— Buenos días, mi vida. — dijo César al ver que se había despertado.
— Buenos días, mi amor. — Ella lo miró a él, que sostenía una bandeja.
— He traído nuestro desayuno.
César estaba sin camiseta, sólo llevaba pantalones cortos, con el pelo mojado, lo que indicaba que ya se había duchado.
— ¿Llevas mucho tiempo despierto?
— Un poco, caminé por la playa y luego preparé nuestro desayuno.
Como prueba de la ajetreada noche que tuvieron, Victoria estaba desnuda bajo las sábanas, al sentarse se envolvió el cuerpo con una sábana, a pesar de todo le seguía dando vergüenza mostrarse desnuda ante él fuera de los momentos de placer.
— He dormido mucho, ¿por qué no me has despertado? — Colocó la bandeja sobre la cama.
— Sé bien que no te levantas temprano y que además estabas muy cansada. — Respondió, esbozando una sonrisa traviesa.
— He dormido muy bien, he tenido una noche perfecta, mejor dicho, he tenido un día perfecto. Gracias.
— Gracias a ti, me haces un hombre muy feliz.
— Y yo la mujer más feliz, a pesar de todo.... — Victoria agachó la cabeza, pues había recordado que tenían otra realidad.
— Por favor, no hablemos de ello ahora. — Se acercó a ella y le dio un tierno, pero profundo beso.
— Tengo hambre. — Ella dijo.
— ¿Comida?
— Sí, la comida... también. — Dio énfasis indicando que no sólo tenía hambre de comida.
— Vamos a comer, no quiero que te mueras de hambre.
— A tu lado sería una bola de tanto comer.
— Sería la bola más hermosa.
— No sé si seguirías pensando lo mismo cuando te aplaste.
— Sabes que te estoy imaginando gorda encima de mí y aplastándome. — Se reía.
— Eso no sería nada agradable.
— Pero como casi siempre me quedo arriba no corro ese riesgo.
— Hay momentos en los que eres tan Federico.
— ¿Yo? No creo que te guste mucho Federico.
— ¿Y por qué piensas eso?
— Es muy rudo, salvaje...
— ¿Y crees que no me gustaría?
— Tal vez... — Ella le miró fijamente.
— Tal vez se equivoque.
— Es bueno saber que te gusta un Federico.
— Federico es un gran hombre, tal vez si Cristina lo quisiera cambiaría, estoy convencida de que hace todo eso para llamar su atención.
— ¿Así que el amor es capaz de cambiarlo todo?
— Por amor, el ser humano es capaz de hacer cosas inimaginables.
— ¿Qué harías por amor? — Su pregunta fue directa.
— Quizás antes sería capaz de todo por un amor grande y verdadero, pero no tendré un amor más verdadero que el que siento como madre, por este amor soy capaz de todo. Por mi hijo soy capaz de dar mi vida. — César se quedó sólo en silencio tratando de descifrar a la mujer que tenía delante.
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LA TEKILA - HISTORIA DE VICTORIA Y CESAR
FanfictionLa Tekila conta la historia del amor prohibido entre Victoria Ruffo y César Évora, actores que se conocen protagonizando juntos una telenovela y cada día que pasa se acercan más, descubren intereses comunes, empiezan a disfrutar de estar juntos, has...