butterfly [one shots]

Invierno [pauki]

Noche de julio, con una neblina que inundaba la ciudad, y con la poca luz de luna que se llegaba a ver.
La plaza estaba casi vacía, la gente se iba al pasar de las horas, ya que el seco frío de invierno no les parecía tan agradable.

Solo quedo el grupo de unos jóvenes, que también poco a poco se iban despidiendo. 
Mateo, Valentín, Manuel, Daniel, Marcos, Mauro Monzón, Mauro Lombardo y Paulo Londra.
Con el tiempo los chicos decidieron irse, a sus casas o a las de otros, pero bajo un techo por lo menos que les proporcione algo de calor.

Quedaron Lombardo y Londra, amigos desde hace unos años.

- ¿Tenes frío?- hablo Mauro observando a su amigo que tenia los cachetes colorados gracias al viento frío que chocaba contra su rostro.

- No, bueno un poco, pero nada que no se pueda soportar- dijo el rubio- Prendete ese maurito.

- Dale.

Mauro agarro el lillo, coloco un poco de la verde, y comenzó a armar el porro para compartir con su amigo.

[...]

- No se, a mi me parece muy loco, onda que existamos en si, que yo este aca ahora, onda ¿para que?.

- Te pego el viaje reflexivo paulito- dijo riendo Mauro, aunque venia riéndose desde que se terminaron el segundo porro, de cualquier cosa que pasara o cruzara por su mente.- Lo unico que sé es que si estoy ahora aca seguro es para que me agarre una hipotermia.

- ¿Tenes mucho frío?

- Siento que si muevo los dedos se me caen de lo congelados, o mínimo se quiebran- dijo observando sus dedos, los dobló si ningún problema aunque creyó que los había quebrado- Noo miraa, me quebre los dedos paulo, ¿que voy a hacer ahora con mis dedos quebrados?- pregunto asustado.

- Mal, están re quebrados- comenzó a reirse mientras veía los dedos de Mauro.

- No te rías de mis desgracias.

- Yo tengo las manos calentitas, capaz si les doy calor a las tuyas se desquiebran- dijo el rubio como si fuera lo mas lógico.

- Bueno desquebrame los dedos ¿que esperas?.

El rubio agarro las manos de su amigo, y las unió con las suyas que estaban calentitas.
Los jóvenes sintieron una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, y un calorcito en su pecho, aunque todo alrededor estaba helado.

Se miraron a la cara y analizaron cada una de sus facciones, nunca se habían tomado un tiempo para eso, pero realmente se veían el uno al otro simplemente hermosos, los ojos azulados y el pelo rubio cayendo por la cara de Paulo fascinaba a Mauro, y la nariz perfecta y las facciones en la cara de el pelinegro le encantaban a Paulo.

Pero el rubio rápidamente intento sacar esas ideas y miro sus manos entrelazadas, se veían muy lindas juntas.
Mauro por otro lado siguió analizando su cara y la aparente inocencia que causaba una inexplicable ternura en el pelinegro.
Pero no entendía ¿por qué pensaba eso?, era solo su amigo, ademas no era gay, seguro estaba muy fumado ¿no?

- Tu nombre me hace acordar a pablo de los bayardigans- dijo Mauro intentando sacar un tema.

- Ese era el mas trolo boludo- dijo Paulo riendo.

- Era mi trolo favorito- rió.

- ¿Y ahora el lit es tu trolo favorito?

- No, vos sos mi trolo favorito ahora.

- No soy trolo, bobo

- ¿Ah no?

Mauro se acerco mucho a su cara, quedando a escasos centímetros uno del otro, sus ojos conectados.
Los labios rojos pastel de el rubio terminaron por desconcertar a Mauro, quien fue el que comenzó con el beso, uniendo sus labios en una danza un tanto desprolija, tal vez improvisada, pero sin dudas la mejor que habían bailado.

Y tal vez no estaban en sus cinco sentidos, pero la realidad es que estaban disfrutando ese beso como ninguno.
Tal vez el estado en el que se encontraban los había ayudado a descubrir su sexualidad y conseguir un beso de alguien que capaz hace tiempo les atraía, pero estaba todo guardado, muy guardado, tanto que no se habían enterado.
O puede ser que para mañana, cuando el efecto ya se haya ido, todo se de por olvidado, y seguirán siendo los chicos heteros con muchas candidatas. Y ese beso solo iba a ser olvidado entre la neblina y el frío del invierno.