Dana
Salgo de casa de Amelie sintiéndome mucho mejor conmigo misma. Esa mujer no tiene maldad ninguna, ni siquiera me dejó disculparme, me abrazó y luego me hizo un café para que la acompañara viendo su novela favorita. Sin duda un buen día, tranquilo y en paz.
Subo a mi coche y compruebo el teléfono, algunos mensajes me hacen saber que la cobertura no se ha desvanecido en todo el día. Tengo varios mensajes de mi madre pidiéndome que vuelva a casa, suspiro y decido que le contestaré en otro momento. Entonces, caigo en la cuenta de que no tengo ni un solo mensaje de Seth, Lia o Layla. Eso es muy extraño, siempre que me alejo de ellos más de una hora sin dar señales de vida se ponen paranoicos.
Marco el número de la chica demonio y espero a que descuelgue. Cuando lo hace lo nerviosa que parece me preocupa.
-Lia, ¿va todo bien?
-¡Si claro! ¿Por qué crees que no?
-Olvídalo. - niego mientras arranco el coche y me pongo en marcha.
-Guay. ¿Qué tal con Amelie?
-Muy bien, ella es genial. - sonrío.
-Vaya que bien. ¿Y por qué no te quedas esta noche ahí? Creo que a las dos os vendrá bien pasar tiempo juntas.
-¿Qué? - frunzo el ceño. Vale, me oculta algo. - Mira, no sé qué es lo que no quieres que sepa, pero estoy de camino a la universidad y espero que me lo cuentes por las buenas.
-Dana... No creo que se buena idea que vuelvas ahora. - insiste ella.
-Lia, dime de una maldita vez que coño pasa. - levanto la voz.
-Así no, por teléfono mientras conduces no. Dana sólo confía en mí, vuelve con Amelie y quédate ahí, ¿si?
Me desvío a un lado de la carretera porque está anocheciendo, estoy nerviosa y lo menos que necesito ahora es tener un accidente.
-Si quieres que vuelva entonces tú y los demás vendréis también.
-Layla puede ir, Seth y yo vamos a encargarnos de esto. No tienes de qué preocuparte.
-Y una mierda. Vuelvo a casa, estoy ahí en diez minutos. - cuelgo sin dejarla hablar y arranco de nuevo.
Tal vez tenga algo que ver con el ángel de hace unos días que consiguió acercarse demasiado. Tal vez han vuelto a entrar en la facultad. O algún demonio que sigue teniendome rencor. Sea lo que sea, no pienso quedarme al margen.
Cuando llego, Seth me espera en el aparcamiento. Camino hasta él y para mi sorpresa el ángel desvía la mirada cada vez que intento hacer contacto visual con él.
-Las chicas están en vuestra habitación, vamos.
Camina delante de mí sin decir ni una sola palabra. Ahí es cuando empiezo a alarmarme de verdad. Creo que en el fondo ya sé lo que pasa, por qué me querían lejos, pero me resisto a aceptarlo.
Lia y Layla están sentadas en mi cama, ambas me miran nerviosas. Yo me dejo guiar por Seth y me siento en la cama de Lia.
-Tienes que prometer que intentaras tomarlo con calma. - habla Lia, al fin.
No digo nada, no consigo que las palabras salgan de mi garganta. Noto la presión en el pecho. No por favor, no.
-Después cogeremos nuestras cosas e iremos donde Amelie, hasta que estemos seguros de que estas a salvo. - Lia sigue hablando, pero apenas la escucho.
Por favor, por favor, por favor, no. No puede ser.
-Cariño, ¿sigues con nosotros? - me pregunta Layla.
-Solo decidlo. - consigo gesticular palabras, pero suena ronco. Como si no fuera yo.
He comenzado a temblar débilmente, me duele la cabeza, respirar con normalidad me está costando y la presión en el pecho es tanta que creo que el corazón se me va a salir en cualquier momento.
-Dilo. - susurro.
Lia se levanta y cierra los ojos. Lo dice, al fin lo dice. Y yo en el fondo ya lo sabía. Sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarme a ello, pero eso no hace que sea menos aterrador.
-Está aquí. Él está aquí, ha vuelto.
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Perdición (Inferno III)
Teen FictionSeparados. Dana intenta seguir con su vida apesar de ya no ser la misma. Kail sin humanidad, convertido en lo que siempre debió ser, letal y sin sentimientos. El mundo está a punto de explotar y ellos están en bandos diferentes. ¿A lado de quién luc...