✘Capitulo 18✘

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Dana

Veo a Kail alejándose hacia la salida de la residencia mientras me deja aquí con James. Este no era el plan, debía quedarme con él e intentar ponerlo nervioso hasta que hablara de más y me diera más información sobre lo que recuerda y lo que no...

-¿Una copa? - me pregunta el impuro frente a mi. Estar cerca de él me pone la piel de gallina... Recuerdo la masacre que hizo en la universidad hace un año, tantos humanos muertos y Eyden... James lo mató tan fríamente. Sé que no es él del todo pero no me da tranquilidad tenerlo cerca.

Niego y suelto un suspiro. James se encoje de hombros y se dirige a la cocina donde está todo el alcohol. Doy un vistazo a mi alrededor... La fiesta era para tener una excusa de tener a Kail por aquí, si se va no tiene sentido.

Sin pensarlo mucho me dirijo a la puerta, no sé qué le voy a decir si lo encuentro, es un movimiento desesperado, lo admito. De todas maneras aunque hace poco que se fue ya no debe de estar cerca.

El aire frío golpea mi cara cuando salgo, pero eso pierde importancia ante lo que veo a unos metros de mi, en la carretera. Kail y esa chica, Beck, están hablando. Otra vez esa chica.

Intento decidir si cedo bajo la idea de interrumpirlos con alguna excusa tonta, cuando el demonio da un paso en dirección a la chica, acortando la distancia que los separaba. Ahora solo unos centímetros separa sus cuerpos. Una sensación extraña recorre mi cuerpo y empeora cuando Beck en vez de alejarse se acerca más.

No. Joder Dana, muévete antes de que... Demasiado tarde. Kail la besa.

El aire no pasa a mis pulmones, no soy capaz de moverme y un dolor empieza en mi pecho hasta extenderse por todo mi cuerpo. Y no hago nada, me quedo ahí plantada viendo como el chico que alguna vez me juró amor besa a otra. Unos segundos después se separan y ella se agarra de sus brazos, luego se van juntos. Y yo sigo ahí paralizada.

Vamos, reacciona. Ya lo sabías, ya sabías que ha estado con más chicas en estos meses y probablemente lo haya estado mientras estaba contigo. Estúpida. Estúpida y mil veces estúpida. Aunque dijera mil veces que no e intentara convencer a todos y a mi misma de que su regreso no me importaba, de que lo seguía viendo como algo perdido, en realidad una pequeña parte tenía la misma esperanza que su madre... Que el Kail que queríamos volviera. No lo admitiría ante nadie pero verlo así, con otra, ha conseguido romper todos esos muros de protección que me he esforzado en construir desde que se marchó. Ha dolido como el maldito infierno...

Me seco las lágrimas con la mano y decido entrar de nuevo. Busco a mis amigos, no tardo mucho en dar con ellos. Cuando entro en la sala los veo ahí de pie con vasos en las manos, bailando y riéndose a carcajadas. No me acerco a ellos, solo los observo divertirse de verdad por primera vez en mucho tiempo.

Dejaré que se lo pasen bien sin que tengan que preocuparse por la pobre Dana, se merecen un descanso de todo esto. Un minuto de desconexión...

Voy a la cocina y lleno un vaso plástico de alcohol y me lo bebo de golpe, repito la acción varias veces. Quizás más de las que debería. La gente pasa por mi lado una y otra vez para llenar sus vasos y yo me limito a mirarlos , cuando empiezo a verlos borrosos y todo me da un poco de vueltas decido que es hora de parar de beber.

Como puedo me levanto y camino tambaleándome hasta las escaleras, dónde me encuentro a Lia hablando con un chico. Su cara me suena... Se llamaba... Carter, era amigo de James, vivían en la misma residencia y solo lo vi y hablé con él una vez.

-Dana, joder, ¿dónde estabas? - pregunta la chica demonio. -¿Estás borracha? - pregunta sin dejarme contestar a la primera pregunta.

-No creo que esté borracha, estoy... espesa. - me rio de mi propia estupidez. Vale, quizás si estoy bastante ebria.

Perdición (Inferno III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora