capítulo 23: Luna.

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Adrien...

-Incluso en nuestra "luna de miel" estamos vigilados - bufó Kagami mientras avanzábamos hacia la salida del hotel.

-Era de esperarse - abrí la puerta del taxi y la ayude a entrar - Por algo nos mandaron aquí. Al Big Ben, por favor - le pedí al taxista y avanzamos hacia nuestro destino.

-Cariño ¿No te apetece regresar hoy temprano? - En verdad era cansado cuidar las apariencias, para ambos.

-Lo que tú quieras - sonreí y besé su mano, yo también quería regresar a descansar y a refugiarnos. Nuestros padres nos obligaron a salir de la suite y demostrar en las calles nuestro "feliz matrimonio" Kagami en verdad se esforzaba para sonreír y llamarme con amor, sin embargo sabía que también era frustrante para ella hacer esto.

La primera noche juntos se encerró una hora en el baño y salió con los ojos hinchados, ella quería demostrar frialdad ante esta situación y para no incomodarla no hice preguntas, simplemente la dejé descansar y yo me fui al sofá.

Cuando llegamos a nuestro destino pagué el taxi. Le ofrecí mi brazo a mi esposa y caminamos un rato por la ciudad, las personas se nos quedaban viendo y una que otra nos tomaba fotos "discretamente" hubo personas que si se acercaron a nosotros y nos pidieron una foto directamente.

-Nuestros padres tenían razón... Todas estas personas ya tienen un anillo... - murmuró con tristeza.

-Solo serán pocos años... En verdad agradezco que me acompañes en esto.

-Siempre contarás conmigo - recargó su cabeza en mi hombro y yo también - eres un amigo que aprecio mucho...

-Yo también te quiero - la abracé con cariño.

-Aún no has podido contactarte con Marinette ¿Verdad? - negué con la cabeza - Ya veo... ¿En verdad crees que llegué a perdonarte?

-Yo espero que sí, ella y yo nos amamos y podremos superar esto algún día - mi teléfono empezó a vibrar y contesté sin mirar de quien se trataba.

-Adrien, cariño - la voz de mi tía Amelie sonó al otro lado de la línea y sonreí al escucharla.

-Hola tía - Kagami sonrió y me jaló hasta una banca para tomar asiento.

-Me enteré que estás aquí en Londres ¿Es verdad?

-Sí - miré a Kagami, que sacaba una pequeña libreta de bocetos para dibujar un poco - Estoy aquí por mi luna de miel.

-Oh que maravilla, ¿Porque no pasas a la mansión con tu esposa para cenar? - demonios... No tenía nada en contra de mi tía, pero en verdad estaba cansado y Kagami también... No quería molestarla con convivir con mi familia - Gracias por la invitación tía, pero - Kagami me quitó el teléfono.

-Tu tía esta tratando de convivir contigo, no la rechaces - susurró para evitar ser escuchada.

-Pero quiere que me acompañes.

-Y será un gusto - me devolvió el móvil y me hizo ademanes para que acepte.

-Llegamos en media hora.

-Perfecto, te esperaré mi niño.

-Gracias tía - colgué y Kagami guardo su libreta en su bolso.

-Bien, hay que darnos prisa.

-Sí - me levanté con ella y corrimos para pedir un taxi.

...

-Buenas noches - la ama de llaves nos abrió la puerta y tomó nuestras pertenencias para guardarlas - Gracias.

-¡Adrien! - Claude bajó por las escaleras y se acercó para abrazarme y estrechar la mano de Kagami - ¿Qué hacen aquí? - habló con alegría.

-Estamos pasando aquí nuestra Luna de miel.

-Seguramente mi madre te hizo venir aquí en cuanto se enteró - yo asentí un poco avergonzado, mi tía me quería, pero yo escasamente hablaba con ella... Creo que debería hablarle yo más seguido.

-¿Porque se quedan ahí parados? - aquella mujer, parecida a mi madre apareció y se acercó para abrazarme y después a Kagami - Pasen al comedor - nos sonrió. Yo busqué discretamente a Félix, pero no estaba o quizás escapó al enterarse que vendría.

Pasaron los minutos y sirvieron la cena, sin embargo él no apareció y me relajé un poco. Mi tía interrogó a Kagami y la atendió con gusto, Claude también participó, toda la atención se la dedicaron a mi esposa y ella dejó de estar tensa y empezó a relajarse.

-Por cierto cielo, ¿No estabas tú con tu hermano esta tarde? ¿Donde esta ahora? - disimuladamente escuché con atención su conversación mientras partía mi carne.

-Oh... No lo sé. Me fui con unos amigos porque me corrieron de la biblioteca - mi tía lo jaló con delicadeza de la oreja con una sonrisa en sus labios.

-Seguramente hiciste un escándalo. Trata de contactar a tu hermano, por favor - Claude llamó, pero no contestó -Este niño... - frotó con frustración su sien. Claude volvió a llamar y el tono de un celular sonó cerca

-Gracias Alicia - las puertas se abrieron, revelando la aparición de mi primo. Félix se sorprendió al vernos, su sonrisa desapareció lentamente y después vio a Claude, quién se encogió de hombros - Adrien... - se acercó a nosotros y nos saludó - Me alegra verlos - sonrió y estrechó la mano de Kagami - Lamento no estar presente, no sabía que vendrían - él sabía actuar y disimular perfectamente, esta habitación estaba llena de mentirosos.

Mi tía se levantó de su asiento y jaló una oreja de Félix.

-Mamá... - se quejó a lo bajo.

-¿Qué son estas horas de llegar?

-Lo siento, no me di cuenta del tiempo... - murmuró y después tomó asiento.

-Bueno, Adrien estará una semana aquí, ¿porque no vienen también mañana?

-En realidad - tomé la mano de Kagami - Mañana iremos a dar una vuelta por la ciudad, el sábado nos iremos porque tenemos cosas que hacer en París, y queremos conocer un poco más la ciudad - reí con nerviosismo.

-Mamá, deja que los tórtolos disfruten sus días como pareja - comentó Félix. Una señora se acercó a él con un plato en sus manos y lo colocó en su lugar - oh, lo siento Sarah, pero ya cené.

-¿Tú? ¿Cenar fuera de casa y sin avisar? - comentó con extrañeza Claude y recibió un codazo de parte de su hermano - Au.

Entre ellos se murmuraron cosas y mi tía los veía con los ojos entrecerrados.

-Basta - los apuntó con un tenedor y ellos se pusieron rígidos - Kagami se rió y mi tía regresó a vernos a nosotros - Bueno, ustedes disfruten estos días, pero prometan que vendrán a vernos en su próxima vuelta. - ambos asentimos.

-y espero que cuando estén ellos aquí de regreso, uno de ustedes ya haya traído a una jovencita, yo ya no soy tan joven y quiero ver a pequeños iguales o parecidos a ustedes corriendo por todas partes - Félix y Claude casi se ahogan y yo reí, mi tía solía ir directamente al grano.

Continuará...


Grietas Del Corazón (Adrinette / Felinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora