Compañeros [kaynea]

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[canción solo para ambientar]

Mi pie apretaba fuertemente el acelerador de el auto rojo brillante.
Al lado mio como acompañante tenia a Joaquín, quien se perdía en las luces de la inmensa ciudad, que, gracias a la velocidad en la que íbamos pasaban casi volando.

- Salio todo muy bien, fue difícil pero lo hicimos.- dijo el rubio.

- Al final era verdad eso de que eramos como un "duo dinamico"- dije.

- Funcionamos muy bien. ¿Cual es nuestra siguiente parada?.

- Tomás esta esperando con el yate en el puerto, y se aseguro de que no haya nadie- informe- le damos el bolso chico y ya nos podemos ir.

- ¿A donde vamos a ir?

- Vamos unos días a Brasil, y luego probablemente a Australia.

- Voy a poder visitar a mis viejos, están allá desde hace unas 2 semanas.

- Si, ya hable con ellos, dijeron que ya quieren verte.

[...]

El puerto se veía, y sentía una sensación de que no todo iba a ser tan fácil.
Si hay algo que aprendí en estos años es que, si confías pleno en alguien, perdes.

- Quedate aca ¿si?- le hable a Joaquín.

- ¿Que pasa?- preguntó un poco asustado.

- No se bien, pero mejor yo confirmo que todo este bien y ahí te aviso. Trata de no verte por las ventanas, y esta atento a tu alrededor.

- Me asustas.

- Perdón, pero no quiero que te pase nada.

- ¿Puedo hacer algo antes que te vayas?- dijo mi compañero.

- Supongo pero qu-

No pude terminar de hablar gracias a sus cálidos labios fundiendose en los mios, repentinamente, tan repentinamente que nisiquiera pude pensar dos segundos antes de seguirlo.
Mi compañero en todas y mi mejor amigo me estaba besando, y no tuve ni tiempo en procesarlo ya que debía bajar del auto.

- Tené cuidado- dijo cuando estaba bajandome, y vi como se escondió para que nadie lo vea.

- Tengo tu bolso, esta todo en dólares- le dije a mi otro compañero de confianza, Tomás.

- ¿Y Joaquín?- preguntó.

- Se cagó y me dijo que se quedaba en la casa de una abuela o algo ni idea, le di lo que le pertenecía y vine para aca, antes de que estos gatos me encuentren- dije.

- Parece que los gatos ya te encontraron- dijo una voz atrás mio.

Mierda.

- Tres contra uno, no parece muy parejo, pero el que no puede solo siempre anda con guardaespaldas ¿no?- dije mirando como tenia a dos hombres atrás mio y a Tomás apuntando hacia mi.

- La gente que sabe no tiene tiempo de pensar que es lo que se ve mas bien a ojos de un impostor, también se puede ganar en un tres versus uno, el que no puedas ya no es mi problema- hablo Hernández, uno de los mas importantes narcotraficantes del momento, y un bastante buen negociador.

- No soy un impostor, teníamos un trato y vos lo quisiste romper primero, hay que estar atento a los detalles y usar la cabeza, el que usa su inteligencia a favor gana. Ah y creí que ya te había demostrado que podía con todo, así que no cantes victoria antes de tiempo, da muy mala suerte.

- Lo que digas, pero dudo mucho que puedas usar tu suerte para esquivar balas, igualmente si querés podes probar.

- Es un dos versus uno.

- ¿Que?

- Vamos Hernández, por lo menos podrías haber comprado un arma de juguete mas realista, la noche esta oscura y aun así veo los resortes de esta, pensé que tenias suficientes armas como para venir con una falsa.

- Bueno igual te veo complicado, me tiras a mi y tenes un tiro en la nuca, le tiras a Tomás y pasa lo mismo. Pensé que después de todo tres contra uno era mucho.

- Dudo mucho que alguna de tus predicciones se cumplan.

Me apresure a sacar las llaves de auto disimuladamente mientras hablaba, y toque el botón para que suene la alarma.
Hernández giro hacia mi auto, y me dio un acceso directo a su cuello, así que opte por disparar ahí, simple pero efectivo.
De la ventana del auto salio Joaquín y a la misma vez que le tire a Hernández, le disparo a Tomás, dejando solo a el guardaespaldas de Hernández, que no tardo mucho en recibir un disparo de parte d Joaquín.

El rubio salio del auto con dos bolsos grandes, y corrió hacia mi para que lo ayudara con estos. Los agarre y antes de que se vaya para el yate le di un beso.
Agarro el bolso que iba a ser entregado a Tomás y luego reviso el bolsillo de este sacando las llaves, se encontró la billetera de su ex-compañero y la reviso, viendo que estaba vacía.

- Al parecer si necesitaba traicionarnos, unos pesos de mas no le venían mal.- dijo el rubio.

- Por la plata baila el mono.

- Así dicen.

Nos subimos y el viaje consistió en buscar una manera de besar los adictivos labios de mi compañero, y a la vez conducir en la dirección correcta el yate.

butterfly [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora