35. P a i n

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Pareciera que toda palabra se hubiera escapado de la mente de Pete, no sabía qué decir ni por dónde empezar y tampoco entendía cómo es que de un momento a otro todo se volvió de esta manera. Desplazó la foto hacia un lado encontrándose con otra, había sido tomada desde un ángulo en el que parecía que ambos chicos estaban a pocos centímetros de distancia entre sus rostros, siguió desplazando y encontró más fotografías, unas de ellas del momento en que Arm lo tomó de las manos en la cafetería y otras de cuando le dió aquel abrazo que lo hizo sentirse incómodo.

—¿De dónde sacaste esto? —preguntó Pete aturdido.

—¡¿Te preocupa eso ahora?!

—No, yo...

—¿Acaso es una venganza?

—¡No!

—¡¿Entonces qué es?! ¡Explícame maldita sea!

—Vegas, tranquilizate —interrumpió Mint.

—Vayan a la habitación y hablen ¿Si? —sugirió Kinn con cautela.

Vegas no respondió a ninguno de los dos pero obedeció, le arrebató el teléfono a Pete de las manos y caminó hacia la habitación que compartían sin decir palabra alguna con Pete siguiéndolo.

En cuanto entraron a la habitación la puerta de esta fué azotada con furia, dejando al resto de los chicos confundidos y totalmente asustados. Ninguno quiso mencionar nada al respecto así que simplemente se sentaron en la sala en silencio, escuchando los incomprensibles gritos provenientes de la habitación. Arm se puso de pie y se sentó junto al grupo apenado y asustado como ellos, segundos después Kinn le ofreció un pañuelo para que se limpiara la sangre.

Dentro de la habitación el ambiente estaba hecho un caos, en cuanto Vegas entró lo primero que hizo fué arrojar al suelo lo primero que encontró: un florero. Su cabeza estaba hecha un desastre con cientos de pensamientos atormentandolo, preguntándose si realmente merecía lo que le pasaba por lo que hizo en el pasado.

Los fríos dedos de Pete tocaron la piel de su brazo y al sentir dicho tacto, el mayor se apartó de inmediato.

—¡No me toques!

—Vegas por favor, escúchame —suplicó Pete entre lágrimas.

El mencionado se giró para verlo, su rostro mostraba claro enojo y sus manos estaban hechas puño.

—No sucedió nada —dijo sollozando.

—¿Vas a decirme que la foto no es real? ¿Que no pasó?

—No —respondió segundos después.

Vegas cerró los ojos sintiendo como si le estuvieran apuñalando el corazón y no pudo resistirlo más, en cuanto los abrió lágrimas comenzaron a salir de ellos.

—¿Es por Han? —preguntó casi en un susurro.

—¡No! Por supuesto que no.

—¡Entonces explícame! —exigió.

—No sucede nada entre Arm y yo, somos amigos y...

—¡Deja de decir eso! Deja de decir que son amigos porque es claro que no, por eso te aferrabas tanto a él.

—¡No es así!

—Me dejaste cuando no te dije de Han pero yo no te engañé —dijo entre lágrimas —yo no me he fijado en nadie más que tú ¿Por qué no pudiste hacer lo mismo por mi? Es que acaso no soy suficiente para ti ¿Es eso? ¿Hice algo mal de nuevo para que hayas ido a buscar afecto en otro lado?

Mientras Pete escuchaba a Vegas lo único que podía hacer era negar con la cabeza ya que el llanto no lo dejaba hablar con claridad.

Vegas se quedó en silencio durante unos minutos esperando a que Pete le diera un explicación, pero el menor no hacía más que llorar así que no lo soportó más y comenzó a tomar sus cosas para meterlas a su maleta con prisa.

S t i l l [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora