✘Capitulo 14✘

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Dana

Las diez de la mañana, primera clase del día. El aula está casi vacía, la mayoría de alumnos alarmados por la situación han vuelto a sus casas ya. El profesor habla sin cesar aunque yo no le presto demasiada atención, en realidad no sé ni por qué he venido. Anoche no dormí nada, me la pasé leyendo unos libros viejos que Seth trajo de la biblioteca. Tratan sobre el apocalipsis y demás, tiene fe en que puede darnos alguna pista de cuál es el último sello. Pero aún no tenemos nada.

Paseo mi vista por la clase, distraída. Mis ojos se paran en la chica sentada a un par de filas de distancia, es la chica con la que Kail coqueteaba la otra noche. Creo que se llamaba Beck. Está escribiendo frenéticamente en su móvil. La observo durante unos minutos, es bastante guapa. Puedo llegar a entender que Kail se fijara en ella, pero irradia egocentrismo por cada poro de su piel. Es... Irritante de cierta manera.

Entonces la puerta se abre de repente, llamando la atención de todos en el aula. Y cuando veo quién es mi corazón deja de latir durante un segundo para luego volver a hacerlo de manera acelerada. Me acomodo en la silla, intentando tranquilizar mi cuerpo mientras Kail habla con el profesor. Un minuto después se sienta justo detrás de mí, y durante toda la hora que pasamos ahí noto su mirada clavada en mi cuello.

Al finalizar la clase me apresuro a recoger lo más rápido que puedo mientras los demás salen, incluido el profesor. Estoy apunto de irme cuando noto una brisa fría a mi lado, levanto la vista y ahí está el demonio. Se ha movido de forma sobrenatural, y en menos de un segundo ha recorrido toda la clase hasta pararse en frente, cortandome el paso. Una especie de deja vu me invade...

En este punto estoy tan nerviosa que me cuesta pasar la saliva al tragar. Les he dicho mil veces a los chicos que no me haría daño, que ha podido hacerlo y no lo ha hecho, pero ahora mismo teniéndolo tan cerca empiezo a dudarlo.

De todas maneras no tengo mucho tiempo para darle vueltas porque lo que hace el demonio a continuación es coger uno de los libros que tengo entre los brazos. Si, concretamente uno de los que Seth me dió.

Lo observa y me mira subiendo una ceja. Yo no sé muy bien que decir, y que ninguno diga nada empieza a ser incómodo.

-La biblia y sus profecías. - lee el título del libro en voz alta.

-¿Me lo devuelves? Dudo que necesites leerlo.

Kail sonríe.

-No, no lo necesito. - me lo tiende, pero cuando lo agarro no lo suelta. - Ahí no dirá nada sobre el último sello, pierdes el tiempo.- añade.

-Si estás tan seguro que no encontraré nada, ¿por qué estamos teniendo esta conversación?

Tiro del libro con algo de fuerza y consigo que lo suelte, me giro y camino hacia la puerta.

-Pensé que te gustaría tener mi atención durante unos minutos. - dice. Y joder, su voz suena tan sueve, tan... Familiar.

-¿Y se puede saber por qué has pensado eso? - mi voz tiembla ligeramente.

Se acerca de nuevo, pero esta vez casi no deja espacio entre nuestros cuerpos. Casi no respiro, y estoy segura que él nota lo que provoca en mi. Su olor... Si cierro los ojos y finjo que este último año no ha pasado, entonces, fácilmente podría pensar que es todo como antes, que nunca se fue.

-Lo que dijiste la otra noche, parecía que estabas dispuesta a inventar cualquier cosa por tener mi atención. - habla bajo. Sube su mano hasta mi mejilla y la roza con suavidad, mientas me mira fijamente los labios.

-¿Estás jugando conmigo o realmente no recuerdas nada? - frunzo el ceño confusa.

-Lo recuerdo todo Dana, dijiste que estuvimos juntos, no es eso lo que pasó, yo... Estoy seguro.

-Si lo es Kail... Estábamos juntos, no se fingía por ningún plan del infierno, nos queríamos.

Doy un paso, y el poco espacio que nos separaba desaparece. Un milímetro más y sus labios tocarán los míos. Las ansias empiezan a retorcerme el estómago, el recuerdo de sus besos me invade y es en todo lo que pienso. Pero de repente, su toque en mi mejilla desaparece y él se aleja como si yo quemara. Me mira confuso.

-Mientes. - ruge.

-No lo hago. - intento acercarme de nuevo pero noto la energía negativa a su alrededor y me detengo. Va a estallar. - Y algo te dice que no miento, sino no estaríamos hablando de esto.

Nada, la energía a su alrededor no desaparece, es más, parece incrementar.

-Está bien... Si no pasó como yo digo y tú lo recuerdas todo, dime cómo fue.

-Ya te lo he dicho, yo solo cuidaba de ti hasta que el ritual estuviera listo...

-Kail tú paraste ese ritual. - lo interrumpo.

Él se ríe, pero no parece que le haga gracia, parece muy molesto.

-Fueron los ángeles, por qué iba a parar yo algo que ansiaba.

-Porque no pasó así. - suspiro. - Kail...

-No. Calla. - se aleja aún más. - Deja de intentar meterte en mi cabeza y confundirme, no sé por qué mi padre ha decidido no usarte como llave, pero que vaya a por los sellos no quiere decir que no pueda matarte. - su voz se vuelve aterradora a medida que habla. - Y créeme, nada me daría más placer ahora mismo que clávate una daga en el pecho.

Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos sin permiso alguno mientas lo veo desaparecer por la puerta. Niego suavemente y me obligo a avanzar hasta mi habitación. Ahí están Lia y Seth en medio de una discusión rodeados de libros.

Se callan de repente cuando son conscientes de mi presencia y supongo que las caras de preocupación que ponen son debido a que debo tener cara de amargada.

Pero no hay tiempo para explicarles lo que ha pasado en la clase con Kail, de camino aquí he decidido algo y es algo importante.

-Tenemos que decírselo a Amalie. - suelto sin más.

-¿Qué? - Seth es el primero en reaccionar. -Dana es peligroso, Amalie no entiende que él ha cambiado. Se pondrá en peligro constantemente y así sólo estaríamos pendientes de ella y no de buscar al último sello para evitar que se vaya todo a la mierda.

-Kail no recuerda el tiempo que pasó en la tierra con nosotros, al menos no lo recuerda de la manera que pasó. Amelie es algo que cambió en su vida mientras estaba con nosotros, un gran cambio. Odiaba a su madre porque pensaba que lo había abandonado en el infierno a ser torturado por su padre. Y se resistió durante meses a tener de nuevo una relación con ella, pero poco a poco ese odio se fue y acabó queriéndola, aunque nunca lo dijera.

-Eso ya lo sabemos, pero sigo sin ver en qué puede ser beneficioso para nosotros contarle a Amelie la vuelta de Kail. ¿Y si la mata? Dices que no recuerda las cosas como pasaron, ¿y si no recuerda que su relación con su madre mejoró? - Lia interviene en la conversación.

-Creo que algo tan fuerte como el vínculo entre ellos no es fácil de hacer olvidar, que tal vez no lo recuerda pero lo sentirá al verla.

-Dana... Dudo que ese vínculo con Amelie sea más fuerte que el que tenía contigo, y te ha visto y no ha sentido nada.

-Seth quiero intentarlo, tal vez Amelie sepa qué le pasó y cómo arreglarlo.

-¿De verdad crees que es la solución?

-No lo sé, pero tenemos que intentarlo todo. No estamos avanzando con descubrir el último sello antes que él, pero si mi teoría de que alteration sus recuerdos es cierta y Amelie puede arreglarlo entonces Kail no sería una amenaza.

-Pero, aunque lo de que le alteraran los recuerdos sea cierto, él decidió irse con ellos. Dana, él volvió a casa por voluntad propia. - niega Lia.

-Lo sé, no digo que sea bueno, solo que si recuerda todo lo que vivimos tal vez... Pare en su intento de acabar con todo.

-Dudo que eso funcione, pero digamos lo que digamos vas a hacerlo igualmente así que, ¿cuándo se lo vas a contar a Amelie?

-Ahora.

Cojo las llaves de encima del escritorio y salgo de la habitación sabiendo que ellos me seguirán, me da miedo que cambien de opinión y me apresuro a salir. Será más fácil contarle todo a Amelie si ellos están conmigo. Espero no estarme equivocando, si le pasara algo por mi culpa...

Perdición (Inferno III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora