Nervous [litcko]

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Se miro en el espejo una ultima vez, la angustia y ganas de llorar lo invadían por segundo.
Sus complejos aparecían y se encargaban de recordarle lo mal que se veía.
La voz de su cabeza repetía lo poco perfecto que era, pero él trataba de ignorarlo, aunque verdaderamente era imposible.

Tal vez no debería intentar ser perfecto.- Se decía asimismo con pesar.

El año anterior había sido de los peores, sus fallos, y sus caídas.
En una parte se sintió en la nada, sin nadie.
Intentaba buscar(te) como salir de ese lugar, pero fallaba, una y otra vez.

Sus amigos se habían alejado, o más bien él los había alejado, quedándose solo con sus pensamientos autodestructivos.

Su familia estaba ausente, como si en realidad a ninguno le importase que el vacío lo consumiera.
Estaba solo, y no podía salir.
Tampoco quería, ya se había acostumbrado. 
No podría acostumbrarse a estar feliz y acompañado.

El mes pasado supe que algo podría cambiar.

Decidió que ya no quería ser ese chico que no tenia a nadie.
Que tal vez podría haber algo afuera que el no estaba viendo.

La semana pasada empece de nuevo.

Había días como los de hoy, en los que retrocedía dos casilleros, y se encargaba de odiarse.
Pero seguía, él podría.

Podía sentir que todo se mejoraba poco a poco, y se concentraba en eso para no caer.

Tengo la necesidad de liberarme.
Y me sigues diciendo que aguante.

Frente a él sentía que podía liberarse, pero cada vez que hablaba se ponía nervioso como nunca antes.
No le encontraba la lógica, el porqué, pero lo ponía nervioso hasta moverse.
    
Me tienes dando vueltas por doquier para ser quien necesitas.

Día tras día intentaba ser mejor, ser ese chico que el otro buscaba, ser alguien merecedor del cariño del otro. Pero fracasaba una y otra vez cuando veía al mayor observando encantado a chicas de "cuerpo perfecto".
Otra vez terminaba siendo solo el amigo perfecto.

Bésame y abrazame.

Solo quería que el otro lo vea pero de afuera solo era un chico mas ilusionado por Ignacio Matías Spallati. 
Pero él era tan lindo, con sus grandes labios y mirada cautivadora, con su cabello medio corto y cara adormilada. Para él era perfectamente hermoso, y ya no le importaba ser rechazado, mientras sea por él.
La escuela entera estaba tras Ignacio, las personas largaban suspiros enamorados cuando él pasaba, así como en las películas. Y él en esa película era el chico embobado por los encantos del popular, el inseguro enamorado del inalcanzable.

Matías andaba con chicas diferentes todos los días, tonto era él que creía tener alguna mínima chance.  

Haría cualquier cosa por ti, solo tienes que amarme.

En su mente planeaba como hacer para ser amado por su amigo, buscaba un patrón en las chicas que a Spallati le gustaban, pero no encontraba ninguno, Matías parecía no gustarle verdaderamente ninguna de las chicas con las que salia y realmente no creaba vínculos mas que sexuales con ellas.
Entonces pensó que tal vez a él realmente no le gustaba nadie, y tal vez realmente podría llegar a gustarle.   
Pero fue ese día donde se dio cuenta que no.

Caminaba hacia la casa de Ignacio, se iban a juntar solo ellos dos y el mayor quería contarle algo importante.
Los nervios lo carcomian, su garganta picaba y todo su cuerpo tenia la necesidad de movimiento rápido.
Llego unos minutos antes y al golpear la puerta y a minutos de esperar se dio cuenta que todavía nadie había llegado, entonces se sentó enfrente de la puerta a esperarlo.
Pasaron unos minutos y apareció, tan espléndido y hermoso como siempre, y los nervios volvieron a aparecer como cada vez que estaba cerca de él.

- Hey mau ¿como estas?- decía mientras lo saludaba con un corto abrazo, insignificante, menos para el corazón de Mauro que daba brincos emocionado.

- Bien bien ¿vos?

- Bien, bah re bien, tengo que contarte algo. Pasa.- decía mientras abría la puerta de su hogar y le daba paso.

- Bueno, ¿y me vas a contar que te trae emocionado?

- Sí, pero vamos a mi pieza.

Ya en la habitación, sentados en la cama a unos metros de distancia, el mayor hablo.

- Bueno antes de contarte lo otro, no se si te acordás pero hoy hace un año que nos conocimos y nada me emociona ver como mejoraste con tu autoestima y demás. Te amo amigo.

Dos palabras que aceleraron y alegraron su corazón te amo, una que lo rompió amigo.
Y así como sonrió por las palabras anteriores, su cara cayó por la ultima.

- ¿Estas bien? parece que viste un fantasma.- hablaba Spallati al mirar el rostro de su amigo decaído.

- No, sí sí estoy bien.- dijo luego de un rato.- Y yo también te amo.- confesó.- Amigo.

- Lo que te quería contar es que me gusta alguien.

Y si el corazón del joven estaba roto, ahora estaba hecho trizas.

- ¿Quien es?- preguntó tratando de sonar lo mas amistoso posible.

- Jazmín, no creo que la conozcas, es tres años mayor que yo.

- ¿Ya son algo?

- Nop, pero dentro de poco novios, nos venimos hablando y viendo hace un tiempo.

Luego de eso la charla siguio, Matías hablando por largos minutos sobre la chica, y contando todo lo que le enamoraba. Rompiendo y estrujando el corazón de Mauro, quien al mirarse al espejo no tenia nada de lo que a Ignacio le gustaba de su chica.

Silencio cariño, no digas otra palabra, cuando lo haces me lastimas.

De a poco, por su bien, Monzón fue alejándose de su amigo y haciendose la idea de que no había futuro alguno con este.
Matías estaba demasiado ocupado con su nueva novia como para darse cuenta de que Mauro estaba recallendo a ese vacío de inseguridades y malestar.  
La relación tóxica que mantenía Matías lo dañaba, y era engañado una y otra vez, su corazón roto igual que el de Mauro aquella vez.

Y entonces cuando ninguno tenia a nadie de nuevo, volvieron a encontrarse, y como aquella vez que se conocieron estaban rotos y solitarios, buscando justo lo que el otro tenia para ofrecer.
Y como aquella vez Matías ponía nervioso al hablar a Mauro.

Pero no todo era como aquella vez, los sentimientos por ejemplo, habían cambiado.

Pero como siempre Matías generaba eso en Monzón.

Cuando estas cerca me cuesta respirar.

Pero ahora también Mauro generaba eso en Matías.
Y lo pudo ver.
Por primera vez.

Y la barrera que había puesto el menor entre los dos se rompió cuando los centímetros eran escasos y los movimientos notorios.

Me pones nervioso al moverte.

Cuando el mayor unió sus labios los nervios desaparecieron, y su corazón roto se regenero.
Y cuando sus brazos los unieron en un abrazo se sintió seguro luego de mucho tiempo.

No me vuelvas a lastimar mas.

Pedía en su mente Monzón, y aunque alguien en ese momento le dijera que en realidad iba a salir lastimado, de igual manera prefería quedarse en esos cálidos brazos, y sentirse seguro por unos momentos mas.   
De igual manera Matías no se permitiría lastimarlo una vez mas.

Los nervios de Mauro jamás desaparecieron, pero ya eran parte de él, y le alertaban cuando ese chico hermoso estaba cerca. Y su corazón latía fuerte, pero le gustaba.
Y los nervios en Matías estaban escondidos, pero estaban, y de igual manera había aprendido a querer esa sensación y el día que faltase seria porque Mauro no estaría mas, y el no podría vivir con eso.   

"Nervios de amor podrían ser palabras que definan nuestra relación, y si algún día faltaran sabremos que solo hay dolor".

butterfly [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora