41. G r a d u a t i o n

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El tiempo pasó increíblemente rápido, luego de tres años llegó el día en que Mint se graduaba en Ciencias de la Comunicación y su familia quiso organizarle una pequeña fiesta en celebración a la que sus amigos y familiares más cercanos asistieron.

—Te ves preciosa, Mint —mencionó Kinn mientras le entregaba una elegante bolsita que contenía un regalo de parte de él y su novio.

—Te lo agradezco mucho —dijo sonriente.

—¿Dónde está Vegas? —preguntó Time.

—Tenía que arreglar unos asuntos en la oficina pero dijo que saldrá de ahí en unos minutos.

—Más le vale que venga —amenazó Mint.

—Nunca se perdería este día importante —mencionó Porsche.

Mint había sido la última del grupo en graduarse, los primeros fueron Kinn, Vegas y Time, luego fué Kim seguido de Porsche y finalmente ella, fué muy extraño para Mint que cada año uno de sus amigos se fuera y cuando se quedó sola fué aún más extraño pero supo lidiar con eso, además de que se hizo un poco cercana a algunos de sus compañeros de clase para no estar totalmente solitaria.

La fiesta se estaba llevando a cabo en el salón de eventos de uno de los mejores hoteles en la ciudad gracias a que la familia de Vegas y la de Mint se habían llegado a convertir en socios desde hace dos años por lo que la economía de su familia había mejorado bastante.

—¡Mint! Querida te ves muy hermosa —dijo Narin en cuanto se acercó a saludar a la chica.

—¡Te lo agradezco mucho! Me alegra que estén aquí —respondió con amabilidad.

—No podíamos perdernos este momento tan importante, tus padres están tan orgullosos de ti.

—Me alegra escuchar eso.

—Recién hablé con mi esposo y dijo que hubo un pequeño problema en la oficina pero que no tardará en solucionarse, estarán aquí pronto.

—Está bien.









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—¡¿Pero en qué estabas pensando?! Te dije que esa llamada era muy importante, debiste pasármela de inmediato.

Kan, el padre de Vegas, estaba furioso ya que estaban a punto de perder a un socio extranjero muy importante y para volver a contactarlo tenían que esperar casi una hora para que llegara una hora adecuada en la que puedan llamarlo ya que la diferencia de horario era grande y para él la jornada laboral estaba por terminar mientras que para su socio recién estaba comenzando.

—Lo lamento mucho señor, pero usted me pidió que no lo interrumpiera durante su reunión con el señor Korn y el socio llamó justo en ese momento —respondió la chica un poco asustada.

—¡Debiste anunciarlo si sabías que era realmente importante!

—Tranquilizate padre, podemos esperar un poco más y llamar —intervino Vegas —hablaré con Mint y le diré que llegaremos un poco tarde.

—Ya hablé con tu madre.

—Está bien, pero por favor mantente tranquilo, si quieres yo puedo hablar con el socio.

El señor lo observó directamente y asintió.

—Si quieres puedes adelantarte y yo me ocuparé del asunto.

—Está bien, tu madre no deja de enviar mensajes y eso me estresa mucho más, avísame cuando lo resuelvas —dijo mientras se ponía su saco.

—Lo haré.

Su padre había aceptado dejarlo en sus manos porque sabía que su hijo era capaz de solucionar el asunto, durante los tres años que Vegas llevaba trabajando con él había mostrado un desempeño impecable y eso lo enorgullecía, sabía que Vegas jamás lo decepcionaría por eso tomó sus cosas y salió del edificio rumbo al evento que su socio más cercano estaba llevando a cabo.



—Deja de llorar, ya te dije que no va a despedirte —dijo Vegas por tercera vez intentando calmar a la chica quien no dejaba de repetir que perdería su trabajo.

—Esta vez sí lo hará, me equivoqué terrible.

—Has dicho lo mismo cientos de veces y sigues aquí, deja de llorar o el que te va a despedir seré yo.

—No por favor —sollozó.

—Estoy bromeando —suspiró —mejor ve por unos cafés mientras intento contactarlo de nuevo.

—¡Sí señor! —respondió poniendose de pie de inmediato y posteriormente ir en busca de las bebidas.

Mientras tanto Vegas tomó el teléfono y marcó el número extranjero esperando que la llamada fuese atendida pero nuevamente no tuvo suerte, decidió intentarlo unas cuantas veces más hasta que finalmente la llamada fué contestada por la secretaria.

Lo lamento, el señor Smith aún no ha llegado pero en cuanto lo haga lo comunicaré con usted de inmediato —dijo la señorita en idioma inglés.

—Muchas gracias, estaré esperando —respondió en el mismo idioma.

Cortó la llamada y se dejó caer sobre el respaldo de la silla en la que estaba sentado, se llevó la mano hacia el pecho y frotó sobre él ya que desde hace algunos minutos sentía una extraña sensación, no sabía si era preocupación o nervios.

—Volví —anunció la secretaria.

—Ya hablé con la secretaria del señor Smith.

—¡¿Si?! ¿Ya se solucionó?

—El señor aún no ha llegado a su oficina así que debo esperar.

—Ah...

La chica le entregó su café a Vegas quien le dió un sorbo de inmediato.

Media hora después finalmente pudo contactar al empresario y tardó cuarenta y cinco minutos más conversando con él sobre su asociación y convenciendolo de formar parte de su compañía a lo que finalmente el señor accedió y Vegas pudo dejar la oficina al fin.

Se había demorado casi dos horas en arreglar el problema y claramente iba con un gran retraso a la fiesta de Mint, definitivamente lo mataría ya que desde hace días la chica estuvo repitiendo que quería a todos sus amigos con ella a tiempo.

—¿Hola? —dijo respondiendo la llamada que acababa de recibir.

—¡¿EN DÓNDE ESTÁS METIDO?! —habló Kinn a través del teléfono.

—Estoy en camino, por favor dime que la fiesta no terminó ya.

—Están a punto de servir la cena y brindar, por favor date prisa, Mint está un poco ansiosa.

—Estoy por llegar, te avisaré en cuanto esté ahí.

—¡Date prisa! —dijo por último y cortó la llamada.

Pisó el acelerador y después de unas calles más finalmente llegó al hotel pero debido al evento el estacionamiento estaba un poco abarrotado y le estaba resultando un poco difícil conseguir un lugar para estacionar.

Luego de dar vueltas y vueltas por todo el estacionamiento finalmente encontró un espacio libre y lo tomó rápidamente, agarró el regalo que le había comprado a Mint del asiento del copiloto y corrió hacia el ascensor desesperado, afortunadamente no tardó en llegar y entró en él.

Con la respiración agitada arregló su cabello y su traje frente al espejo del elevador hasta que éste se abrió, se dió la vuelta y salió del lugar con rapidez para correr de nuevo hacia el salón correspondiente pero se detuvo de golpe unos pasos antes de llegar a la puerta al reconocer a la figura parada frente a ella quien parecía dudar en entrar o no.

—¿Pete? —llamó inconscientemente.

El chico giró su cabeza para mirarlo al escuchar su nombre y quedó totalmente paralizado también, Vegas no sabía si su corazón estaba agitándose como loco por haber corrido o por ver a la persona parada frente a él.

Ninguno de los dos creía lo que veía.


S t i l l [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora