✘Capitulo 31✘

42 5 0
                                    

Dana

Me asomo a la venta y ahí está, James, está mirando fijamente a la ventana. Esperaba tener algo más de tiempo, supuse que iría ha avisar a Lucifer de lo que había pasado.

-He protegido el piso con mi poder. No puede entrar. -me informa Amelie. -Al menos por ahora.

-¿Qué quiere decir eso? -pregunta Layla asustada.

-James es solo un impuro, no debería poder pasar mi barrera de protección. Pero no deja de ser el impuro de Lucifer.

-Tenemos que sacar a Evelyn de aquí. -Layla está entrando en pánico y no la culpo, el chico ya nos ha demostrado lo letal que puede llegar a ser.

Yo no puedo apartar la vista de James, me mira fijamente. No parece que esté muy apurado por entrar, en realidad, parece bastante relajado.

-Está esperando. -digo. -Quiere saber si Kail ha vuelto.

-Si no va ha atacarnos podría ser la oportunidad que tanto tiempo lleva esperando Daeve para recuperarlo.

-Amelie, ya es peligroso tener a Kail aquí, no podemos meter a James también. -niega Lia.

Amelie tiene razón, James siempre se mantiene oculto y consigue borrar su rastro. Su padre ya ha intentando por todos los medios capturarlo pero le ha sido imposible. Si conseguimos atraparlo quizás él también pueda recuperarse del control mental...

-Tiene razón. No tendremos otra oportunidad así de perfecta. -digo ganándome la mirada incrédula de todos.

-Quizas ese chico ya no tenga solución. Y ni la tuviera, ni siquiera sabemos cómo capturarlo sin salir gravemente perjudicados. -niega Seth.

Desde el momento en el que James fue capturado y obligado a jurar lealtad, ha demostrado ser temible. No parece tener sentimientos. Así que nos mataría sin pestañear.

-Llama a los aliados Amelie, es demasiado peligroso y estamos todos agotados después de capturar a Kail. -dice Lia.

Me separo de la ventana y suspiro. No le falta razón, siento que el peso de mil edificios está sobre mis hombros.

Amelie me mira buscando mi aprobación y asiento. Por ahora James puede esperar...

-Está bien, llamaré. -se rinde la mujer.

Entonces una piedra del tamaño de un puño rompe el cristal de la ventana y cruza el salón a la velocidad de un rayo. Amelie levanta una mano y la frena en el aire, a unos centímetros de la cara de Layla. Dios... Si esa piedra le hubiera llegado... No quiero ni pensarlo.

Respiro entrecortadamente y me dirijo a la ventana de nuevo, el impuro tiene una asquerosa sonrisa en su cara. Me arde la rabia bajo la piel por lo que ha estado a punto de pasar.

-Apuntaba hacia ella. -ruje Lia acercándose también a la ventana.

-No creo que vaya a tener paciencia de esperar a que Kail despierte. -niega Amelie.

La mujer coge su teléfono y marca un número, no se oye nada en la otra línea pero aún así da la dirección y cuelga. Supongo que la calle no tardará en llenarse de ángeles, caídos y demonios que están en nuestro bando.

-Ve a la habitación con Evelyn y no salgas oigas lo que oigas. -le ordeno a la chica humana. -Seth, ¿puedes sellar su puerta?

El ángel asiente y acompaña a Layla a la habitación sin rechistar.

-¿Qué tienes pensado? - pregunta Lia.

-Nada. -me rio nerviosa. -Pero necesitamos tiempo. Tiempo para que los aliados lleguen y para que Kail despierte.

Perdición (Inferno III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora