✘Capitulo 29✘

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Dana

Muevo la pierna una y otra vez de manera nerviosa mientras me muerdo una uña. Estoy en el sofá de la sala del apartamento con Layla sentada junto a mi agarrando una de mis manos. En mi habitación están Amelie y Seth haciendo una especie de ritual para que él se despierte.

Cuando Kail cayó inconsciente al suelo todo fue una completa locura. James, que estaba atacando a su padre Daeve y a Seth, vio al demonio caer al suelo y se abalanzó sobre mi. Apenas tuve tiempo de reaccionar, pues toda mi atención estaba puesta en el chico de ojos grises y en las palabras que dijo antes de desvanecerse. Lia consiguió a duras penas repeler el ataque del impuro y cuando Amelie volvió tras poner a Layla y a su hija a salvo, James se dio cuenta que contra un ángel como Amelie no tendría una pelea sencilla y huyó. Yo seguía en shock y simplemente me dejé arrastrar hasta los apartamentos sin soltar a Kail de la mano, cuando llegamos consiguieron que lo soltara y dejé que Layla me sentara en el sofá.

Daeve no nos siguió, se llevó a Alis a su casa. Yo ni me acordaba de la chica, si Seth no se lo hubiera dicho lo más probable es que nos hubiéramos ido sin ella. Y sinceramente, no me hubiera importado en lo absoluto.

Por otra parte, James debe haber ido corriendo a informar a Lucifer de lo que ha pasado. Si Kail no despierta pronto y se une a nuestro bando...

-Layla. - la llama Lia desde la puerta de su habitación, haciéndome volver de entre mis pensamientos. -Evelyn se ha despertado y pregunta por ti.

La chica me mira antes de darme un apretón en la mano que me tenia cogida e ir en busca de su hija. Por extraño que parezca en cuanto Layla suelta mi mano yo siento un vacío enorme, pues ella había sustituido la mano de Kail cuando se lo llevaron a la habitación.

-Tienes que reaccionar Dana. -me pide Lia que se para frente a mi y me mira con preocupación. -Lo has traído de vuelta.

-No pudo haber sido tan fácil. -susurro.

-¿Por qué dices eso? A mi no me ha parecido que traerlo de vuelta haya sido sencillo, hay un apocalipsis que no conseguimos evitar.

-No sabemos si ha vuelto.

-Yo estaba a tu lado Dana, oí lo que dijo.

Niego con la cabeza.

-Viste la reacción de James, estaba asustado. ¿Por qué iba a estarlo si Kail no recuperó sus recuerdos?

-Lia... -la miro a los ojos. -Si Kail de verdad ha vuelto ¿por qué el cielo cada vez está más rojo? Si el anticristo no rompe el último sello, el fin del mundo debería detenerse.

-Quizás él deba despertar o quizás ya no tenga remedio...

Me levanto y paso por su lado de una manera apresurada. La chica me sigue cuando cojo las llaves del apartamento de los chicos y me dirijo al apartamento de enfrente. Me pregunta varias veces qué hago pero no respondo. No había entrado en este apartamento desde que Eyden murió y todo está tal cual estaba ese día... Alejo su recuerdo de mi cabeza porque me hace daño pensarlo y entro en la habitación que era de Kail. Rebusco entre los armarios mientras Lia me mira desde la puerta de la habitación completamente preocupada. Entonces encuentro lo que estaba buscando y lo sostengo en alto para que ella pueda verlo.

-Quieres atarlo.

Asiento.

-¿Cómo sabias que eso estaba ahí? -pregunta mirando las esposas.

-Vi a Kail guardar todas estas cosas cuando nos mudamos. Recuerdo vagamente que Eyden se burló diciendo que las usaría para algún juego sexual. -una sonrisa triste pasa por mi rostro y Lia me imita.

-Supongo que no sabes qué es.

-No, solo sé que si Kail las guardaba deben ser útiles. De todas maneras intuyo que tú si sabes qué es.

-Están hechas con los huesos de Lilith, Kail debió llevárselas del infierno a escondidas, dudo que Lucifer le dejara llevarse algo tan poderoso.

-¿Con huesos? - pregunto horrorizada.

-Lilith fue el demonio más poderoso que hubo jamás en el infierno, justo después de Lucifer. Pues ella fue el primer demonio, la madre de todos. -relata ella. -Y por si era poco, dominaba el poder de las brujas. Era impredecible y casi nunca cumplía las ordenes de Lucifer, y aunque él la adoraba decidió que nadie podía ser tan poderoso y tener tanta influencia en el infierno, así que la mató.

-¿Y esto? -muevo las esposas frente a mi.

-Su poder es capaz de someter a cualquier ser sobrenatural, anula los poderes. Menos a Dios y Lucifer.

-Puede que no funcione con Kail... -digo tras entender lo que la chica intenta decirme.

-No sé qué tan poderoso sea Kail, antes sus poderes no habían superado el mínimo y aún así podía enfrentarse a cualquiera sin salir herido. Cuando volvió después de regresar con su padre noté que su esencia era mas poderosa. Y aún así no creo que esté al cien por cien de su capacidad.

Seguramente nada en este mundo pueda retenerlo... Pero aunque la posibilidad de que esto funcione sea mínima hay que intentarlo.

-Necesitamos un seguro de que cuando despierte no nos matará si no ha vuelto en si.

-Entonces, intentemos lo de las esposas. -asiente ella en acuerdo. -Pero Amelie no querrá que lo hagamos.

-Pues que se enfrente a mi si quiere. -me encojo de hombros y salgo en dirección a mi habitación con mi objetivo claro.

Estoy a punto de abrir cuando Lia me detiene.

-Alis está dentro. Algo va mal. -me informa.

La rabia cruza mi sistema cuando el recuerdo de Alis, en el pasado, ayudando a secuestrar a Layla cruza mi cabeza y sin pensarlo mucho más abro la puerta ignorando las advertencias de la chica demonio, que maldice y me sigue de cerca.

Están todos en el salón. La imagen es aterradora, Layla está de rodillas en el suelo suplicando. Alis tiene a la pequeña Evelyn agarrada mientras sostiene una daga cerca de su cuello. La niña abre y cierra las manos en dirección a su madre mientras llora desgarradamente.

Amelie intenta negociar con la chica, pero esta solo me mira a mi.

-Te mataré. -digo. 

Perdición (Inferno III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora