Dana
La música retumba por todos lados, ensordecedora. La gente grita intentando hacerse oír. La residencia de los chicos está abarrotada de chicos borrachos o drogados.
Pongo los ojos en blanco y me llevo mi bebida a la boca. Después de que Seth limpiara el desastre que hice en el baño de la universidad Lia me estuvo dando la lata todo el día con venir a esta maldita fiesta. Sigo sin entender por qué le hace tanta ilusión, hacen fiestas casi cada noche y ella por supuesto no se pierde ni una. Me pregunto qué pasará cuando los suministros de alcohol se acaben, es increíble hasta que punto están dispuestos a ignorar que algo grave está pasando.
Busco con la mirada a Lia. La encuentro a unos metros bailando muy pegada con un chico, su falda minúscula se le sube cada vez que menea la cadera. La observo un rato más hasta que alguien aparece en mi campo de visión.
-Hola. - grita por encima de la música.
-Theo. - saludo.
-¿Te apetece bailar?
Subo una ceja ante su propuesta. Este chico no se cansa, lleva intentando ligar conmigo meses. Realmente no es feo, es alto con cuerpo bien definido, ojos marrones y pelo castaño oscuro perfectamente peinado en un tupé hacia atrás. Y aún siendo visiblemente atractivo no me hace sentir lo más mínimo.
Me separo de la pared donde estaba apoyada y le entrego mi vaso ya vacío. Le sonrío y me largo sin ni siquiera contestarle.
Necesito algo de aire fresco. Antes de conseguir salir al césped tengo que saltar una chica tirada en el suelo y a varias parejas dándose el lote.
Cuando noto el aire frío contra mis mejillas respiro hondo. Aquí solo hay unos cuantos fumando marihuana o tirados en el suelo. Estoy buscando un lugar mas o menos tranquilo para sentarme cuando veo un rostro conocido.
Joder, ya estamos. Me dirijo hacia el grupo de fumetas y me planto ahí con tremenda cara de mala leche.
-¡Daanaaa! - chilla Layla con una sonrisa demasiado exagerada. - Vamos sientate con nosotros.
-Nos vamos. - digo seria. Ella pone los ojos en blanco y le da una calada al porro que tiene en la mano. -He dicho que nos vamos. - subo el tono.
Esto me cabrea tanto, ella simplemente se descontrola en las fiestas. Sé que quiere olvidar la realidad durante unas horas pero me aterra que se pierda a si misma y no podamos traerla de vuelta.
-Vamos Dana no seas aburrida.
-Layla lo digo en serio, nos vamos a casa. Ahora.
Se levanta a duras penas y le tiende el porro a un chico que lo coge sin siquiera mirarla a la cara. La chica se acerca a mi y se encoje de hombros.
-Deberías probarlo, hace que desaparezca. El dolor, nada duele. - se ríe.
-Vamos. - la cojo del brazo y tiro de ella hacia la calle. Nuestra residencia solo está a unos metros.
-No duele, todo se adormece y solo me apetece reírme y reírme y reírme.... - sigue hablando.
Me detengo y la agarro por ambos brazos para que centre su atención en mi. Oh dios, estoy tan enfadada con ella. Me arde la sangre en las venas, y toda la rabia que llevo aguantando este último año amenaza con salir.
-No sirve de nada, ¿me oyes? De nada. Cuando el efecto de esa mierda se te pase el mundo seguirá a punto de acabarse, él seguirá muerto y tú seguirás sin poder mirar a tu hija. ¿Lo entiendes? No sirve, nada sirve.
-Dana. - alguien me toma del hombro y tira de mi suavemente. - Creo que lo ha entendido. - dice Seth.
Layla me mira con los ojos inundados en lágrimas y tiembla levemente. Y de inmediato soy consciente de lo que he dicho.
-Mierda. - susurro. - Layla... lo siento, yo no quería... - intento disculparme pero las palabras no salen de mi.
-Llevaré a Layla a vuestra habitación, creo que es mejor que tú vayas de vuelta a mi residencia y te quedes en la mía. - dice Seth antes de pasar un brazo por encima de los hombros de la chica y empezar a caminar.
-Mierda, mierda, mierda, mierda... - me agarro el pelo con ambas manos y tiro de el mientras maldigo.
Cuando siento los dedos congelado decido hacer caso a Seth y me dirijo a la fiesta de nuevo, esquivo a todo el mundo y subo a la habitación del ángel. Por suerte no comparte la habitación con nadie.
Me tiro en la cama y me quedo mirando al techo con la horrible música de fondo. La he cagado pero bien. Joder, como he sido capaz de decirle esas cosas. Recordarle la muerte de Eyden y a su pequeña... Ha sido un golpe bajo.
La pobre está tan jodida con la muerte del demonio que apenas puede mirar a su hija. Durante los primeros meses de la pequeña intentamos ayudar a Layla, pero cada vez que esta miraba a su hija se echaba a llorar desconsoladamente. Al final la madre de Layla tuvo que hacerse cargo de la niña.
Me siento una puta mierda y me torturo mentalmente hasta que el sueño puede conmigo y al fin me duermo.
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Perdición (Inferno III)
Teen FictionSeparados. Dana intenta seguir con su vida apesar de ya no ser la misma. Kail sin humanidad, convertido en lo que siempre debió ser, letal y sin sentimientos. El mundo está a punto de explotar y ellos están en bandos diferentes. ¿A lado de quién luc...