El gran león.

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Maximiliano Corleone

-No se por que estoy aquí-me dijo de repente.

- Pues no creo que por temas de amor-no me contesto nada y comencé a molestarlo- ¿Quien es hermanito?, tan rápido te enamoraste de una griega.

-No quiero hablar de eso.

Estaba serio, aunque massimo era el más serio de todo, nunca se le quitaba lo simpático

- Dime-insistí pero negaba.

-Por qué no se, dime tu más bien, ¿por qué estás aquí y no follando como bestia?.

Rodé los ojos por qué sabía que lo decía por qué una vez me vio sin querer follando y hay quedó el folla como bestia.

- Tampoco quiero hablar de eso- el soltó su vaso de licor y me miro mal.

-Por favor max, tienes a la chicas más linda que he visto, en tu cama en un hotel en Grecia y prefieres estar aquí hablando conmigo y no estar follando.- resopla.

-Tienes razón- le digo - No debería estar hablando contigo -me levanté y me fui a otra otra mesa.

- Idiota-grito y se levantó para marcharse.

Tomé toda la noche una que otra chica venía a mi a coquetear y yo solo le seguía la corriente pensando en aquella mujer de ojos azules y cabello platinado.
me fui a la habitación cuando ya no pude más.

π

-No pudistes conmigo estúpida puerta.

La puerta me costó abrirla por tantos tragos encima, lo dije como si fuera un gran logro «aunque lo fue».

Cerré la puerta y las luces se encendieron. era ella con una bata de seda que se le veía el cuerpo y puse mis ojos en blanco. (Esta mujer no le puede quedar nada mal).

-Estás borracho- no fue una pregunta.

-Creo que es más que obvio- musite tajante. tuve que agarrarme en unos de los muebles para no tambalearme.-Toma.

Me meti la mano en los bolsillos y le pase las dos pastillas del día después

- Si sabes que no puedo estar bebiendo esto a cada rato.- me lo decía mientras lo sostenía en sus dedos « ya parecía mi madre con sus gestos».

-Solo tómatelo y mañana vamos a dónde un médico.

Trate de quitarme la camisa mientras ella bebía su pastilla, pero no podía mantenerme de pie y deshacerme de la roba.
así que empece a volverla pedazo a lo bestia. Ella corrió a dónde yo estaba

-¡No hagas eso!

Ella misma me quito la camisa poco a poco y cuando fue a la pretina del pantalón dudo. se puso roja así que sustuve sus manos y la ayude a bajarme el cierre y a tirar de el y ella solo veía mis ojos y yo lo de ella, después me bajo el pantalón y quede en boxer.

- Ehh... voy a pedir un cafe-se iba alejar de mi y le sostuve la muñeca.

Bebi casi todo el bar para poder entender qué era lo que me pasaba con esta chica y nada podía quitarme las ganas que le tenía. Me sentia cómodo con su presencia y en mi pecho estaba creciendo algo muy difícil de explicar.

-Besame-sin pensarlo lo solté y ella también le sorprendió.

-No estabas mol....

-Besame- repetí y ella me besó.

No solo eso sino que se encaramo en mi como una garrapata y sus manos en mi cuello como si fuera un salvavidas, me costó mantenerme de pie y no caerme con ella encima.

No me hieras Tanto.   Aprende Conmigo Vol..1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora