Finalmente había llegado al sábado, un día para ambos, agotador. Se tuvieron que levantar temprano, probarse la ropa, hablar con el equipo, maquillarse levemente, y miles de preparativos totalmente innecesarios. El día pasó y casi que se habían olvidado de que por la noche se verían inevitablemente, ahí fue cuando los nervios se hicieron presentes.
Un nudo en el estómago y una incomodidad en la garganta, la cabeza pensaba la cantidad de cosad que podían pasar, o que no pase absolutamente nada.
Cuando llegaron a la mesa ambos saludaron con un saludo general para evitar el contacto directo, pero ambos sabían que se estaban viendo cuando el otro se distraia.
Era incómodo para Mauro, porque hace tiempo que trataba de superarlo, y aunque casi lo estaba logrando, ver a Matías en traje lo hacía retroceder unos cuantos escalones.
Para Matías más que incómodo era doloroso, sentía culpa y se sentía triste, porque ahora que lo veía y sentía algo en la panza y en el pecho, se daba cuenta que lo que sentía por Mauro era más fuerte de lo que se imaginaba.
Spallati nunca se había caracterizado por ser una persona sentimental, tampoco lloraba mucho y no se daba espacio a sentir emociones negativas, pero a tan solo unos metros del chico de ojos claros, se sentía tan estupido que los ojos le empezaban a arder y tenía que hacer una fuerza descomunal para no romper en llanto. Se sentía como si le hubiesen roto el corazón, pero supuestamente él se lo había roto a Mauro.
Aprovechó las copas de champagne que llegaban a la mesa cada dos por tres, e intentaba hacer callar esas voces que le recordaban lo mala persona que había sido con ese chico. Lo veía a Mauro reírse con su mánager, y parecía tan radiante que solo lo hacía sentirse más ingenuo. Estaba tan triste que sentía que no podría fingirlo por más.
Las copas de champagne había hecho un poco de efecto, Matías se sentía un poco mareado y contento, pero en cuanto sonreía se le instalaba un nudo en la garganta que parecía que iba convertir sus risas en sollozos.
Cuando pasó un rato significante se levantó, entre tambaleos, y de dirigió hacía el baño.
Se miró en el espejo y se dió cuenta que tal vez era muy bueno fingiendo su estado anímico. Fue a un cubículo y tapandose la boca para no emitir sonido, dejó que las lágrimas salgan de sus ojos rápidamente, lo necesitaba para seguir como si nada.
Se sentía mal como nunca, mal por él, mal por Mauro, mal por terminar convirtiendose en lo que los demás siempre decían de él. Era una sensación horrible que le inundaba en el pecho, ese mínimo contacto visual que había tenido le dejó en claro que Mauro estaba decepcionado, sabía que él ahora creía lo que todos decían, sabía que esa empatía que siempre tuvo con él se había ido. Se reprochaba no ser tan valiente, no poder decirle todo y guardarselo, porque ahora sentía que no aguantaba más el dolor y la culpa, que era como si esa oscuridad se expandiera por todo su cuerpo.
No sabía porqué se sentía tan vacío, si todo era culpa de su relación con Mauro o si era algo que venía trayendo.
Sabía que antes no era feliz, hace mucho tiempo no lo era, sonreía siempre que tenía eventos, siempre que estaba con gente, pero él se forzaba a serlo, nada le nacía. Siempre se encerraba en su casa porque le costaba fingir, no podía hacerlo tan seguido. Cuando Mauro apareció y notó esa confianza en su mirada, esa comprensión inexplicable, sintió que verdaderamente algo se había reparado. Pero sabía que no podía dejar que siga, no era viable para su carrera, y tampoco para su corazón, él no era ni la mitad de interesante que Mauro, y tarde o temprano lo iba a dejar, no quería ser dañado otra vez.Cuando terminó de llorar se levantó, el efecto del alcohol se había calmado un poco, con el agua de la canilla se lavó un poco la cara para disimular, tenía los ojos rojisimos y tenía que volver pronto a la mesa. Escuchó pasos cerca y no sabía si esconderse en el cubículo o actuar como si nada, no le dió tiempo para la primera acción. Se hizo el disimulado, sin siquiera ver a quién había entrado, al mínimo contacto visual se darían cuenta que habia estado llorando. Cuando la persona entró al baño aprovechó para irse a su mesa.
ESTÁS LEYENDO
butterfly [one shots]
Romanceparejitas de freestylers leer la intro pa entender mejor