijo lo dejé con mis padres sin explicarle lo que le había pasado a su padre.

Cuando abrí la puerta de la habitación noté que Adrien estaba sentado en el sofá, al verme se levantó de inmediato, simplemente se quedó ahí parado, no dijo nada y también evitó verme. Con pasos torpes entré y cerré la puerta a mi espalda, Alya se quedó en el pasillo para darme un poco de privacidad con el padre de mis hijos.

-Por dios, Félix... - susurré y me acerqué a él, se encontraba dormido y con una máscara de oxígeno puesta.

-Lo operarán en una hora - comenzó a hablar aquel otro rubio que nos acompañaba. Su voz se escuchaba algo insegura - El cristal perforó uno de sus pulmones, dicen que no es muy grave y después de tratarlo sanará en cinco semanas. El problema aquí es la perdida de sangre que tuvo - eso no era una buena noticia.

-¿Cómo sabes todo eso? - apreté la mano de mi prometido y lo miré a Adrien algo incrédula, ¿Qué hacía aquí y por qué él lo trajo?

La puerta se abrió e ingresó el médico de Félix. Yo me levanté y limpié mis lágrimas para escuchar lo que tenía que decir.

-Necesito que me firmen esto para autorizar la cirugía ¿quién lo hará?

Me acerqué a él sin decir nada y tomé los papeles. En una parte decía que en caso de no sobrevivir no demandaríamos porque somos conscientes del riesgo. Adrien notó mi preocupación por esta sección.

-Solo es un protocolo, todo saldrá bien - asentí mientras apretaba con fuerza mis labios para no llorar,  traté de firmar, pero mi mano temblaba. Adrien me quitó los papeles y firmó por mí.  

-Es mi primo - dijo con seriedad y el doctor asintió, recibió los papeles y salió para dejarnos solos de nuevo.

Tomé un banco y me senté cerca de Félix. Debía ser fuerte, él saldrá bien, pero en este momento no podía soportar verlo así. Peiné su cabello que cubría su frente. Mi tacto lo fue despertando y sentí un alivio al ver sus ojos.

-Mari... - tosió por el esfuerzo.

-No, no, no. No hables, aquí estoy - acaricié su mano y pegué mi frente con la suya.

-Estoy bien cielo...

-No es cierto, te dije que yo debía encargarme de esto.

-Y me alegra no haberte dejado, no sabes el martirio que sería verte en este estado - con trabajo puso un mechón rebelde detrás de mi oreja.

-¿Y yo? ¿crees que eso me hace sentir mejor? ¿verte así? No puedes dejarme, lo prometiste.

-Y aquí estoy mi cielo - sonrió - no me iré, no los dejaré ni a tí ni a nuestros niños.

-Eres un tonto, siempre lo has sido, te lo he dicho demasiadas veces y sigues sin hacerme caso - susurré.

Félix tosió un par de veces y eso me asustó porque comenzó a salpicar sangre.

-Félix... - sus ojos se cerraron lentamente, volteé a ver a Adrien y él salió corriendo por un doctor - ¿Me escuchas? - me dirigí de nuevo a él y asintió con lentitud. Aún seguía consciente.

-Estoy bien... - dijo con trabajo, su voz se escuchaba ronca y sabía que solamente me decía eso para no preocuparme - solo necesito descansar...

-Marinette - sentí unas manos en mis hombros que me apartaron de su lado - debemos salir - el doctor y una enfermera se acercaron a Félix para auxiliarlo. Adrien me arrastró hasta el pasillo y la enfermera cerró la puerta.

Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora