Kail
Me paseo por la cocina de la residencia esquivando humanos borrachos. No sé muy bien qué hago aquí, pero no me importa demasiado. Me paro en la mesa donde están todas las botellas de alcohol, necesito un trago.
Un chico medio borracho se está sirviendo en un estúpido vaso rojo. Me mira de arriba a abajo y traga saliva, intimidado.
-Hola amigo, ¿quieres? - mueve el vaso en mi cara.
Patético.
Ni si quiera me molesto en contestar, de un tirón le quito la botella de la mano y me voy dejándolo con la boca literalmente abierta.
Me doy una vuelta y acabo recargando mi peso en una pared mientras miro el panorama. Cuando el mundo estalle, no echaré de menos las estúpidas fiestas de humanos con cero resistencia al alcohol y mucha disponibilidad a dar vergüenza.
Cuanto más miro más asco me producen estos seres. Decido irme, demasiado interactuar con estos simios con las neuronas suficientes para no cagarse encima.
Pero cuando echo un último vistazo antes de moverme, ahí está. La llave, esa maldita chica que me irrita tanto. Me mira parada en mitad de las escaleras con su mano agarrada del brazo de... el ángel. Ni siquiera recuerdo el nombre de ser alado que la acompaña.
Genial. Cuando creía que no podía sentir más asco. Casi prefiero a los humanos, casi.
Me mira durante unos segundos y luego suelta el brazo del chico para bajar los escalones que le faltaban. Sé que se está acercando a mi pero mi vista está clavada en el ángel de las escaleras.
-¿Qué, ahora Seth es una amenaza para ti? . - dice cuando llega a mi y nota mi tensión.
Como si la hubiese escuchado él desvía la mirada y baja las escaleras para unirse a un grupo de personas, ignorando mi presencia por completo. Entonces y sólo entonces centro mi atención en la chica ante mi.
-No deja de ser un ángel. - me limito a decir.
-Está solo, no está aquí para atacarte.
Ni aunque me atacara sería una amenaza para mi. Sonrío sin ganas y niego suavemente mientas chasqueo la lengua varias veces. Dana frunce el ceño.
-¿Ahora te has obsesionado con el ángel?
Ella resopla ante mi pregunta y se muerde el labio. Abre la boca para decir algo pero parece pensarlo porque vuelve a cerrarla.
-Quizás el beso que me dió hace un año me haya dejado marca, quizás ahora quiero más. - dice al fin.
Se queda mirándome expectante, qué cojones espera al decirme eso. No me importa una mierda que se hayan besado.
-¿Sabes? Resulta patético que lo hayas dicho esperando alguna reacción de mi parte. Igual sigues obsesionada conmigo, empieza a ser preocupantes y no creo que... - detengo mi burla cuando veo entrar a James.
Mierda. Le dejé claro que lo quería lejos de donde estuviera yo, su sola presencia me irrita. Y antes de venir aquí le advertí que lo quería al otro lado del campus.
Dana sigue mi mirada hasta la puerta y entonces soy capaz de notar su nerviosismo.
-No... No puede... - balbucea. - ¿Qué hace aquí? - pregunta mirándome de nuevo.
-¿Por qué no vas y le preguntas tú misma? Con suerte hará algo útil y no controlará sus impulso de impuro asqueroso y te matará. - me encojo de hombros. - Nos haría un favor a todos. - le guiño un ojo y me llevo la botella a la boca.
Los ojos se le ponen llorosos a medida que las palabras salen de mi boca. Es divertido romper su corazoncito pero la situación empieza a ser tan incomoda que casi doy gracias cuando James se acerca a nosotros e interviene.
-Eh, Dana. Cuanto tiempo. - saluda.
Dana parece recuperarse rápido de mi ataque verbal, ya que ahora luce decidida ante James. Al parecer a ella también le ha venido bien su intervención.
-Tu familia está preocupada James, quizás deberías ir a casa en vez de estar aquí ahora. - suelta.
-Esa ya no es mi familia. - se encoje de hombros con indiferencia. - Ese ángel caído y su hija humana no son nada para mí.
-No sabes lo que dices, tienes todo trastocado en la cabeza por culpa de Adirael.
Cierto es que el ángel caído, Adirael, controlaba a James en todos los sentidos. Mi padre hizo de él su mejor marioneta, y por mucho que Dana intente entrar en razón con él, no podrá. James es un arma, cuando juró lealtad a Lucifer el poder que recibió fue desmedido. Es uno de los impuros más letales que han existido jamás, aunque eso a él no se lo admitiría nunca.
-Adirael murió el mismo día que Eyden, ¿recuerdas? Ya no me controla nadie. Ahora estoy donde quiero estar. - responde el impuro. Es gracioso, Adirael ha consiguió que el chico piense de verdad que tiene el control de lo que hace, antes de morir a manos de Lia en esa iglesia, jugó tanto con su cabeza y tiró tanto de los hilos que es igual de fiel a la causa que cualquier demonio.
-Con Kail, ¿en serio?
James suelta una carcajada y niega. Yo arqueo una ceja, no esperaba que Dana me incluyera en la conversación. No tengo mucho que ver con la decisión de mi padre de reclutar al chico. Espero la respuesta de James, más le vale no decir nada que me cabree porque no desperdiciaré la oportunidad de descargar mi rabia con él.
-Con él no, con Lucifer. - responde.
-Odiabas todo lo que Lucifer representaba, su plan para hacerse con el cielo y destruir todo a su paso.
-No lo entendía, Lucifer representa libertad.
Entonces soy yo quien se ríe cuando James dice eso. Mi padre, ¿libertad? Es una puta broma, y más viniendo de un tipo que ni si quiera piensa por si mismo, completamente controlado.
Los dos me miran esperando a que hable. Esto me aburre, ha sido entretenido durante un rato pero esta conversación ya no tiene sentido.
-Me he cansado de vuestro reencuentro tortolitos, seguid la conversación sin mi por favor. - digo cediéndole la botella de alcohol al impuro que la coge sin rechistar.
-No, espera. - dice Dana. Parece alterada y tensa. ¿A qué viene esto? - ¿No te quedas a la fiesta? Quiero decir, es una de las últimas antes de que el mundo se acabe.
Algo pasa, no sé lo que es pero su conducta es más extraña de lo normal...
-Ohhh vamos Dana, no te arrastres de esa manera. - dice James.
No espero a la respuesta de la chica, y me dispongo a irme. Mientras salgo de la residencia no dejo de pensar en que algo raro tramaba, pero me topo con la chica del otro día y decido dejar de pensar estupideces sobre la llave y centrarme en satisfacer mis deseos carnales.
-El capullo que intentaba ligar conmigo teniendo novia. - dice cuando llego a ella.
Cierto. Dana nos interrumpió fingiendo que era mi novia y yo le seguí el juego. Sonrío ante la estúpida idea, yo con novia. Innecesario y estúpido.
-¿De verdad crees que yo tengo novias? - pregunto y la chica me mira confundida.
-La chica de la otra vez...
-No está muy bien de la cabeza y no quise dejarla mal, pero no, no es mi novia. No me va eso. - me acerco más a ella. Noto lo nerviosa que se pone y me sorprende cuando en vez de alejarse se acerca un poco a mi.
-Genial. - dice.
-Vámonos de aquí.
-¿Recuerdas al menos mi nombre?
-¿Eso importa? - pregunto justo antes de acortar el pequeño espacio entre nuestros cuerpos, la agarro por la nuca y la beso con fiereza. Cuando me separo para que coja aire sonríe y se agarra a mis brazos.
-Beck, me llamo Beck. Pero supongo que no importa, vámonos.
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Perdición (Inferno III)
Teen FictionSeparados. Dana intenta seguir con su vida apesar de ya no ser la misma. Kail sin humanidad, convertido en lo que siempre debió ser, letal y sin sentimientos. El mundo está a punto de explotar y ellos están en bandos diferentes. ¿A lado de quién luc...