✘Capitulo 35✘

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Dana

Me despierto con la abrumadora sensación de que algo me aplasta y abro los ojos tan rápido que me mareo. Parpadeo varias veces en un intento por aclarar mi vista. Y descubro que es un brazo lo que me daba la sensación de estar aplastada. Kail.

Esta completamente dormido, su pecho sube y baja de manera constante con una respiración relajada. Me quedo unos minutos observándolo. Casi no puedo asimilar que esté aquí, durmiendo en la cama que compartimos tantas veces hace apenas un año, aunque parece un recuerdo tan lejano...

Una punzada constante en mi sien es lo único que perturba la paz que se respira en la habitación. Miro el reloj en la mesita de noche, a penas son las siete de la mañana. Anoche tras hablar durante horas e intentar planear algo con sentido decidimos irnos todos a dormir un poco a las cinco de la mañana. Lo que quiere decir que he dormido escasas horas... 

No sé muy bien cómo acabamos durmiendo juntos, Kail entró en mi habitación para asegurarse de que estaba bien tras la conversación y yo le pedí que se quedara porque joder, quizás sea nuestra última noche en la tierra. Aunque no me imaginaba que acabaríamos dormidos, abrazados. Como si la distancia que nos separó estos meses no hubiera existido.

Intento volver a dormirme varias veces y justo cuando lo estoy consiguiendo el chico a mi lado se tensa y empieza a moverse bruscamente. Parece ser una pesadilla.

-No... -murmura. -Eyden, no.... 

En cuanto nombra al demonio el corazón se me estruja en el pecho, pero intento ignorar la sensación y toco su brazo en un intento por despertarlo.

-No...

-Kail. -lo llamo suavemente. -Es solo una pesadilla, abre los ojos... Kail...

El chico despierta claramente sobresaltado y se sienta de un salto. Cuando me mira parece tardar un momento en recordar que está aquí. Luego abre la boca como si fuese a decir algo pero la vuelve a cerrar.

-¿Estás bien? -pregunto preocupada.

Me preocupa que lo que fuera que le hicieran en su cabeza no esté del todo solucionado y pueda volver a ser ese Kail desalmado...

-Dana. -murmura. Está completamente pálido, como si hubiera visto un fantasma. -Lo he visto...

-¿A quién has visto? -me muevo en la cama hasta que quedo frente a él y tomo su mano en un gesto tranquilizador.

-Eyden. -susurra, como si le diera miedo decir su nombre más alto. Al principio creo que he oído mal pero cuando veo que su expresión no cambia el corazón se me acelera. -Ahora sé lo que Lucifer escondió entre mis recuerdos, lo que intentó que olvidara por completo...

-Estabas soñando Kail, era una pesadilla. -digo.

-No. -niega varias veces. -No lo entiendes.

Se levanta de la cama y empieza a moverse por la habitación mientras se tira del pelo y murmura cosas. Debería intentar calmarlo pero esa sensación pesada no se me va del pecho.

-Lo he visto. -repite.

-Lo vimos morir. -suelto entonces. No sé si lo digo en un intento por hacerlo entrar en razón o para convencerme a mi misma que lo que está insinuando es una completa locura.

-No. Dana yo lo vi. -me asegura. -Está en el infierno. 

Me levanto y me siento en el borde la cama, agarrando con ambas manos la manta y apretándola fuertemente. No soy capaz de decir nada y cuando se da cuenta que no voy a responder sigue hablando.

-Sé que lo vimos morir en esa iglesia, lo sé... Pero de alguna manera... -se queda callado durante un momento intentando ordenar sus pensamientos. -Yo lo vi. Bueno, no lo vi.

-Kail, lo viste o no lo viste.

-Hablaba con él. -dice. -En el infierno, durante todo este año, cuando bajaba entre sello y sello. Siempre acababa siendo atraído a las mazmorras, nunca supe por qué lo hacía... Lucifer me lo prohibió pero seguí yendo porque hablaba con él. Yo no sabía que era él, pero su voz...

-Eso que dices es una locura. -le digo negando con la cabeza. -¿Sabes que era él por su voz pero nunca lo viste? 

-No se debaja ver, se quedaba en la oscuridad de la celda. -me aclara. -Dana yo estoy seguro de que era él.

-¿Cómo de seguro? Porque no podemos salir ahí y decirle a Layla que Eyden está vivo si no estás seguro...

-Tengo que volver. -dice. -Asegurarme que no es un espejismo. De que no me han jodido la cabeza por completo y me he vuelto loco. Pero te puedo jurar, ahora mismo, que era él.

Asiento. Sé que Eyden murió ante mis ojos, lo vi. Ese día en la iglesia lo perdimos. He estado segura de ellos durante un año entero. Lo lloramos, todos lo hicimos. Pero si Kail dice que está vivo.... Quiero creerlo, quiero creer que puede haber una mínima posibilidad de ello. Sería tan reconfortante recuperarlo...

-No se lo diremos a nadie. -digo con el corazón a mil. -Ni a Amelie, ni a Lia... y mucho menos a Layla.

Perdición (Inferno III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora