CAPITULO 06 - PELIGRO DE AMOR

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*Casa de César*

César se levantó y se quedó mirando a Vivian de forma asustada, no esperaba que estuviera despierta y menos detrás de él escuchando todo, ahora no sabía qué responder.

— César, te hice una pregunta, ¿de quién estabas hablando? — Ella insistió.

— Vivi, no me refería a nadie en particular. — Se acercó a ella.

— Me pareció.

— Estaba recordando una frase que aún no he grabado para mañana.

— ¿De verdad? — La abrazó.

— Sí. — Vivian sintió que era mejor creer lo que él decía, porque tal vez la verdad no era tan buena.

— Has estado muy extraño últimamente, muy distante.

— Es que he estado muy ocupado con la telenovela.

— Lo sé, es sólo que estas más.

— Perdóname, prometo que no volveré a ausentarme.

— ¡Perfecto! Ahora vamos a dormir, te estaba esperando.

— Sí, vamos, ya es muy tarde.

César llegó al dormitorio y agarró a su mujer como nunca lo había hecho, ella se sintió muy deseada y amada, lo que nunca sabrá es que su marido hizo el amor toda la noche con ella imaginando cómo sería con Victoria Ruffo y deseando que fuera ella en lugar de Vivian.

**********

— ¿Qué pasó esa noche? — le preguntó Vivian al ver que ya estaba despierto.

— Perdóname, nunca debí haber hecho eso. — Agachó la cabeza, avergonzado.

— No lo sientas, al contrario, me ha gustado mucho, has estado diferente como hace mucho tiempo.

— No quiero hacerte daño, Vivi. Eso es lo último que quiero.

— Pero no me has hecho daño. — Desistió a continuar la conversación, ella nunca entendería de qué estaba hablando.

— Voy a listarme, se me hace muy tarde. — César se levantó de la cama y fue al baño.

César se sentía mal por lo que le había hecho a Vivian, aunque ella no lo sabía, pero no se merecía eso. Ninguna mujer merece que su marido pase la noche con ella deseando que sea otra.

**********

Pasaron los días, César se mantuvo alejado de ella, dejó los cafés, aunque era muy difícil, la echaba mucho de menos, fue una semana muy dura para él, empezó a beber más de lo habitual, sólo llegaba a casa a altas horas de la noche, evitaba a su mujer, estaba de mal humor, en el canal algunos comentaban lo diferente que estaba, estresado, lo que más rabia le daba era verla toda feliz presumiendo con los regalos que ganaba de su novio político. ¿Cómo podía estar tan enamorada de ese hombre, y de él, había olvidado tan rápido el deseo que sentía por él?

*Estacionamiento*

Victoria va hacia su coche, pero ve a César de pie recogiendo unos papeles del suelo. Se acercó y le ayudó, que levantó la cabeza y se quedó mirándola cogiendo los papeles.

— Gracias. — Le dio las gracias.

— De nada. — Victoria le entregó los papeles.

— Son mis guiones, se me cayeron accidentalmente al intentar abrir la puerta.

— Como siempre torpe.

— No soy más torpe que tú, estoy a punto de ver a una mujer más torpe que tú.

LA TEKILA - HISTORIA DE VICTORIA Y CESARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora