Maximiliano Corleone

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Estaba en el club cerrando un negocio de coca que teníamos que entregar al día siguiente con unos españoles, cuando massimo se acerca a mi y me informa que Mariana acaba de llegar, no pude despedirme de los españoles por qué eso sería no mostrar ningún respeto y mi padre siempre nos decía que cuando teníamos un negocio importante de muchos millones no debíamos dejar de pensar en más nada cuando estuviera en junta.

Los trajimos al club por qué era el lugar más vigilado por mis hombres por si la cosa no andaba bien, pero de igual manera le dije a massimo que estuviera pendiente de Mariana.
Esa chica me tenía muy confundido, tenía sentimientos encontrados.
No dejaba de pensar en ella; en esos labios color Carmensi y de esos ojos por lo cuales quedé hechizado.

Terminó la junta y quedamos en vernos en Venecia a preparar la coca para ser transportada. ya después iria a Sicilia con mi madre y mis hermanos.

Claro cada uno tenía sus casas, pero no la queríamos dejar sola. lo que más lamentaba era que tal vez no volvería a ver más a Mariana. le pregunté a Patricia si ella se quedaría y solo dijo que era temporal, entonces yo decidí decirle que viniera conmigo y compartiera lo poco que se quedaría y que le enseñaría Italia.
Pero cuando la ví bailar con su amiga fui a buscarla y decírselo, pero me soltó con que  ella tenía novio.

Me quedé estático, pero no le dije nada, solo la arrastre conmigo hasta una de las cabinas exclusivas para los que querían pasar más de un baile con las bailarinas .

—FUERA.

Ordene contundente a las chicas que estaban con unos de los clientes, y enseguida salieron. cerré la puerta me senté y le indique que se sentará en mi regazo pero ella a pesar de estar casi borracha se sentó al lado mío.

Se notaba que no era una ragazza que se daba a las primeras y eso me encantó de ella.
Aunque debo admitir que si lo pensaba por la forma que se daba conmigo tan natural y en la manera que respondía mis besos.

—Entonces tienes novio—la mire poniendo mis antebrazos en los muslo y inclinado mi cuerpo para poder ver bien su expresión.

—Si, tengo novio—se sonrojo y estaba apunto de tocarle las mejilla por qué ese efecto en ella me encantaba.

— Y lo ¿quieres?.—alce una ceja.

—Como no quererlo, llevo cinco meses con el—rie nerviosa y eso me lo dijo todo.

—Pues no parecía.

Ella me miró como si no entendía lo que le estaba diciendo, me levanté y me metí las manos en los bolsillos para calmar un poco mi ansiedad y comencé a caminar por la estancia,  tenía que pensar bien como jugar mis cartas.

—No parece, por qué te dejastes besar. y si  querías lo fueras parado desde el primer beso, ya que llevamos  — me toque la barbilla como si estuviera pensando— Cuatro besos.

—No llevamos cuatro, llevamos tres— me dijo más roja de lo que estaba, sonreí.

—Ah no, y que me dices de este.

Sin pensarlo dos veces llegué a sus labios y los bese. sabía dulce y me encantaba, con ella actuaba muy impulsivamente. como yo imaginé cedió a mi beso,  nos fundimos como si nos diera la vida en ello. Sus manos recorieron mi rostro hasta situarlas atrás de mi nuca y acariciar mi cabello.

Me aleje de ella para poder controlar mis instintos

—Ahora dime si de verdad lo quieres .

La mire con sarcasmo pero solo lo hize para que no pudiera notar que quería quitarle el puto vestido hay mismo.  más vale que no fuera tenido ese pensamiento ya que por eso casi la cague.

No me hieras Tanto.   Aprende Conmigo Vol..1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora