Miércoles, 8 de junio de 2005.
César iba conduciendo hacia el televisor cuando sonó su celular, redujo la velocidad para poder contestar.
─ Hola.
─ Hola.
César sonrió justo cuando escuchó la voz pronunciando esa palabra.
─ Buenos días, amor de mi vida.
─ Buen día, amor. ¿Donde estas? ─ Preguntó Victoria.
─ Llegando.
─ Dos cosas que decirte. Primero, tenemos el día libre.
— ¿Un día libre en la recta final?
— A mí también me sorprendió, pero eso es lo que me acaba de decir Chava.
— Entonces, no nos quejemos.
─ Obviamente no. Por eso tengo una propuesta.
César sonrió. ─ ¿Propuesta indecente?
Ella río. ─ ¡Pervertido! ¿Vas a tardar?
— No, ya en Adolfo.
— Te espero en el estacionamiento.
─ Tu mandas.
─ Siempre.
César sonriendo, apagó su celular y condujo más rápido, estaba ansioso por saber qué tenía planeado Victoria.
Como ella había dicho lo estaba esperando en el estacionamiento, Victoria ni siquiera esperó a que César apagara el auto y se subiera.
— Hola, dama misteriosa.
─ Vamonos.
─ ¿Así? ¿Sin siquiera darme un beso primero?
Victoria sonrió y se inclinó para besarlo, luego de un beso rápido, intentó alejarse, pero César fue más rápido y la abrazó para profundizar el beso.
— Ahora puede empezar el día. — Dijo contra sus labios.
Victoria sonrió, porque el día podría empezar para ella también.
— ¿Adónde vamos, amada mía?
— Primero, vayamos en mi auto.
─ ¿Y el mío?
─ Ya lo solucioné. También tengo mis contactos, señor.
César se río. ─ No dudo.
La pareja cambió de coche al de Victoria, que estaba al lado. Y se dirigieron hacia el destino que sólo Victoria conocía.
***
Mientras Victoria dirigía y cantaba las canciones que sonaban en la radio, César ocupaba su tiempo de otra manera.
— Vida, me estás distrayendo. — Dijo Victoria al sentir la mano de César subir por su muslo por quinta vez.
— Sólo estoy haciendo que nuestro viaje sea más divertido.
Victoria rápidamente lo miró sonriendo y él le guiñó un ojo.
— Y no me dijiste adónde vamos. Ya casi estamos cruzando la frontera de Morelos. ¿Secuestrarme, señora?
─ Y sin demanda de rescate.
— No quiero que me rescaten.
César fue más atrevido esta vez y metió su mano dentro de la blusa de Victoria, sin prestar atención a sus protestas, continuó con su mano acariciando su vientre y subiendo.
ESTÁS LEYENDO
LA TEKILA - HISTORIA DE VICTORIA Y CESAR
FanfictionLa Tekila conta la historia del amor prohibido entre Victoria Ruffo y César Évora, actores que se conocen protagonizando juntos una telenovela y cada día que pasa se acercan más, descubren intereses comunes, empiezan a disfrutar de estar juntos, has...