capítulo 41: Paternidad.

370 29 5
                                    

Marinette apretaba mi mano y se quejaba del dolor, mi frente comenzó a sudar por los nervios, no quería que sufriera esto y aceleré para llegar más rápido a la clínica.

Con cuidado la bajé y ella inhalaba y exhalaba, unas pequeñas lágrimas se escaparon de sus ojos por el dolor.

-Tengo miedo Félix, no quiero - negó con la cabeza con desesperación.

-Tranquila mi amor, solo respira y calmate, estaré contigo en todo momento ¿Sí? - ingresamos y en recepción llené el formulario para que la atiendan.

Un par de enfermeras tomaron de cada brazo a Marinette y la guiaron a un consultorio.

-¿Trae lo necesario? - preguntó una de las enfermeras y yo asentí, también le pasé la pequeña maleta. Una doctora entró y revisó cuanto de dilatación tenía.

-Tiene ocho, preparen todo y trasladen a la joven al quirófano, no tarda en salir - las enfermeras asintieron y salieron con Marinette mientras que nosotros la seguimos - Tú debes ser Félix.

-¿Me conoce? - yo no conocía a los del turno nocturno.

- Tu profesor avisó que te tendríamos aquí pronto por tu bebé.

-Gracias - Marinette me miró con desesperación y continuó respirando con trabajo - Disculpe doctora, pero ¿Me podría permitir estar presente? No quiero despegarme de mi familia.

-¿Aguantarás? - sonrió burlonamente.

-Soy el mejor de mi clase y de la universidad, puedo con esto - llegamos hasta el quirófano y mi novia entró sola porque la doctora me detuvo.

-Sin embargo se trata de tu mujer y de tu bebé, los sentimientos se mezclan en esta situación - mi cuerpo se tensó al escuchar sus palabras, la doctora clavó su atención en mis manos y sin darme cuenta estas temblaban.

-Podré mantener la calma, eso se lo aseguro - dije con firmeza, traté de calmar los nervios involuntarios y ella sonrió, tomó su teléfono y avisó que yo entraría y que debían prepararme un quirúrgico. Marinette ya no aguantaba el dolor y comenzó a soltar pequeños gritos que se escuchaba desde aquí afuera.

Una enfermera me entregó el quirúrgico y fui a cambiarme lo más rápido que pude para entrar y acompañar a la madre de mi hijo.

-Félix...

-Todo saldrá bien mi mademoiselle.

Ya listos para recibir a mi bebé, la doctora le dio la orden a Marinette de que comenzara a pujar.

-No puedo, no puedo - gritó y negó con desesperación.

-Tu puedes cielo, eres fuerte. ¿No quieres ver como será nuestro pequeño? ¿Qué ojos tendrá? - comencé a susurrarle en el oído y limpié su frente - Vamos mi amor, tú puedes hacerlo, solo tú puedes traerlo sano y salvo - ella asintió y pujó con más fuerza. Sus gritos de desesperación me pusieron nervioso y me sentí inútil ya que no podía hacer nada para aliviar su dolor. Mi mano dolía por la presión que hacía cada que pujaba y también gritaba mi nombre y cuánto le dolía esto, yo solo rogaba para que esto pasara rápido.

Después de unos siete intentos la sala fue invadida por un llanto y Marinette suspiró aliviada y echó la cabeza hacía atrás. Su respiración era agitada y trató de recuperar aire que perdió con los gritos. Besé su frente y también sus mejillas, ya había pasado este sufrimiento. De reojo pude observar cómo limpiaron a nuestro bebé y como lo revisaban. Cumplían con el protocolo que se debía de seguir.

-No creí que sería tan doloroso - lloró un poco - Ay Félix - suspiró derrotada. Una enfermera se acercó a nosotros con un bulto en sus brazos y me lo entregó.

Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora