36. F r i e n d

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A primera hora de la mañana el resto de chicos regresó a la ciudad, Kinn intentó contactar a Vegas para asegurarse de que haya vuelto a casa sano y salvo pero ninguno de sus mensajes fueron respondidos por lo que acudió a su primo quien le dijo que Vegas había llegado por la madrugada y que no se veía nada bien.

Porsche, Mint y Pete no se dirigían la palabra desde anoche, ni siquiera se miraban por lo que Pete tuvo que volver en el auto de Time junto a Kim, Porsche y Mint en el auto de Kinn, y Arm regresó solo en su propio vehículo.

Durante los siguientes días no supieron nada más sobre Pete, Mint seguía molesta y herida por ser la primera persona a la que Pete quiso culpar cuando ella no había tenido nada que ver en el asunto, y Porsche no estaba de ánimos para hablar con él, también le molestó que el chico intentara hecharle la culpa a alguien más cuando en realidad era suya. Kinn siguió en contacto con Macao ya que Vegas aún se negaba a revisar su celular, el adolescente le dijo que sus padres habían tenido una larga conversación con él y que su humor era menos explosivo que los primeros días, ahora simplemente vagaba por la casa en silencio y dormía de más.

Luego de una semana sin verlo, Mint tomó la iniciativa de ir a visitarlo para poder disculparse con él, de algún modo se sentía culpable por quedarse callada.

Cuando llegó a la residencia Narin la saludó con amabilidad como siempre y la invitó a pasar pero le advirtió que últimamente Vegas no estaba de buen humor y que el nombre de Pete había sido prohibido de mencionar, así que le dijo que fuera cuidadosa.

Vegas estaba recostado sobre su cama intentando leer un libro cuando escuchó unos golpecitos en la puerta.

—Adelante —dijo en voz alta.

El chico miró hacia la puerta cuando ésta se abrió, dejando ver a una asustadiza chica esperando ser invitada a pasar.

—Hola —dijo ella con cautela.

—¿Qué haces aquí?

Vegas le hizo un gesto para que entrara y así lo hizo, cerrando la puerta detrás de ella para después sentarse en la orilla de la cama.

—Te traje helado de fresa, es tu favorito.

El mayor dejó el libro a un lado y se enderezó.

—Le pedí a tu mamá una cuchara antes de subir, come —dijo entregándole el recipiente completamente sellado y Vegas sonrió ligeramente en agradecimiento antes de abrirlo.

Mint dejó que probara un par de cucharadas y después habló.

—¿Cómo estás?

El chico se lamió los labios y encogió los hombros en respuesta.

—Escucha, vine porque todos estamos preocupados por ti pero no sabíamos si querrías recibirnos.

—Aún así estás aquí.

—Es que —dijo nerviosa —quiero disculparme.

—¿Disculparte? ¿Por qué? —cuestionó con extrañeza.

—Yo sabía sobre el beso, yo los ví.

Vegas se tensó al escuchar sus palabras y Mint lo notó.

—Iba saliendo del campus cuando los ví, ese día me atrasé en unas actividades y salí tarde, cuando llegué a la entrada ellos estaban a unos pasos de la cafetería que está cerca, Arm tenía a Pete entre sus brazos y lo estaba besando con fuerza.

—¿Ahí, frente a todos?

—No habían muchas personas al rededor, yo no supe qué hacer en ese instante así que me fuí, no me entrometí pero unos días después le pregunté a Pete porqué lo había hecho, me dijo que no sucedía nada y que por favor no te dijera porque él lo haría ¡Pensé que lo había hecho!

S t i l l [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora