No me hieras Tanto. Aprende Conmigo Vol..1

"la última palabra"

Mariana pankrotova.

Tengo las cartas en mis manos, los ojos los tengo encharcados de lágrimas¿Como mi madre pudo sufrir tanto? No lo entendía ¿Como había personas tan malas en el mundo? ¿Que mi padre me quería por qué pensaba que era su hermana? Esta carta no me aclaraba nada, solo me entraron más preguntas. Lei la segunda y quedé peor, y lo que estaba dentro era algo imposible de procesar, pero necesitaba averiguarlo. No deje que massimo leyera ninguna de las cartas y mucho menos que revisara el sobre.

Pensé en todo lo que había pasado en menos de unos minutos y la posibilidad de que mi padre no la descubriera y así poder ingeniar un plan para salvarla y me explicará todo esto.

No les puedo mentir pero aún estaba resentida con mi madre, no se que hubiera hecho yo, si me pasará algo así.

Llegamos a la casa de Andreina, por que Massimo no quería que estuviera sola en el apartamento, mientras llegaba max.

En eso massimo ve algo en el teléfono y se lo lleva a la oreja, habla en italiano y lo único que logro entender “Es captura, max”.

— ¿Massimo que pasa?.

Fui a dónde el y me extendió la mano para que no siguiera a donde estaba, pero no me importo y le arrebate el teléfono. Alfredo estaba en la otra línea.

—Massimo, dobbiamo incontrarci, chiama Angelo per arrivare urgentemente, sto arrivando

(Necesitamos vernos, llama a Angelo para que llegue urgente, estoy en camino)

— Para que carajos quieres a Angelo— un silencio se formó en la otra linea — Alfredo ¿Que ocurre con max?

—Scusa— tomo una bocanada de aire—Mariana.... Max está preso.

(Disculpa)

«preso».

— ¿¡Cómo que preso!? ¿por qué?...¿Alfredo?...¿¡Alfredo!?—me cortó,« hijo de su madre».

Lanze el celular de massimo y maldije el día en que nació este idiota. Como se le ocurría irse en estos momentos.

—Massimo llévame a ver a max— tome mi bolso pero no pude avanzar más por qué me retuvo.

— Ni loco dejo que vayas a dónde maximiliano

Les hizo una señal a sus hombres y me llevaron a rastra a una de las habitaciones y me encerraron.

— ¡¡Sácame de aquí massimo!!— gritaba y daba golpes a la puerta desquiciada.

— ¡¡Massimo te lo advierto es mejor que me saques de aqui!!—lo amenace.
Pero de nada sirvió.

— Déjame resolver la manera de que Max logré salir, pero antes tengo que mantenerte a salvó.

— Massimo no me puedes dejar aquí— necesitaba ver al padre de mis hijos.

— Mariana es por unas horas hasta que llegue Angelo.

No pude oírlo más. Se marchó, mire a la ventana. Pude ver cuándo se montaba en su coche con los guardias, no supe cuántas horas pasaron lo cierto es que llore hasta quedarme dormida.

— Mariana— escucho la voz de aurora, abrí los ojos  con una sonrisa triste me miró.

— Aurora necesito ver a Max—no sabía por qué...pero en mi pecho sentía una angustia horrible.

— Mariana eso no se va poder hacer, Max va trasladado a una cárcel de máxima seguridad.

Mi mundo se venía a mis pies, no podía el estar encerrado, sentía que estaba en peligro y algo me decía que sus enemigos incluído mi padre estarían detrás de mi para aprovechar su ausencia.